emergenciacarcelariaEl Espectador.-

Este lunes el Gobierno decretó emergencia carcelaria para enfrentar los problemas de hacinamiento, salud y servicios que aquejan a la población penitenciaria y carcelaria del país. “Se va a declarar la emergencia carcelaria eso con el fin de poder acelerar toda la ejecución de una serie de recursos que se le van a dar al Inpec, para aumentar la capacidad carcelaria”, dijo el presidente Juan Manuel Santos al término de un consejo de ministros.

Con esta medida, el Gobierno espera desembolsar los recursos necesarios para superar la crisis en los centro penitenciarios que registran un alto porcentaje de hacinamiento, que de acuerdo a la Defensoría del Pueblo, ronda el 52 por ciento a nivel nacional. Sin embargo, ha constatado niveles hasta de 400 por ciento, como en el caso de Riohacha.

Internos que deben utilizar los pasillos como dormitorios y que, por no poder salir en las noches al baño, tienen que hacer sus necesidades en tarros. Que amarran cobijas para que hagan las veces de hamacas y así poder poner sus cuerpos en un lugar distinto al suelo. Que duermen, descansan o incluso cocinan en los baños y las duchas. Ese es, a grandes rasgos, el panorama que presenta la mayoría de los centros carcelarios del país.

Según datos de ese organismo, en la cárcel Modelo de Bogotá, que registra un hacinamiento de 230 por ciento, en la de Bellavista es de 210 por ciento. Mientras que en los centros carcelarios de Valledupar y La Dorada, se han identificado graves problemas en el suministro de agua.

Sin embargo, el panorama en las demás cárceles no es alentador, casi 6 mil personas en la cárcel de Picaleña en Ibagué, conviven hacinados sin adecuado suministro de agua ni medicamentos y en los casos más dramáticos que se presentan en las cárceles de Antioquia residen combos enemigos en el mismo patio que, además, prácticamente tienen que dormir unos encima de otros.