El 19 de septiembre entró en vigencia la Ley de Proscripción de Maras, Pandillas, Agrupaciones, Asociaciones y Organizaciones de Naturaleza Criminales. La nueva normativa establece penas de cárcel más fuertes contra pandilleros, cabecillas y colaboradores de estos grupos: de cuatro a seis años de cárcel para los que integren una mara y de siete a diez años cuando se trate de líderes de pandillas y sus colaboradores.

La ley nació tras la indignación generalizada por la quema de un microbús con sus pasajeros adentro. El ataque sucedió el 20 de junio en el municipio de Mejicanos, al norte de San Salvador, y habría sido cometido por siete pandilleros, según aseguró la Policía Nacional Civil (PNC). Desde entonces el Gabinete de Justicia y Seguridad elaboró, envió y recomendó la aplicación de la ley que prohíbe la participación en pandillas, maras, agrupaciones y otros tipos de organizaciones criminales.

Si bien la ley fue publicada en el Boletín Oficial, persisten dudas sobre su aplicación porque aún no existen las sanciones para quienes resulten condenados. La Asamblea Legislativa aprobó simultáneamente la Ley de proscripción de pandillas y las reformas al artículo 345 del Código Penal. Tras avalar la nueva normativa, el presidente salvadoreño Mauricio Funes la devolvió con observaciones porque cree que el incremento del castigo no es tanto como debería ser.

El fiscal general de la República, Romeo Barahona, y el director de la PNC, Carlos Ascencio, dijeron que la población notará que se está aplicando esa ley recién dentro de varias semanas, porque los pandilleros no serán detenidos en redadas sino con una investigación previa.

La ley “antipandillas” fue sancionada pocas horas después de un paro de transporte que afectó las actividades de gran parte del país, generado por supuestas amenazas de pandilleros que se habrían originado desde los centros penales. “No nos vamos a dejar chantajear”, dijo el presidente de El Salvador al anunciar la promulgación de la ley.

En El Salvador hay 24 mil presos, de los cuales 7 mil son pandilleros. Según estimaciones de la PNC, en todo el país existen unos 20 mil pandilleros.

“Este tipo de iniciativas recrudecen la escalada de violencia”

Entrevista de Cosecha Roja a Jeannette Aguilar, Directora del Instituto Universitario de Opinión Pública (IUDOP), de la Universidad Centroamericana Jose Simeón Cañas.

¿La ley antipandillas ya se está aplicando en El Salvador?

Sí y no. La ley entró en vigencia a partir del domingo 19 de septiembre, pero como es una ley administrativa sólo cobra naturaleza penal al ser aplicada en relación a varios artículos que han sido reformados del Código Penal. Lo que sucedió es que la ley entró en vigencia a partir de la sanción del Presidente, pero el Presidente no sé si se olvidó o desconocía que debía sancionar estos artículos que le dan vida a la ley. De manera que se armó toda una campaña, de que entraba en vigencia a partir del 19, pero en la práctica todavía no tiene aplicabilidad.

¿Cuáles son los principales cambios que implica esta ley?

Esta ley implica un fuerte énfasis en la persecución no sólo de las familias de los pandilleros sino también a las posibles redes de apoyo, promotores y colaboradores, e incluso a organizaciones de la sociedad civil que están trabajando procesos de reinserción de los pandilleros y que caerían en esta misma bolsa de “colaboradores”. Hoy las pandillas tienen una amplia base social, que está conformada por sus familias, por las redes que se han generado, porque los pandilleros tienen recursos, están cada vez más organizados aún en la cárcel, lugares donde han demostrado altos grados de cohesión y organización. También esta ley pone énfasis en buscar la pérdida de los derechos de propiedad de los bienes que estén vinculados a apoyar a las pandillas.

¿La ley habilita la persecución a las organizaciones que trabajan con los pandilleros y buscan reinsertarlos en la sociedad?

La ley legitima una práctica persecutoria que ya existe hacia las organizaciones que trabajan con las pandillas. Ya hay ataques hacia algunas organizaciones que trabajan con pandilleros, por eso esta ley le dará el marco legal a ese acoso policial que ya existe. Pero no queda claro cómo se va comprobar esta colaboración.

¿En qué otras normativas está inspirada esta ley?

La propuesta original tenía marco la como referencia las disposiciones de la Convención de las Naciones Unidas contra la Delincuencia Organizada Trasnacional, conocida como la Convención de Palemo.

¿Esta ley fue apoyada por todos los sectores políticos de El Salvador?

La izquierda hoy es el oficialismo, pero además esta ley fue apoyada mayoritariamente por todos los diputados, incluso legisladores que antes criticaban este tipo de iniciativas contra las pandillas. Sucede que es un tema que sigue teniendo mucha rentabilidad político-electoral, es un tema que goza de mucho respaldo de la sociedad y esto hace que los diputados se sumen a estas iniciativas.

¿Los pandilleros se han manifestado de alguna manera a partir de la sanción de esta ley?

Unos días antes de que entrara en vigencia esta ley hubo un paro muy importante de transporte que se atribuyó en buena medida como una respuesta de los pandilleros a la nueva ley. Pueden esperarse otras acciones en que las pandillas actúen en conjunto.

El endurecimiento de las leyes “antipandillas” puede redundar en una mayor detención de jóvenes en prisiones. ¿Está preparado el sistema carcelario para capturas masivas de pandilleros?

Seguramente habrá un incremento de la población carcelaria pandillera. La situación del sistema penitenciario ya es difícil, hay superpoblación en las cárceles, en este momento tenemos cerca 25 mil internos en un sistema penitenciario que tiene capacidad para 8 mil. Esta ley va a agudizar este problema.

Países limítrofes a El Salvador han manifestado el temor a que pandilleros salvadoreños crucen las fronteras para actuar en otros países como consecuencia de esta nueva ley. ¿Es un temor con base real?

Puede ocurrir, de hecho ya ocurrió a partir de 2004 cuando se endureció la persecución hacia los pandilleros. La otra posibilidad es que vengan pandilleros de otros países para apoyar a las pandillas salvadoreñas para enfrentar la aplicación de esta ley. Por eso también puede ocurrir la paradoja de que esta ley logre unir y cohesionar más a las pandillas.

¿Qué evaluación haces de los resultados que tienen las políticas y leyes represivas hacia las pandillas?

Este tipo de iniciativas para combatir las pandillas tienen efectos negativos: no han logrado debilitar a las pandillas y en cambio han logrado recrudecer la escalada de violencia. Hoy El Salvador tiene la segunda tasa de homicidios más alta de América Latina.