Tucuman_Simoca_PlazaCosecha Roja.-

El domingo a la noche se oyó un estruendo, en Simoca, un pueblo a 50 kilómetros de San Miguel de Tucumán. Miguel Chico, un hombre que hace 18 años había cumplido una condena por femicidio, volvió a hacerlo. Rosa del Valle Luna murió de un disparo de escopeta  en el estómago. Después, contaron los vecinos al comisario, Chico caminó 300 metros por el cañaveral. Se suicidó con la misma escopeta que usó para asesinar a su mujer.

Cerca de las 9 de la noche  la policía llegó al barrio y encontró a la mujer muerta en una de las habitaciones de la casa en la que vivían juntos. El hijo de la chica -de 10 años y discapacitado- lloraba al lado del cuerpo: había visto todo.

Chico tenía 50 años y Rosa 38. Al hijo de ella ahora lo cuida la hermana, según contó un policía de Simoca a Cosecha Roja.

El hombre, que estaba muerto  en el cañaveral cuando llegaron los oficiales, había cumplido una condena 18 años atrás por asesinar a su mujer anterior, según dijo a los medios el comisario de Raúl Cornejo.  “Los vecinos dicen que fue por celos”, dijo la fuente policial.

Cada 30 horas ​hay un femicidio en Argentina. Según el Observatorio de Femicidios en Argentina Adriana Marisel Zembrano, Casa del Encuentro, en el 60 por ciento de los casos el que mata es la pareja y el 58 por ciento son adentro de la vivienda de la víctima.  El 12,5% de las mujeres asesinadas ya había denunciado al agresor.