“Me violaba en muchas situaciones. Situaciones en la que estaba llorando, pidiendo que no”.

“La primera ocasión que estuve con él tenía 14 años y era la segunda vez que lo veía. Entré a su casa, me dijo ‘así que sos muy puta’. Me dio vuelta y me penetró por atrás sin preguntarme. Era la segunda vez que tenía sexo”.

“Cuando llego a donde estaba él, había otra persona. No fue consentido. Fue una situación de humillación total. Me sentí un trapo de piso”.

“Lo vi por primera vez a mis trece años y empecé a tener un vínculo con él a escondidas por teléfono. Él me decía que le tenía que decir a mi madre o qué no”.

“No me podía ver el espejo. Me sentía que me lo merecía. Porque eso me decía él: que yo era una puta y que no me merecía otra cosa”.

Los testimonios pertenecen a tres de las denunciantes del cantante Cristian Aldana, acusado por al menos diez mujeres de cometer abusos sexuales.  El video fue realizado por Matria y comenzó a circular en las redes sociales. Se puede ver aquí:

Las primeras denuncias contra Cristian Aldana aparecieron en las redes sociales. Del Facebook pasaron a la Justicia. Fue cuando la fiscal Mariela Labozzetta, de la Unidad Fiscal Especializada en Violencia contra las Mujeres, recopiló las historias de quienes fueron víctimas del cantante. Entonces lo acusó de “abuso sexual agravado y corrupción de menores” y las presentó ante el Juzgado de Instrucción N°17. El pedido de captura y allanamiento fue ordenado por la Fiscalía N°38, a cargo de la doctora Betina Vota.

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El juez Roberto Oscar Ponce no hizo lugar al pedido de excarcelación solicitado por la defensa de Humberto Cristian Aldana, imputado por el delito de abuso sexual gravemente ultrajante y con acceso carnal en concurso ideal con corrupción de menores en calidad de autor, reiterado en siete oportunidades, informó el Centro de Información Judicial. En la resolución, señalo que “no pueden obviarse las graves características de los hechos atribuidos al imputado, dado que sabiendo de su condición de ídolo musical de las víctimas menores de edad y, en aprovechamiento de la adoración que éstas le dispensaban, como así también de su inmadurez sexual, las forzó a mantener relaciones sexuales con él en forma violenta e intempestiva, accediéndolas carnalmente por vía vaginal y anal, y a practicarle sexo oral.

“Además, por su influencia sobre las niñas, logró manipularlas para que participaran de orgías sexuales que organizaba con otras menores de edad, como así también las incitó a incorporar a otras niñas a dichas prácticas”. Señaló que “en todos los casos pesquisados se denota la ausencia total de consideración a la minoridad de las víctimas, también un claro desprecio al género femenino e incluso una falta total de respeto a la noción más elemental de la dignidad humana. Entiendo que se encuentra configurado el riesgo de fuga, sin que se advierta la posibilidad de que sea neutralizado por una medida de menor injerencia atendiendo a las razones que se han desarrollado”.