por Paola Sepúlveda. La Tercera.-

Cubierta por un cúmulo de ropa, entre dos camas, fue encontrado la noche del sábado el cuerpo sin vida de María Ester Vélez Núñez (76). La mujer vivía sola en un departamento de Ñuñoa, no tenía hijos y, según los primeros antecedentes informados por la PDI, el cuerpo se encontraba en estado de momificación y tendría una data de muerte de un año y dos meses.

Vélez sufría el mal de Diógenes. La pulsión por acumular objetos habría facilitado que sus parientes no se percataran que sus restos estaban en el domicilio.

El cuerpo fue encontrado por María Eugenia Núñez (70), prima y único familiar de Vélez, quien se dirigió al departamento, junto a un gásfiter, para solucionar un problema con una cañería que compartía con el departamento superior.

Una vecina relata que Núñez corrió con el pie uno de los cojines que estaban en el piso, dejando al descubierto la mano de “Pelusa”como la llamaban con cariño sus conocidos.

Vecinos de Vélez aseguraron que era una persona tranquila y sociable, por lo que, cuando se perdió, supusieron que se habría ido con conocidos de un sector cercano. “Ya estaba un poco desorientada antes de perderse, pero no molestaba a nadie”, aseguró Ester Saavedra, amiga y vecina de Vélez. Aseguró que no era la primera vez que entraban a la casa a buscarla.

Carabineros había estado en reiteradas oportunidades y el jueves habían ido a fumigar. “Nosotros pensamos que el mal olor provenía de la basura que se acumulaba, nunca pensamos que podía ser ella”, aseguró Saavedra. Fuentes de Carabineros explicaron que las pistas iniciales no arrojarían indicios de que en su muerte pudo haber participado algún tercero.