narco-lagrima

Se quiso convencer de que las balas no eran para él. Vio que los proyectiles habían pegado en la pared del vecino y pensó que era otro tiroteo de las bandas que venden paco en el barrio. Hasta que uno de los hijos le mostró el video del ataque que circulaba por Whatsapp. Los que dispararon no querían que hubiera dudas de que le estaban apuntado. No le perdonaban la denuncia que hizo contra los transas que vendían paco a metros de su casa, en Ingeniero Budge. “Acá no se podía vivir más así. En algún momento había que juntarse y hacer algo. Por nosotros, por nuestros chicos que ya no podían andar en bicicleta ni jugar a la pelota en la calle”, dice Gustavo Carrasco, de 56 años, a Cosecha Roja.

En las imágenes que le mandaron por teléfono se ve como un hombre de campera naranja baja en medio de la noche por un terraplén y lanza una ráfaga de ametralladora desde el medio de la calle. Cuando deja de tirar vuelve hacia donde está el que lo está filmado. “Quizás fui un poco imprudente porque los denuncié y me balearon, pero si no lo hacíamos alguien iba a terminar mal”, relata Carrasco. “La otra noche, antes de dormirme, me quedé solo y pensé: “Por ahí metí la pata, me expuse un poco a mí y a la familia con todo esto. Pero después me di cuenta de que no iba a poder perdonármelo si algún vecino terminaba herido por no haber actuado”.

Hace un año que en la calle Saladillo y las vías del ferrocarril Belgrano sur están tomadas por una banda que vende paco. Al principio le vendían a gente de la zona, pero cada vez llega más gente desde más lejos. A Saladillo, desde entonces le dicen “la 9 de Julio”, por el tránsito y por lo poblada. Los vecinos convivieron con esas imágenes con la sensación de que no había mucho por hacer.

disparos“Ya era medio natural, no se metían con nosotros y nosotros hacíamos como que no los veíamos. Pero en los últimos tiempos se puso todo más grave. El 18 de marzo, cuando mis hijos más grandes se iban de mi casa, después de un cumpleaños de un nieto, dos bandas se agarraron a tiros en la puerta. No hubo heridos de milagro. Al otro día, nos juntamos los vecinos y decidimos ir a encararlos, pero no apareció ninguno de ellos. Entonces fuimos a la comisaría”, dice Carrasco.

En la seccional 10 de Lomas de Zamora les tomaron la denuncia. Desde ese domingo hasta el día del video no volvieron a ver a nadie vendiendo paco, a pesar que los clientes se paseaban por el lugar. Fueron dos meses sin que nadie vendiera paco, hasta el día de la metralla.

Carrasco trabaja y vive en la casa baleada. Vende artículos de limpieza y tortillas a la parrilla. Ve la calle todo el tiempo. Ahora tiene al frente un patrullero de la Gendarmería y otro de la Bonaerense. Dice que todo está tranquilo por la presencia policial pero que no sabe qué sucederá cuando la custodia se vaya. “Yo no me puedo volver a quedar solo acá. Yo no me creo un tipo valiente, no lo quiero ser tampoco. Solo soy alguien que disfruta de estar con sus hijos y sus nietos en la puerta de la casa. Eso es lo único que quise defender”.

“Lo único bueno de todo lo que sucedió es que me sentí muy acompañado. Vinieron vecinos a solidarizarse y a compartir el momento. Me gustaría que los que andan timbrando por ahí, me toquen el timbre a mí así les puedo contar lo que nos está pasando”, dijo refiriéndose a las autoridades provinciales.

El diputado nacional Fernando “Chino” Navarro estuvo en la casa de Carrasco y luego del encuentro publicó unas frases en su cuenta de Facebook. “La historia del ataque con ametralladora a vecinos de Ingeniero Budge es una de las tantas que nos habla del crecimiento feroz del narcomenudeo en complicidad con sectores del Estado (la política, los gobiernos, la Justicia y, sobre todo, la policía) y la sociedad. Estamos ante un fenómeno inaudito de poder delictual controlando la calle y es por eso que nos preocupamos y plantemos a las autoridades provinciales, tanto a las anteriores como a las actuales, que esta situación no hará más que crecer -con los costos imaginables en términos de terror y hasta de vidas que eso implica- sin una política integral y de largo plazo”.