justicia por yamila

Yamila Candela Garay cerró la puerta de su casa del barrio Panamericano, en el Valle de Punilla. Adentro dejó la billetera y el celular para salir a correr liviana en la tarde del domingo 27 de marzo: nunca volvió. Al otro día las amigas y el hermano empezaron la búsqueda, postearon en los muros de Facebook y convocaron a una marcha el martes en La Falda, Córdoba. El cuerpo apareció ayer y el novio de la joven quedó detenido, acusado de homicidio agravado por el vínculo. Es el tercer femicidio en 2016 en la provincia.

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“Hola a todos, necesito de su ayuda para localizar a mi hermana que está desaparecida desde ayer a las tres de la tarde más o menos y no sabemos nada”, escribió Maximiliano Garay. Cuando la foto de Yamila comenzó a circular, un vecino recordó que el domingo vio a una pareja subir en moto por un camino de montañas y a la hora sólo volvió el hombre. Hacia allí se movió la pista judicial y ayer a las 16.30 encontraron el cuerpo. Las amigas se enteraron mientras estaban en la marcha.

El fiscal Martín Bertone confirmó lo peor: el cuerpo de Yamila estaba a 150 metros del camino al cerro El dragón, en las inmediaciones de una zona rural entre La Falda y Huerta Grande. Es un área abandonada donde hay canteras de extracción de áridos y la vegetación es abundante.

Lucas Abel Digiovani –ex novio de la víctima, 28 años– está detenido desde antes a la aparición del cuerpo, acusado de homicidio agravado por el artículo 80 inc 1 del Código Penal. “La forma en que encontramos el cuerpo y lo que hay en la escena del hecho son indicadores que dan pie a la acusación”, dijo a Cosecha Roja el fiscal. Aunque ya hay un examen médico preliminar, Bertone pidió cautela sobre los detalles de la muerte por respeto a la familia. El informe definitivo estará en diez días, tiempo en el que el fiscal espera reunir más pruebas para determinar si el hecho puede caer en otro agravante, como el de violencia de género, contemplado en el inc 11 del artículo 80.

Yamila tenía 21 años. Estudiaba Profesorado en Educación Primaria, en la Escuela Normal Superior Arturo Capdevila, en La Falda. También trabajaba en una quiniela cerca de la Terminal de Ómnibus. Vivía sola en Huerta Grande, en una casa que atrás tiene un departamento donde vive el hermano y su familia.

Yamila estaba de novia. “Ella decía que era una relación muy absorbente. A él no le gustaba salir por eso ella salía sola. Lo amaba pero había decidido terminar la relación hacía unos meses, igual se seguían viendo porque él es muy amigo de la familia”, contó a Cosecha Roja Romina Godoy. Yamila se sentaba atrás suyo en el curso, eran compañeras del profesorado y hacían juntas un trabajo sobre escuelas rurales.

Romina habla y hace una pausa, se quiebra, llora y repite con bronca cuánto le duele. “Todos los sueños que ella tenía, es injusto que se los hayan arrebatado así. Va a ser difícil entrar al curso y no verla”. En el aula son 26, sólo hay dos varones. Junto a otras compañeras, Romina organizó la marcha de ayer en la que convocaron a un centenar de personas. Caminaron por las calles de La Falda para solidarizarse con la familia y terminaron frente a la comisaría de la ciudad haciendo un minuto de silencio por Yamila.

El año pasado la propia Yamila participó de la marcha #NiUnaMenos que se hizo el 3 de junio en distintos puntos del país. Habían hecho carteles con las compañeras del profesorado y fueron a una jornada donde una jueza y especialistas en la problemática de género conversaron con las jóvenes.

Para Romina, “es la sociedad la que está mal. Ayer escuchamos muchas barbaridades en la marcha. Hay mujeres que opinan y dicen ‘algo habrá hecho’ o ‘mira las fotos que tenía’”. Cuando matan a una mujer, el foco se enciende sobre ella, se la acusa, se la somete a indagatoria, se cuestiona la forma del cuerpo, la vestimenta que lo cubre o la pose que adopta. Daiana García tenía el short demasiado corto, Melina Romero era fanática de los boliches, las mochileras mendocinas viajaban solas. Desde los medios y en las redes sociales, el diálogo se establece con el cuerpo de la mujer revictimizada. Desde el femicida, el crimen tiene un lenguaje propio del machismo: si no es mío, no será de nadie.

“Tenemos que hablar, no tener miedo, porque aunque él esté preso, nadie nos va a devolver a Yamila”, dijo Romina. Las amigas lloran, la recuerdan, comparten fotos en donde ella sonríe. Y cuentan que quería ser maestra, que pronto haría las prácticas en una escuela rural.

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Entre las exigencias del documento que se redactó para la marcha #NiUnaMenos en Córdoba, estaba la declaración de la emergencia en el territorio provincial y nacional. En Córdoba hubo dos femicidios más en lo que va de 2016. Lorna Mateluna Salas fue asesinada el 29 de enero en San Marcos Sierra. Por el crimen está imputado por el crimen Justo Ismael Pereyra, el hombre que acampaba con ella. A Micaela Gutiérrez la mató su ex novio el 13 de marzo, Guillermo Ezequiel González después se suicidó.

Ante una situación de violencia, hay un número gratuito para pedir información o asesoramiento las 24 horas, los 365 días del año, en todo el país: 144. En córdoba también funciona el 0800 888 98 98. Las comunicaciones son anónimas y confidenciales.