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Laureano Barrera, Infojus-.

La interna por la hegemonía en la barrabrava de Boca no se toma vacaciones. Ayer, unas horas antes del partido amistoso que el club Xeneize iba a jugar contra San Lorenzo se produjo un enfrentamiento armado con más de doscientos disparos, dos muertos, al menos tres heridos graves, y varios heridos de distinta consideración que se repartieron en los hospitales Santojanni, Piñeyro y el Argerich.

La hipótesis de la policía es que el choque estaba pautado de antemano en el lugar donde se produjo el tiroteo, justo el día en el que volvía el público visitante a los estadios desde la restricción impuesta por la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) luego de la muerte de un hincha de Lanús en el estadio Ciudad de La Plata, el torneo pasado.

Los primeros estampidos, secos en el aire dominical del Bajo Flores, se habrían producido sobre la calle Janer, en el cruce con Lafuente, donde estaba el primer cacheo del operativo montado por la Policía Federal. Allí chocaron dos facciones de la barra de Boca: la oficial, comandada por Fito Devaux –jefe de la barra desde que los jefes Mauro Martín y Maximiliano Mazzaro cayeron presos por un asesinato- y el “grupo de Lomas de Zamora”, cercano al desplazado Rafael Di Zeo, que disputa hace bastante tiempo la hegemonía en los tablones xeneises. Hubo fuego cruzado. A las 14.50, en la intersección con la calle Lafuente, cayó muerto una persona de 35 años con un tiro en el tórax, según confirmó el titular del SAME, Alberto Crescenti. Su nombre era Marcelo Carnevale. Los de Devaux retrocedieron hasta el cruce con la avenida Riestra. Allí hubo más tiros.

La segunda muerte de la tarde se produjo en el hospital Santojanni. Se trataba de un hombre de 44 años al que una bala le entró por la región dorsal y le salió por el abdomen. No era un desconocido en el mundo de la hinchada de Boca. Ángel Martín Díaz, alias Feco de Hurlingham, era uno de los laderos de mayor gtrayectoria de Rafael Di Zeo cuando lideraba la barra, y ahora también.

Feco tenía una larga historia de prohibiciones judiciales para asistir a los partidos de Boca. Había protagonizado, junto a los hermanos Di Zeo y varios barras la  pelea el 31 de agosto de 2003 en un partido oficial contra Chacarita en la Bombonera. También figuró en distintos listados de derecho de admisión confeccionados por la propia dirigencia actual de Boca. En 26 de enero de 2006, fue cercado por hinchas de River en el playón de una de las plateas del estadio mundialista de Mar del Plata. Lo hirieron con armas blancas y debió ser operado por cortes en el abdomen y tórax.

Los testigos del tiroteo dijeron a la prensa que el choque de barras fue “una batalla tremenda”, en la que se escucharon “más de cien tiros” y “tiraban todos y siempre a distancia, nunca se pelearon mano a mano”. Gendarmería Nacional confirmó que fueron secuestradas unas ochenta vainas servidas. Hubo un sólo detenido en las calles Mariano Acosta y Riestra: un hombre que portaba una pistola calibre 45, marca Colt.

El enfrentamiento podría tener, al menos, una razón actual y una histórica. La traición se remonta al tiempo en el que Di Zeo estuvo preso hace unos años atrás, y Mauro Martín, que era uno de sus segundos mandos y a quien le había mostrado casi todos los resortes necesarios para conducir la barrabrava, aprovechó para ocupar su lugar. “Martín rompió todos los códigos” le contó hace un tiempo a Infojus Noticias un pibe que vive en La Boca y es cercano a los “tribuneros”. “Pero su poder es distinto al que tenía él Viejo’ (por Rafa Di Zeo). Lo que tiene es la línea directa con la policía”, agregó.

El móvil coyuntural sería económico: la búsqueda de una porción gruesa del remanente de casi 2000 entradas que iban a ser vendidas al público visitante. Por la duplicación de carnets mellizos y los negocios que se desprenden del manejo de los recursos del club, estuvieron detenidos durante unos días dos dirigentes y más de medio centenar de hinchas de Boca, muchos de ellos pertenecientes a la barra. de Boca, muchos de ellos pertenecientes a la barra. En esa causa judicial, donde hubo un centenar de escuchas telefónicas, se hablaba de promesas de vueltos y venganzas.

En la página oficial de Boca Juniors, la batalla campal de ayer quedó reducida a un tweet escueto: “El partido vs. San Lorenzo fue suspendido por los hechos de violencia ocurridos en la previa del partido”.