Incendios en bosques y humedales: un ecocidio fuera de control

A los focos del Delta se sumó el norte de Córdoba, que hace diez días tiene un fuego que avanza sin tregua. El clima seco, el río Paraná bajo y la especulación de quienes deforestan por negocios puso a 114 mil hectáreas en llamas.

Incendios en bosques y humedales: un ecocidio fuera de control

Por Cosecha Roja
24/08/2020

Al norte de Córdoba el cielo amanece naranja y de noche todo es gris: hace diez días que el humo se mezcla con el color del fuego y el paisaje es irrespirable. Las llamas arrasaron unas 14 mil hectáreas (la Ciudad de Buenos Aires tiene 20 mil) y se extienden en una superficie de 100 kilómetros, devorando lo que encuentran. 

Ayer hubo más de 150 evacuaciones y siete casas ardieron hasta volverse un esqueleto de fierros. Los bomberos cortaron la ruta nacional 38 desde Capilla del Monte hacia el norte, al igual que la ruta provincial 17, entre Punilla e Ischilín, según el parte oficial del gobierno de Córdoba. A los bomberos de la zona se sumaron cinco aviones hidrantes de la Provincia y de Nación y 2 helicópteros.

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El pronóstico es desalentador. Las lluvias se esperan recién para el fin de semana. Lo mismo pasa en el Delta del Paraná, frente a la ciudad de Rosario.

“Ayer hicimos pozos alrededor de las casas y con un pasamanos de baldes los llenamos de agua para evitar que el fuego se las coma”, dijo a Cosecha Roja Ivo Peruggino, de la “Multisectorial por los Humedales” que están trabajando a diario en las islas, donde hay 100 mil hectáreas afectadas por el fuego.

El Delta es un cementerio de reptiles: como estaban hibernando el fuego comió sus cuevas y dejó pieles chamuscadas de serpientes y lagartos. Sólo escapan los mamíferos más rápidos y las aves, que con suerte llegan a una ciudad de Rosario que las mira asombrada porque no son frecuentes. Gallaretas, gallinetas oberas, garzas brujas, mora o chajá que aparecen perdidas entre el humo y el olor que se volvieron parte del paisaje urbano.

“La mayoría mueren porque son atacadas por gatos, perros o personas que las quieren ayudar pero no saben bien cómo y las terminan perjudicando”, explican desde la ONG Mundo Aparte, donde rehabilitan y liberan la fauna silvestre que sobrevive.

La causa de los incendios no es solo por deforestaciones que se salen de control. “Es un año extremadamente seco”, dice a Cosecha Roja Natalia Morandeira, investigadora del CONICET del equipo 3IA (Instituto de Investigación e Ingeniería Ambiental) en la Unsam. “Hay pocas lluvias, hubo un otoño cálido y, particularmente en el delta del Paraná y en toda la planicie, hay una sequía muy fuerte por la bajante del Paraná que es histórica: la última similar fue en 1971”.

La combinación de clima seco, escasez de agua e incendios provocados sin medir las consecuencias llevó al colapso: “Hay mucha vegetación seca que termina funcionando como combustible, los suelos también están secos y se queman porque tienen muchas raíces, los ríos están más angostos y algunos arroyos están completamente secos”, dice Morandeira. “Si en una situación normal el agua de los humedales actúa como cortafuegos, en este momento las chispas pueden saltar los ríos y se propagan muy rápido”.

El 11 de agosto la Corte Suprema de Justicia de la Nación declaró su competencia en una acción de amparo colectivo ambiental promovida por la asociación civil “Equística Defensa del Medio Ambiente”. La Corte puso una cautelar para que la provincia de Buenos Aires en conjunto con Santa Fe y Entre Ríos constituyan, “de manera inmediata”, un Comité de Emergencia Ambiental. 

“La realidad que estamos viviendo es que no es suficiente para ayudar a los isleños. Ayer vimos cómo a un hombre de 85 años se le prendía fuego la casa en la cara. Tuvimos que llevar nuestro grupo electrógeno para bombear con mangueras y baldes para evitar que se incendien más casas”, dice Peruggino. “Falta ayuda. Y lo que hacemos nosotros es sin equipos ni capacitación, lo hacemos porque tenemos la voluntad”.

En Córdoba uno de los focos del incendio es el cerro Pan de Azúcar, cerca de Cosquín, donde ayer había 9 cuarteles de bomberos trabajando a la par. Todos los vecinos del barrio San José Obrero tuvieron que evacuar, y el viento que arrasa puso en peligro a localidades vecinas como La Calera y Bialet Massé. 

incendios

“Es cierto que en algunos sectores pueda tener influencia el factor especulativo de incendios provocados para ganar tierras. Pero el problema es más complejo: tiene que ver con que se suman factores que ayudan a que el fuego avance, podemos ver por satélite zonas donde se detecta más calor”, dice Morandeira, que está esperanzada con la puesta en órbita del segundo satélite nacional SAOCOM: “Vamos a poder tener informes precisos cada seis días”. De momento otra de las fuentes que usan para detectar zonas calientes es FIRMS,  un centro de información abierta de la NASA, que actualiza de manera permanente a nivel global. 

La justicia provincial cordobesa está investigando a los dueños de campos del departamento de Ischilín: una hipótesis es que el inicio de los incendios fue por la quema de pastizales para limpiar terrenos. Según registros de la organización internacional Global Forest Watch, Córdoba perdió el 97 por ciento de sus bosques nativos en la última década.