Rocío Girat está angustiada. La Sala 6 de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional confirmó el procesamiento de Mariana Gómez, su esposa. La acusan del delito de “resistencia a la autoridad, en concurso real con el de lesiones graves”, en la causa que se le inició en octubre del año pasado cuando estaba abrazando y besando a Rocío en la estación Constitución. El fallo se dio a conocer un día después de la marcha por el Día Internacional de la Mujer.

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Foto: Gala Abramovich

La jueza María Fontbona de Pombo ni siquiera citó a Mariana a declarar. No la escuchó. Tampoco aceptó que la defensa aportara videos donde se ve la violencia con la que el policía trató y manoseó a Mariana. En cambio, entendió que fue Mariana quien agredió al oficial Jonatan Maximiliano Rojo. Según declaró Rojo, ella lo agredió “con sus pechos”.

“¿Desde cuándo dos tetas son más peligrosas que un arma?”, se pregunta Rocío. “Es una burla a la inteligencia. Que una jueza, teniendo pechos, avale que una mujer pueda atacar con sus pechos es increíble”, dice. Lo que explican Mariana y Rocío (y avalan los videos que no les permitieron agregar a la causa) es que fue Rojas quien tres veces le puso las manos sobre los pechos a Mariana.

Rocío teme que eleven la causa a juicio oral. Y sus peores fantasmas le rondan. No puede entender cómo en tan sólo cinco meses una causa de estas características avanzó así, cuando ella misma tuvo que esperar dos años y medio para que eleven a juicio la causa que terminó condenando a su propio padre por abuso sexual agravado por el vínculo. Entre los 13 y 17 años, Rocío sufrió abusos y golpes por parte de Marcelo Girat, ex oficial de la Armada, con complicidad de la fuerza.

LesboOdio

“Hace cuatro años que estamos juntas y jamás pasamos por una situación tan violenta y discriminatoria”, le dijo Rocío a Cosecha Roja. Mariana sí pasó por momentos horribles, como que la sacaran de un boliche. “Siempre la más violentada es la lesbiana que se autopercibe más. Otras parejas tuvieron la misma experiencia: la lesbiana más ‘visible’ es la discriminada”, dice. “Es un claro caso de lesboodio”, agrega.

Este viernes habrá una acción para pedir por la absolución de Mariana y para terminar con los crímenes y discriminación por lesboodio.  “Nos vamos a juntar a charlar con todas las personas que quieran aportar algo para la causa y la idea es formar una comisión para ver cómo seguimos”, cuenta Rocío y aclara: “Pero esto no es sólo por lo que nos pasó a nosotras, sino para todos los casos que no son visibles”.

Será a las 18.30 en la Mutual Sentimiento (Lacroze 4181, tercer piso).

Presa por besar

El 2 de octubre de 2017 Mariana y Rocío habían viajado desde Avellaneda hasta Constitución. Ahí Rocío tenía que tomar el colectivo para ir al trabajo. La despedida duró unos minutos. Intercambiaron palabras, besos y abrazos. Un empleado de Metrovías se acercó y le pidió a Mariana que apagara el cigarrillo. Ella se quejó: alrededor había muchas personas fumando y no había carteles indicadores. El empleado le hizo una seña con la mano al policía.

—Pibe, apagá el cigarrillo —le dijo el oficial Jonatan Maximiliano Rojo.

Mariana aclaró que era mujer. Apagó el cigarrillo y se fue. Rojo le cruzó el brazo.

—Pibe, vas a ser detenido, quedate acá.

Rojo y otra policía mujer la tiraron al piso, la arrastraron y la trasladaron a la oficina de la Policía de la Ciudad de la estación Boedo de la línea E. Parte del operativo fue filmado por los testigos y se viralizó en las redes.

Uno de los policías le pidió los datos a Rocío. Ella le dijo que era la esposa de Mariana. “Soltera”, anotó el agente. Rocío insistió con que estaba casada y el policía le pidió un comprobante. “No sé a qué pareja heterosexual le piden el certificado”, dijo Rocío Girat a los canales de televisión.

Mariana estuvo siete horas presa.