ni una menos - Fabian aguilar

Yanela Medina apareció en una bolsa de consorcio flotando en el río. La encontraron violada y empalada después de una semana de buscarla. “El crimen fue de una violencia absurda: la embalaron, la hicieron un bollito y la tiraron al río”, dijo a Cosecha Roja la fiscal María de los Ángeles Attarian. A tres años del femicidio de la niña de 10, tres imputados enfrentarán a los jueces en los tribunales de Quilmes.

***

Yanela Medina iba a cumplir 11 años. Le gustaba el carnaval y bailaba en un corso de Florencia Varela. El 24 de febrero de 2013 salió de su casa entre las calles 114 y 26, en la localidad de Ranelagh provincia de Buenos Aires, para entregar unos cosméticos que su madre vendía por catálogos. Los vecinos la vieron por última vez cruzando la calle en dirección a lo de una vecina. Estaba vestida con unas calzas negras con flores, una remera blanca, un saco del mismo color y un par de zapatillas negras con tiras.

Como la nena nunca llegó a la casa de la clienta, los padres hicieron la denuncia en la comisaría segunda de Ranelagh. La policía no actuó de inmediato y los padres decidieron buscarla por sus propios medios. “No te das una idea la desesperación que teníamos. Una testigo dice que la vio en una estación de servicio en Sevilla y Camino General Belgrano, que entró a comprar golosinas. Que fue alrededor de las 12, que Yanella sonreía. Pero perdimos el rastro”, dijo a los medios la tía de la Yanela en el momento del crimen.

Ante la inacción de la policía local, los amigos y familiares cortaron la calle 114. En una de las esquinas montaron un pequeño santuario con fotos, flores de colores, velas y un cartel que decía: “Yanela sos nuestro Ángel. Justicia” junto a los números de teléfono para llamar por si había noticias de su paradero.

“Los primeros días desde su desaparición la policía ni se movió. Nos decían que ella había salido por su cuenta, que estaría en la casa de una amiga y ya iba a volver. Empezaron a buscarla cuando nosotros salimos a la calle” dijo Daniela la hermana de la nena.

El 28 de febrero de 2013 los familiares marcharon a la comisaría: “Todos fuimos con una vela en la mano, pidiendo justicia por Yanela Medina, una nena estudiosa, educada, buena de tan sólo diez añitos”, publicó uno de sus parientes en Facebook. Ya habían pasado seis días desde su desaparición.

La madrugada del 2 de marzo la policía llamó a la familia Medina: habían encontrado un cuerpo en una bolsa de consorcio flotando en el río. Atada de pies y manos con alambres, el cuerpo tenía una remera blanca y estaba desnudo de las rodillas para abajo. Como estaba en avanzado estado de descomposición, los padres no estuvieron seguros hasta que las pruebas de ADN corroboraron que era Yanela.

La investigaciòn reveló uno de los asesinatos infantiles más crueles de los últimos años: fue violada varias veces, torturada y empalada. Incluso sacaron sus intestinos antes de matarla. Después arrojaron el cuerpo al río para esconder la evidencia.

Los únicos imputados fueron tres jóvenes de Florencia Varela. Una pareja de hermanos, Leandro y Augusto Gracetti y un amigo de ellos, Gianfranco Velázquez, todos mayores de 21 años en el momento del femicidio. “Eran chicos en situación de calle”, dijo la fiscal. También hubo un cuarto acusado, Mariano Flores, que fue desestimado por falta de pruebas. Los peritos no pudieron realizar más exámenes por el estado en que la encontraron.

Cuando los medios publicaron la noticia del crimen, Tatiana Ludmila, una de las compañeras de colegio de la niña asesinada, publicó en una red social: “Soy  amiga de Yanela. Me acuerdo que ella le daba caramelos a mi hermanito más chico cuando lloraba porque mi mamá se había ido. Cuando me enteré cómo murió pensé que no podía ser Yanela”.

Los familiares y amigos exigen justicia desde hace cuatro años. “Lo único que queremos es que se esclarezca el caso y que se sepa quiénes fueron los que entregaron, violaron y mataron a mi hermana”, dijo a Cosecha Roja Daniela Medina.

Foto: Fabián Aguilar