la amante del coachCosecha Roja.-

Las miradas empiezan a centrarse en ella. Andrea Torres Condado de Gómez Vara. Hija de una familia reconocida en Chaco, su provincia de origen. También de Corrientes, donde vivía con su marido Eduardo Gómez Vera, un destacado cirujano plástico. Además del testimonio del primo del couch de tenis Rubén Ré, ahora se sabe que el auto de su madre fue secuestrado para ser periciado. Y que ella, al volver a su edifició, adulteró el registro de entradas para ganar tiempo y hacer creer que había llegado antes.

Se dice que ella es habitué de spa y centros de belleza. Ahora está en prisión, imputada por abandono de persona agravado, un delito que prevé entre 5 y 15 años de pena. Ayer se presentó con su abogado en el juzgado para pedir la eximición de prisión, se negó a declarar ante la jueza Josefina González Cabañas y quedó detenida en la Comisaría de la Mujer.
Pedro Barboza, periodista de Paso de la Patria, asegura que la trama que relaciona a Torres con la muerte del instructor de tenis Rubén Ré, no sería la primera en su historia. Hace algunos años otro hombre se habría suicidado por su abandono. Héctor Luis Lanza Pellegrini se pegó un tiro en Playa Arazatí y el hecho nunca terminó de esclarecerse. Hay versiones que lo vinculan con Torres en una relación extramatrimonial.

Ruben Ré estaba casado, tenía 51 años y era uno de los entrenadores de tenis más importantes de Argentina. Entre sus discípulos se cuentan José Acassuso y Leonardo Mayer. Fue internado en el Hospital Escuela el 6 de febrero como NN. Estaba tan lastimado que recién se logró identificarlo 2 días después. El cuerpo del coach fue encontrado por un vecino de Paso de la Patria, una pequeña localidad de Corrientes, a 70 metros de la casa quinta había pasado el día. 18 días después murió en el hospital.
La autopsia se hizo en Resistencia, antes de la cremación del cuerpo de Ré, y se encontró que el politraumatismo severo de cráneo que motivó la muerte podía tener dos fuentes. O una paliza atroz o que el cuerpo haya sido golpeado por un vehículo. El hecho de que estuviera más golpeado en la zona izquierda que en la derecha, inclinó a los investigadores a pensar en que había sido atropellado por un automóvil. Se comentaba que las lesiones en el cuerpo del coach eran parecidas a las que surgen en un accidente de tránsito.

El 6 de febrero Ré dijo que viajaba a Capital Federal y que su primo Marcelo Fioravanti lo llevaría hasta el aeropuerto. Así lo habían acordado como cortina para un encuentro de Ré con Andrea Torres Condado de Gómez Vara en la quinta. La relación que sostenían estaba llegando a su final. Ese día, a pesar de que él nunca bebía, tomaron champagne. Hay versiones que hablan de corridas, de discusiones a los gritos, de escenas de violencia.

Al día siguiente Fioravanti llamó a Ré para coordinar la vuelta. En el teléfono no atendía nadie. Entonces llamó a Torres y ella le dijo que algo había pasado. Su historia era confusa y contradictoria. En su primera versión ella subió al auto para irse, él la persiguió para detenerla, corriendo al lado del vehículo. La última vez que lo vio, entonces, estaba vivo y sin lesiones. A Fioravanti la historia no le cerraba y decidió viajar hasta Paso de la Patria para encontrarse con Ré. Cuando llegó a la quinta no encontró a nadie. Los vecinos ya lo habían auxiliado y trasladado al Hospital Escuela. Su primo hermano se presentó en el hospital, pero las heridas en la cabeza y en la cara de Ré le impidieron reconocerlo.
El testimonio de esa llamada telefónica fue fundamental para la detención de Torres. No solo se comprobaba que había estado en el lugar la tarde noche del 6 de febrero, sino que empezaba a resquebrajarse su versión.

“El primer delito es de abandono agravado de persona”, declaró Armando Britos Aquino, abogado de la familia Ré. “En cuanto al otro delito, las lesiones que terminaron en la muerte, la simultaneidad de hechos hace que ella o sabe qué pasó o fue partícipe o fue protagonista. En ese aspecto no descartamos ninguna hipótesis”.

El fiscal Gustavo Robineau le contó a Cosecha Roja que, entre las causas para detener a Torres, se tuvo en cuenta no solo con el llamado telefónico con Fioravanti el 7 de febrero, ni las versiones de corridas y discusiones en la quinta, no solamente que su madre fuera la propietaria del Honda Fit gris que la policía secuestró para realizar peritajes. “Hay elementos”, dijo el fiscal, “para afirmar que ella lo incapacitó, aunque queda por confirmar que haya sido o no de forma voluntaria. Y que después lo dejó sin auxilio médico”.

A esto se suman las pruebas que demuestran su intención de ganar tiempo. “El edificio donde vive Torres tiene un registro para el ingreso de vehículos”, afirmó el fiscal. “Notamos que el cuaderno estaba adulterado. El 6 de febrero, personal de seguridad privada había anotado el ingreso de Torres a las 21:49. Ella pidió el cuaderno y con una birome del mismo color corrigió: 21:09. Quedó claro que quería ganar minutos”.

A pesar de la insistencia de la familia de Rubén Ré para que se investigue a posible participación del marido de Torres, sumado a que el Honda Fit secuestrado no muestra señales de haber sufrido ningún impacto, todavía no hay datos en la investigación que hablen de otro vehículo ni de la presencia de otra persona en la casa quinta. Tampoco se descartan como posibilidad.

“No contamos con testigos presenciales”, dijo Robineau. “Estamos buscando ese testimonio que termine de aclarar los hechos”.