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Desaparece, pasan 48 horas, la buscan, cómo estaba vestida, a quién llamar, donde la vieron por última vez, cuántos años tiene, con quién estaba. Parece que no es suficiente: los medios -no los servicios de comunicación, sino medios de consumo-, necesitan más. Se activa el morbo: fanática de los boliches, salía con su profesor, se sacaba fotos en bombacha, era buena, era mala, el especialista que dice que estaba loca, la opinóloga que lee en la pose, provocaba, se lo merecía, cómo va a andar así por la calle, y los padres, ¿esta chica no tiene padres?, qué putita, buscona, se rateaba, se sacaba siempre diez, quería ser monja, seguro se escapó, pero no, se fue con el novio, se drogaba, cómo se va a meter sola en un bosque, tarada, ¿no sabe que ahí te matan?

Y cuando las mujeres aparecen asesinadas, el morbo se renueva: que la autopsia, que le metieron un palo, y habla un fiscal y dice que fueron varios, que la mordió un perro, que tenía moscas en los ojos, le faltaba un dedo y gusanos en la boca, que el descampado, que ahí nadie se metería, que las hipótesis, el diario íntimo, habla una madre llorando, el móvil nunca termina, en la puerta del velorio y las compañeritas que insultan a las cámaras, vamos a una pausa, y el comercial que muestra una chica contenta, que jamás andaría sola, porque ella sabe cómo ser buena. Y muerta, ella muere una y otra vez, y cuesta creer en la justicia, y en la vida y en todo lo que se parezca a una esperanza.

Pongamos un freno. El Ministerio Público Tutelar (MPT) porteño presentó una medida cautelar para que los medios paren de difundir datos de la intimidad de Anahí Benítez, la adolescente encontrada asesinada en el partido bonaerense de Lomas de Zamora cuyo vida alimenta el morbo mediático por estos días. “Lo que hace a las circunstancias personales de la vida de una nena y a la vida privada de una familia que está sufriendo, la verdad es que como sociedad no nos aporta nada. Este es el límite que tenemos que tener: la intimidad es un derecho constitucional”, explicó a Cosecha Roja Yael Bendel, asesora general tutelar representante del MPT.

La medida cautelar ya fue presentada en otros casos (con Ángeles Rawson -la joven de 16 años asesinada en 2013- y las trillizas Kiara, Ángeles y Milagros – las bebas que fueron abandonadas en un hospital de La Matanza-). “El Interés Superior del Niño está consagrado en la Convención sobre los Derechos del Niño y es parte de nuestra Constitución. Significa siempre tener en cuenta lo mejor para niño y la niña y es la la garantía máxima de sus derechos. Tenemos que entender que son los más vulnerables por dos razones, primero por su condición de niños y niñas, que siempre necesitan de un adulto, y segundo porque cuando existe una vulneración o una violencia contra ellos generalmente quien la ejerce es un adulto, entonces la vulneración es doble. El interés superior supone el cuidado máximo de sus derechos, que son desde comer, jugar estudiar, tener salud y hasta su derecho a la intimidad, identidad y vida privada”, dijo Bendel.

Lo que genera una medida cautelar de este estilo es activar un mecanismo a través del Enacom (Ente Nacional de Comunicaciones) por el cual se notifica a los medios el cese de la difusión de informaciones sensibles. Si no, son sancionados con las multas correspondientes.

“Hay un consumo de esta clase de información, pero tenemos que cambiar. Este consumo a nosotros no nos aporta nada y a una familia la hiere. A ninguno de nosotros le gustaría que se difunda nuestra vida privada, se nos cuestione y revictimice. Tenemos que ir en contra y plantear un cambio cultural”, dijo Bendel.

Mientras se espera que el juzgado de Garantías 4 de Lomas de Zamora -cuyo titular, Sebastián Monelos, lleva adelante la causa por el femicidio de Anahí-, resuelva sobre la cautelar, el MPT hizo hoy otra presentación similar en el caso Nadia Rojas. La adolescente de 14 años que desapareció por segunda vez hace una semana y la buscan docentes, familias y organizaciones del Bajo Flores.