Cinco siglos igual: el colonialismo vive en forma de extractivismo

En países como España, colonizador de América Latina si los hay, todavía se festeja el Día de la Raza, con desfile militar y todo. En Argentina, hace apenas 11 años que el 12 de octubre es el Día del Respeto por la Diversidad Cultural. ¿Cómo se hacen oír los Pueblos Originarios ante el saqueo de territorios, el racismo, las embestidas judiciales y mediáticas?

Cinco siglos igual: el colonialismo vive en forma de extractivismo

Por Cosecha Roja
12/10/2021

“Nada que celebrar” “Invasión no es descubrimiento” “Abya Yala resiste” son algunas de las frases que dos mujeres colgaron en los monumentos a Isabel La Católica y Cristóbal Colón en la capital de Granada, España. Con pintura roja dibujaron manos ensangrentadas. La Policía granadina tardó poco y nada en arrancar los carteles y limpiar las pintadas: la pintura era a prueba de agua. Pero se llevó presas a las dos mujeres “por la presunta comisión de un delito contra el patrimonio histórico y cultural”. 

Para países como España el 12 de octubre es un día de festejos. Así lo establece una ley que celebra “la efemérides histórica en la que España (…) inicia un período de proyección lingüística y cultural más allá de los límites europeos”. Con un desfile militar por las calles de Madrid, a la monarquía española le gusta decir que festeja el Descubrimiento de América.

Esa insistencia nada inocente de llamar descubrimiento a un genocidio, lejísimo está del concepto que desde el sur del mundo organizaciones y militancias ecologistas y ambientalistas vienen impulsando hace décadas: la deuda ecológica. Este concepto se basa en la idea de justicia ambiental: si todos los habitantes del planeta tienen derecho a la misma cantidad de recursos y a la misma porción de espacio ambiental, los que usan más recursos o ocupan más espacio (los países del norte) tienen una deuda hacia los otros (los del sur). 

Y en ese reclamo, los 500 años de saqueo de los colonizadores europeos en Latinoamérica acumulan intereses.  

La potencia que ganó estos últimos años la militancia ambiental hizo que este año, en la Reunión Parlamentaria en Preparación para la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP26) que se realizó en Roma, la comitiva argentina planteara la deuda ecológica que las principales potencias tienen respecto al cambio climático, por ejemplo. 

En Argentina hasta hace 11 años también se celebraba la llegada de Colón a América. Por cinco siglos, festejamos el Día de la Raza y en las escuelas nos hablaban de la hazaña de Colón y nos mostraban dibujitos de un blanco muy europeo dándole la mano a un morocho con taparrabos, pluma en la cabeza y lanza en mano. Todo muy amigable (y racista).

Tuvieron que pasar más de 500 años para que el Día de la Raza se transformara en el Día del Respeto por la Diversidad Cultural, una fecha más acorde a las luchas y reivindicaciones que por cinco siglos vienen dando los pueblos originarios. 

Pueblos que no sólo fueron invadidos y masacrados a partir del siglo XV, sino que la colonización tomó otras formas en la modernidad: lo vemos todo el tiempo en el sur del país, donde los mapuche intentan recuperar territorios ancestrales, ocupados por terratenientes y corporaciones privadas, y resisten embestidas policiales, judiciales y mediáticas. Lo vimos con el asesinato de Rafael Nahuel y con la persecusión a las comunidades. Lo vemos en el modelo extractivista.

El racismo y la colonización no son cosas del pasado. Lo expresó muy claramente José Luis Espert: “Mañana 12 de octubre los seres humanos normales festejamos, como toda la vida, el Dia de la Raza. Y eso no tiene nada de racista. Los simios drogados kirchneristas, no sabemos qué engendro linguístico festejarán”. Habla de seres humanos normales, del día de la raza y de simios drogados. Lo dijo un candidato a diputado nacional.  

La resistencia antiracista

Mientras en países europeos se celebra la “hispanidad” y el genocidio colonial, desde el sur del mundo los movimientos decoloniales y antiracistas se hacen oír.

parte de la sociedad los criminaliza e intenta invisibilizar su lucha, no necesitan que los blancos les demos voz. Elles tienen su voz propia. Saben de nuestro triste e injusto porteñocentrismo y por eso, además de resistir en los territorios, organizan acciones en Buenos Aires para tener más visibilidad. 

Como la histórica caminata que este año organizó el Movimiento de Mujeres Indígenas por el Buen Vivir, en la que representantes de 36 naciones originarias recorrieron 2 mil kilómetros, desde el norte y el sur del país hasta Buenos Aires, para gritar Basta de Terricidio.

Ellas también organizaron hoy el Primer Paro Plurinacional y concentración en solidaridad con los Pueblos Indígenas que tendrá acciones en todo el país. No es un llamado sólo a los Pueblos Originarios, aclararon: es a toda la sociedad. Denuncian la situación de emergencia que están viviendo las distintas comunidades, como consecuencia del modelo económico extractivista, las situaciones de violencia de género hacia mujeres y niñas y la precarización laboral.   

En 2006, Argentina sancionó la ley de emergencia territorial indígena, para relevar las tierras ocupadas por los pueblos originarios en todo el país. El relevamiento tenía que hacerse en tres años, pero como nunca se finalizó, la ley se prorrogó tres veces: en 2009, 2013 y 2017. Este 23 de noviembre vence la última prórroga. 

Según datos oficiales del Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (INAI), de las 1.760 comunidades indígenas registradas en todo el país, solo 745 fueron relevadas. Es decir que aún no lo fueron el 57% de las comunidades.

Esta ley, además, suspende los desalojos de las tierras ocupadas tradicionalmente por las comunidades indígenas hasta que no termine el registro. Algo que, como vemos mes a mes, no se estaría cumpliendo. De manera cotidiana recibimos comunicados de pueblos originarios que denuncian desalojos, represión y violencia. 

Nada que festejar, mucho por escuchar de las comunidades que nadie “descubrió”: habitaban el territorio desde mucho antes con sus propias normas, culturas, lenguajes y conocimientos de la tierra. 

Recomendamos seguir a Identidad Marrón en Instagram, que este año, por segunda vez, organizó el Octubre Marrón, una serie de actividades para resignificar el “Descubrimiento de América” y transformarlo en un evento donde se conmemoren y celebren las comunidades indígenas.