mueren dos niños al incendiarse un taller textil en FlorestaCosecha Roja.-

El incendio del lunes -en el que murieron atrapados dos niños bolivianos- se podía haber evitado. El taller textil de Páez y Condarco nunca había sido inspeccionado ni controlado por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Pero los vecinos veían camiones que descargaban telas en la puerta semitapiada y en octubre una ONG hizo una denuncia por 40 posibles talleres clandestinos: el de Páez forma parte de una investigación que ya ocupa 60 carpetas. “Estamos analizando los antecedentes para determinar si existía trata de personas”, dijo a Cosecha Roja Marcelo Colombo, el fiscal a cargo en de la Procuraduría de Trata y Explotación de Personas.

El fuego empezó pasadas las 10 y media de la mañana en la planta baja de Páez al 2700. Un vecino llamó al 911 y llegaron los policías de la Comisaría 50, el SAME y los bomberos. “Normalmente en estos lugares las instalaciones eléctricas son demasiado precarias y no habría que descartar que un cortocircuito haya sido el causante del incendio”, dijo Claudio Maggi, a cargo del operativo que de los bomberos de la Policía Federal. Los procedimientos se complicaron porque la puerta estaba semi-tapiada y porque hubo un pequeño derrumbe dentro del edificio. Dos niños de siete y diez años (Rodrigo y Orlando) quedaron atrapados en el sótano y murieron. Los adultos lograron escapar y terminaron en el Hospital Álvarez con graves quemaduras.

Si el taller no fuera ilegal, hubiera habido inspecciones regulares de la Ciudad. Si no hubiera explotación laboral, las puertas no habrían estado tapiadas. El incendio que provocó la muerte de los dos niños se podría haber evitado. Hubo “desidia, falta de control y falta de interés en el ejercicio del control del poder de policía” de la administración porteña, dijo esta mañana Aníbal Fernández el jefe de Gabinete de Ministros de la Nación.

Después de la denuncia presentada seis meses atrás por La Alameda, la fiscalía de Colombo pidió más antecedentes a la Dirección General de Protección del Trabajo de la Ciudad  y al ministerio de Seguridad de la Nación para cruzarla con su propia base de datos. En diciembre, el gobierno porteño envió parte del informe y la semana pasada lo completó. “De los 40 lugares por los que preguntamos, 17 tenían antecedentes: el de Páez no pero sí otros dos en la misma cuadra”, dijo Colombo.

Amparo Menchaca y Julián Rojas sobrevivieron. Vivían en el viejo edificio con los dos niños que murieron: uno era un hijo de crianza y el otro un sobrino. Todos venían de Bolivia, según publicó Infojus Noticias. Cuando declararon ante la policía, dijeron que trabajaban en el lugar por decisión propia.

En la casa la policía encontró máquinas para la confección de ropas y rollos de tela. Los objetos encontrados coinciden con los relatos de los vecinos sobre el taller textil. La causa quedó a cargo de la fiscalía de instrucción 22. El fiscal José Cubría investiga la muerte de los niños bajo la carátula “incendio seguido de muerte” y el origen del incendio. El juez federal Rodolfo Canicoba Corral investiga si fue un caso de trata de personas y ordenó “tareas de inteligencia” en la zona y en el lugar, que estaba enrejado y con las ventanas tapiadas.

Foto: Mariano Armagno / Infojus Noticias