Cosecha Roja.-

Cuatro jóvenes fueron torturados en el Instituto de Menores de Almafuerte, ubicado en la localidad de Abasto (La Plata). El defensor penal Julián Axat presentó un habeas corpus y solicitó el traslado inmediato de los adolescentes quienes fueron golpeados con palos, matafuegos y escudos. “Es un penal que tiene las mismas condiciones que Olmos”, aseguró. Horas más tarde, pasaron a disponiblidad a los guardias acusados.La medida tiene carácter preventivo hasta tanto se investiguen las responsabilidades de los siete guardias involucrados. A la tarde, representantes del Senado bonaerense mantendrán una reunión con los denunciantes. 

La tortura se habría iniciado por una discusión en el pabellón izquierdo entre los celadores y los reclusos, que derivó en una violenta represión con palos y escudos. Julián Axat habló con Cosecha Roja y aseguró que “al llegar al Instituto me encontré con un panorama terrible, con cuatro chicos alojados en “buzones”, lo que en la jerga carcelaria significa aislados en celdas de máxima seguridad. Allí mismo obligué a los asistentes a ver a los chicos. Tenían marcas, excoriaciones y signos claros de haber sido golpeados brutalmente”.
El instituto Almafuerte es uno de los centros de máxima seguridad. Allí se alojan los chicos que comenten los delitos más graves. “Además”, dijo Axat, “es el centro que tiene el trato más tosco, donde los alojados no tienen demasiada recreación. Es un lugar que tiene las mismas condiciones que el penal de Olmos.
Poco después de la represión, los celadores se presentaron en la Comisaría de Abasto para denunciar lesionados y golpes por parte de los reclusos en un intento de reducirlos. “Realizaron una denuncia falsa, ya que no tenían signos de violencia”, aseguró Axat.
El habeas corpus presentado por el defensor penal daba cuenta de un “fragrante agravamiento de las condiciones de detención”
Los reconocimientos médicos revelaron que los asistentes de minoridad encubrieron la situación para desvincularse de la agresión contra los adolescentes. Según el relato que pudo recabar Axat, unos catorce celadores los atacaron con escudos, matafuegos y palos, para después alojarlos dentro de celdas de aislamiento sin colchones y atención médica.
El defensor solicitó el traslado de los menores hacia otro centro dependiente de la Subsecretaria de Niñez y Adolescencia para que se proteja a los adolescentes y que se pase a disponibilidad a los asistentes implicados en la represión.
En febrero de este año, el defensor Ricardo Berengue había pedido el cierre definitivo del establecimiento y responsabilizó a Pablo Navarro, secretario provincial de Niñez, por la situación del centro de seguridad.
“La tortura”, concluyó Axat, “es una delito de acción pública”.