El sábado 30 de septiembre y domingo 1 de octubre se realizó en la ciudad de Tandil el 2º Encuentro Regional de Mujeres del Centro de la Provincia de Buenos Aires. Participaron más de 300 mujeres de Bahía Blanca, Mar del Plata, Olavarría, Rauch, Ayacucho, González Chaves, Necochea, Miramar, Bolívar y Azul. 

Por Natacha Milazzo –  Fotos: Bernarda Ballesteros y Carla Bogliolo

Encuentro de mujeres bs as- Carla Bogliolo

La iniciativa llevada adelante por distintas organizaciones de la ciudad se enmarca dentro del Encuentro Nacional de Mujeres. Con ese espíritu se replicó el esquema de talleres, paneles, actividades culturales, un espacio de comercialización para productoras de la región y una movilización de mujeres que recorrió el centro de la ciudad. Los ejes del Encuentro fueron territorio, trabajo, disidencias y derechos sexuales y reproductivos.

Una de las razones principales por la que surge este encuentro regional es la idea de pensarse como mujeres desde el propio territorio, el interior de la Provincia de Buenos, reflexionar sobre las problemáticas concretas y pensar iniciativas que se articulen a nivel regional. Las trabajadoras de la economía popular, por ejemplo, aprovecharon el encuentro para generar su propio espacio de encuentro y debate.

Gisela Giamberardino, integrante de la Comisión Organizadora del Encuentro Regional, contó: “En los paneles de apertura y a través de las instancias de taller, en el diálogo entre mujeres de distintas generaciones, se va reconstruyendo una historia del movimiento de mujeres que hace que una no se sienta sola. Las más jóvenes pueden vincularse con mujeres que ya tienen un recorrido en esta historia de luchas y reivindicaciones, con posibilidades, estrategias y consensos ya definidos respecto a cuáles son los temas en los que no vamos a claudicar: la autonomía de nuestros cuerpos, las decisiones en cuanto a la orientación sexual y la demanda hacia el estado respecto a algunos derechos”.

Las mujeres de la economía popular tenemos voz propia”

En el marco del Encuentro, se realizó una Asamblea de Trabajadoras de la Economía Popular en la que participaron trabajadoras sociocomunitarias, cartoneras, feriantes e integrantes de cooperativas. Allí estuvo Jaquelina Flores, referenta nacional del Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE) y la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP), quien habló sobre la importancia de la construcción de un feminismo popular que incluya a las trabajadoras del sector y de ser protagonistas en esa construcción. En sus propias palabras: “las mujeres de la economía popular tenemos voz propia”.

Por unanimidad la asamblea aprobó un documento con exigencias concretas al Municipio de la ciudad anfitriona que incluye que:

– el gobierno local se expida sobre el proyecto de ordenanza presentado en la Banca XXI el 15 diciembre del 2016 solicitando la adhesión a la Ley Nacional de Emergencia Social;

– se cree un registro de trabajadores y trabajadoras populares de la ciudad;

– se conforme un Consejo Local de la Economía Popular;

– se genere trabajo digno de interés social;

– y se universalice la ayuda social para paliar el hambre que se vive en la localidad.

Pensarnos desde las condiciones materiales que nos atraviesan

“La potencialidad que tiene encontrarse a nivel regional es dejar de pensar la mujer en abstracto y pensar las construcciones de subjetividad femenina atravesadas por las condiciones materiales que nos intersectan, la clase, el ser migrante, el espacio donde trabajamos, el acceso a mayores o menores niveles de educación formal, entre otras cosas que nos hacen ser distintas mujeres y también nos hacen tener distintos niveles y dimensiones de necesidades”, dijo Gisela Giamberardino.

Como parte de las conclusiones y desafíos a asumir en cuanto a derechos sexuales y reproductivos, se habló de regionalizar la estrategia de respuesta a la problemática de la ILE (Interrupción Legal del Embarazo) porque en ninguna de las ciudades participantes se están cumpliendo los protocolos.

“Fue muy genuino el diálogo que hubo en el encuentro porque algunas somos de un feminismo más institucionalizado, otras de un feminismo más movimentista, somos mujeres con distintas perspectivas. Hubo un diálogo con respeto para sumar la perspectiva de las otras; habla de una madurez que vamos adquiriendo cada vez más consolidada en el movimiento de mujeres”, dijo Giamberardino.