desplazada lista clintonEl Colombiano.-

Rosa Amelia Giraldo Arango tiene 40 años, es desplazada por grupos armados del municipio de Angostura desde el 2006 y no tendría por qué saber quién es Rosa Amelia Giraldo Sarria, si no fuera porque compartir sus nombres y su primer apellido le trajo una desgracia más, sumada a la de ser víctima de la violencia.

Rosa (la víctima) fue incluida en 2009 en la lista de narcotraficantes y delincuentes más famosa del mundo realizada por Estados Unidos y que se conoce como la Lista Clinton.

El error, más allá de tener el mismo nombre de una mujer señalada por los ‘gringos’ como testaferro del cartel de Cali, fue que las autoridades insertaron el número de su cédula en el informe que el Departamento del Tesoro estadounidense utilizó para bloquear sus transacciones, y por ahí derecho, toda su vida.

La investigación por la que apareció el nombre de Rosa Amelia Giraldo Sarria consta, según la Fiscalía 28 especializada contra el lavado de activos de Cali, en un predio envuelto en un sonado escándalo y que pertenecía a una inmobiliaria de propiedad del extinto narcotraficante Hélmer ‘Pacho’ Herrera, el cual figuró a nombre de la mujer después de un traspaso fraudulento.

“Yo me di cuenta que estaba en esa lista cuando fui a reclamar un subsidio de Familias en Acción, por el que luché tres años como víctima. En el Banco Agrario me dijeron que tenía las cuentas bloqueadas… yo no sabía qué era eso de la Lista Clinton”, afirma Rosa Amelia, en medio de su negocio, una tienda ubicada en el barrio La Gabriela de Bello, en la que es evidente, falta qué venderle a sus clientes.

Hasta ayer a Rosa Amelia (la de la tienda) no le habían notificado que por fin, tras tutelas, acciones legales, derechos de petición y decenas de trámites burocráticos, la habían borrado de la lista y que ahora en los bancos le creerán que no es testaferro, que no conoce sino a los ‘narcos’ de la televisión y que nunca llevó un apellido Sarria, que sí lleva quien en el informe ‘gringo’ tiene su número de cédula.

La sonrisa con la que se levanta por estos días, oculta lo que fueron cinco años de zozobra.

“A mí me daba miedo salir a la calle. Me pasó que en unas tres veces me pararon a pedirme los papeles. Cuando yo daba mi cédula, ya me imaginaba en los Estados Unidos presa. Es que me estaban buscando”, dice entre risas Rosa (la del error).

Cuenta cómo su esposo, que el domingo le dio un beso de recompensa cuando se enteraron de la rectificación, le decía que si la llevaban donde los ‘gringos’ no iba a tener cómo visitarla. Parece un chiste, pero pudo ser una terrible realidad.

La zozobra en la que vivió por un error, no fue el único daño. Por la falta de crédito, que era negado en todas partes, su tienda pasó de ser un próspero negocio a una exhibición de vitrinas vacías.

“Yo lo que quiero es seguir adelante, ahora más que ya no estoy con este problema. Yo creo que con unos 30 millones puedo volver a levantar este negocio”, agrega Rosa Amelia (la que fue desplazada de Angostura y esta vez, de la Lista Clinton).