Tirso de Molina

Marcelo Salinas salió en los medios desde temprano. Contó que su hijo de 13 años mató a un hombre que entró a robar a su casa y quedó en “estado de shock”. “Este es un nuevo paradigma que podríamos llamar ‘Familia Ejército’ o ‘Familia Fortín’. No se entiende por qué en una casa hay un arma lista para disparar”, dijo a Cosecha Roja, Germán Martín, Fiscal de Delitos Juveniles acerca del chico de 13 años que mató a un ladrón con el revólver de su padre. “Hay una naturalización del uso de las armas. La sensación es que hay que armarse porque hasta el vecino es un enemigo”, agregó.

Eran las nueve y cuarto en la esquina de Tirso de Molina y Diagonal Nápoles, a dos cuadras de la colectora de la Autopista del Oeste, en Francisco Álvarez. Faltaba poco para la hora de la cena. En la casa estaban los chicos. La mamá, María Laura Leguizamón, de 43 años y productora de seguros, llegaba del trabajo y acababa de abrir la puerta de entrada a la casaquinta. Los seis delincuentes que estaban escondidos en el jardín, agarraron del pelo a la mujer, y mientras le pedían plata, la metieron en la casa

Los ladrones estaban preparados: vestían chalecos antibala con la inscripción “Policía” en la espalda, aunque sin número de serie, y portaban escopetas y ametralladoras. El nene de once quedó en el medio de la escena. El de 13 subió al dormitorio y buscó un revólver 9 milímetros que Salinas guardaba en la mesa de luz y que estaba cargada y montada. Luego se asomó al lugar donde estaban los delincuentes amenazando a su mamá, apuntó a uno de ellos con la pistola y disparó dos veces. Las balas impactaron en la axila del hombre. Cayó muerto. Hubo más disparos desde las armas de los delincuentes. Una bala rebotó en la pared y rozó la cabeza del nene más chico, que resultó apenas herido con un corte en el cuero cabelludo.

Sin llevarse nada, los cinco ladrones huyeron en un auto gris, que horas antes habían robado en Merlo, y horas después abandonado en el centro de Moreno, a diez cuadras de la casa de Salinas.

María Laura Leguizamón declaró ante la fiscal Luisa Pontecorvo a cargo de la fiscalía descentralizada 3 de Moreno y en el caso interviene la Fiscalía Nº 6 de Menores a cargo de Pedro Marchetti, quien consideró que el chico de 13 años “actuó en legítima defensa” y que por eso no fue ni detenido ni demorado. “Le estaban pegando a mi señora, le pedían plata. Se puso muy mal cuando vio que tenían a su hermano de once años de los pelos y fue y agarró una pistola que es de mi propiedad y tiró. Ahora está en estado de shock”, contó el papá. La imagen del ladrón muerto en el piso y tapado con la toalla de Hot Wheels recorrió los portales de noticias.

Salinas se mostró desesperado por la situación de su hijo: “No sé cómo lo voy a sacar de esta situación. Esto nos arruinó la vida. No lo recupero más”, contó a Radio La Red. “El fue a mi pieza y agarró un arma que tengo para defensa. Ante el susto efectuó un disparo con la suerte de pegarle y que se vayan los ladrones. Él tiene armas de balines. Tampoco es una ciencia. Es agarrar un arma y apretar el gatillo. Se bloqueó, la agarró y lo que hizo le salió de suerte”, dijo.

Según el fiscal Martín, el niño es la víctima de la situación. “Lo que no sabemos es cómo va a terminar, si van a convertir al chico en un héroe o qué”, dijo.