Foto: Pablo Leguizamon

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El cuerpo de Daiana Ginaro, de 15 años, apareció en la desembocadura del río Negro, en la ciudad de Viedma. La familia pudo reconocerla por los anillos y la ropa. La había buscado durante dos meses.

Según el Ministerio Público fiscal, la muerte de Daiana “es de larga data” y “los resultados preliminares indicaron que el cuerpo no presentaría signos de violencia”.

El cuerpo fue hallado por unos pescadores el martes por la tarde y en la mañana del miércoles se confirmó la identidad, justo cuando agrupaciones feministas se concentraban en las puertas del Ministerio Público Fiscal para pedir información sobre el caso.

Un grupo de pibas lloró por horas, las mujeres de agrupaciones feministas tomaron la posta con los bombos, redoblantes y megáfono. “Rodríguez Frandsen renunciá”, gritaron infinidad de veces y el grito sólo llegó hasta el cordón policial que se improvisó para reforzar la seguridad del edificio. Ni la fiscal Paula Rodríguez Frandsen ni el procurador general, Jorge Crespo, se hicieron eco del reclamo.

Foto: Pablo Leguizamon

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Rodríguez Frandsen es la fiscal que investigó sin éxito la desaparición de otra vecina de Viedma, Silvia Vázquez Colque. En su momento, la fiscal se negó a relacionar esa ausencia con el sometimiento y la violencia constante a la que era sometida por parte de su marido, hoy imputado por femicidio gracias al impulso de la causa por parte de la querella.

En la tarde del miércoles la comunidad se movilizó pidiendo justicia por Daiana. Partió de la escuela industrial a la que asistía la joven y terminó en la plaza del centro de la pequeña ciudad capital provincial, con un abrazo masivo.

En la marcha no estuvieron  los padres de Daiana, sólo una tía y algunos allegados, que no pararon de llorar en todo el recorrido. “Creíamos que iba a volver, la verdad no esperábamos algo así”, dice a Cosecha Roja  Silvia San Martín, amiga de la familia “de toda la vida”.

Foto: Pablo Leguizamon

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Joana Pedrero es integrante del colectivo feminista Mujeres Organizadas de la Comarca y fue una de las que acompañó a la familia de Daiana en el transcurso de su búsqueda. Llegó a establecer un vínculo de confianza con Daniela, la mamá. En la marcha contó que tuvo la posibilidad de abrazar a esa madre, luego de que se conociera la noticia. “Daiana cumpliría 16 años. Estuvimos hablando con la mamá, que cuando le entreguen el cuerpo, nos va a avisar del sepelio, porque le queremos hacer algo lindo”.

Sobre la investigación, Pedrero dijo que  “Rodríguez Frandsen siempre manejó la hipótesis del suicidio o que Daiana se había ido y estaba escondida en Carmen de Patagones (ciudad lindante con Viedma). La primera semana, cuando desapareció,  hubo testimonios que decían que la vieron y también las cámaras de seguridad de la vía pública la filmaron caminando ¿qué pasó con ella esa semana?”, se preguntó.

Para Mayra Santa Cruz, otra de las integrantes de Mujeres, el reclamo a la fiscal es porque “la fiscalía se ajusta a una hipótesis que elabora en un primer momento y no agota otras posibles líneas de investigación. Lo mismo pasó con Silvia Vázquez Colque”.

Los reclamos también están dirigidos a la policía y el ministerio de Seguridad de la provincia que “recién seis días después de que Daiana desapareció cerraron los puentes y pusieron controles policiales muy deficientes”, acusó Santa Cruz. Pedrero remarcó que el ministro de Seguridad, Gastón Pérez Estevan, demoró el mismo tiempo en reunirse con la familia y ofrecer colaboración.

Foto: Pablo Leguizamon

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El 15 de octubre se habían cumplido dos meses de la ausencia de Daiana. Según consta en la denuncia que realizó la familia, luego de una discusión ella se bajó del auto de su padre en las inmediaciones de uno de los puentes que conecta a Viedma con la ciudad bonaerense de Carmen de Patagones. Se fue sin dinero y sin celular.

Según la fiscalía, apenas los padres de la joven radicaron la denuncia se puso en marcha el protocolo de actuación correspondiente. Parte de este protocolo incluyó la búsqueda con perros y el rastrillaje policial en el río Negro. Nadie la encontró.

Con el paso de los días surgieron diferentes versiones de manera informal sobre su paradero. Hasta la misma fiscal llegó a declarar a los medios de comunicación que “en el país existen miles de chicos menores de edad que viven y se arreglan solos, sin sus padres o a pesar de sus padres. Andan por la calle caminando y nadie les pide un documento. Más allá de la creencia popular de que no es posible estar escondido, la realidad es que sí” (VDM Noticias, 15 de septiembre).

“Nuestra bronca visceral es que en esta ciudad parece que o te escupe un río o no apareces nunca más”, concluyó Santa Cruz , indignada porque el cuerpo de Daiana ni siquiera fue encontrado por la policía o la justicia, sino casualmente por unos pescadores.

Ahora las organizaciones evalúan presentar una denuncia contra la funcionaria en el Consejo de la Magistratura.