Marcos está detenido en la Unidad 31 de Florencio Varela. Hace un año se contagió de tuberculosis. Hace un año que no recibe la medicación. Y hace 15 días, cuando volvió a pedir atención, le dieron a cambio 17 golpes con una escopeta. Hoy Marcos está muriendo de a poco.

“Hay muchos casos de pibes que a los que no les entregan los remedios. Eso también es una clase de tortura que hace que mueran dentro de las cárceles, imposibilitando la cura a cualquier enfermedad”, dijo a Cosecha Roja S. Fernández, detenido en régimen abierto en la provincia de Buenos Aires

Marcos está preso en Río Negro en el Establecimiento de Ejecución Penal y Encausados 2, de General Roca. Hace unos cuatro meses, Marcos y sus compañeros del Pabellón 5 hicieron un reclamo a las autoridades para que le cambiaran la silla de ruedas a otro interno porque la que tenía estaba rota. Durante el reclamo, los guardias entraron al pabellón y tiraron gases. Pero el 5 es un lugar demasiado chiquito y cuando los internos no podían respirar ni ver, los penitenciarios comenzaron a disparar. A Marcos una bala le dio en la pierna. Lo enyesaron pero no pudo volver a caminar. Pasó demasiados días sin que desde el servicio le dieran los antibióticos que necesitaba. Con la herida infectada, lo trasladaron al Penal 5 de Cipoletti.

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Con el objetivo de poner en discusión las prácticas penitenciarias que producen violencia, el CELS publicó el informe “Tortura en las cárceles. ¿Por qué no son efectivas las políticas de prevención de violencia en la Argentina?”.

La sobrepoblación es uno de los temas que toca el informe. Sostiene que entre 1997 y 2015 la población privada de la libertad creció de manera sostenida. En 1997 había al menos 29.690 personas detenidas en unidades carcelarias y en diciembre de 2015, 72.6933: un aumento del 145%.

Algunos ejemplos:

-En 2015 había en Buenos Aires había 34.907 personas privadas de libertad en cárceles, alcaidías departamentales y comisarías. Un aumento de un 30% desde 2007. Según fuentes oficiales, cada año ingresan al sistema 2.200 personas y son liberadas 700

-En Mendoza se registran datos alarmantes: desde 2007 aumentó un 75% la cantidad de personas detenidas. En 2015 la tasa de encarcelamiento fue de 215 detenidos cada 100.000 habitantes, lo que supera el promedio nacional de 168 y la tasa de la provincia de Buenos Aires.

-En Chaco pasó de 807 detenidos en 2007 a 1276 en 2015, un 58% de aumento.

-En Santa Fe, la cantidad de personas encarceladas aumentó un 40% entre 2007 y 2015.

-En el Servicio Penitenciario Federal, la población detenida aumentó entre 2007 y 2015 un 14%, pasó de 9.024 personas a 10.2746.

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El relevamiento de la violencia es siempre dificultoso en el contexto carcelario: sólo se registra cuando la víctima denuncia por lo que existen muchísimos episodios no documentados. El principal dato oficial disponible es la cantidad de muertes.

El Registro Nacional de Casos de Tortura, formado por la Procuración Penitenciaria de la Nación y el Comité contra la Tortura de la provincia de Buenos Aires, registró 303 hechos de agresión física en 2014. La categoría incluye: golpes, patadas, palazos, abusos sexuales y otros tipos de hechos de violencia que pueden generar lesiones por parte del personal penitenciario en cárceles bonaerenses. En Mendoza, la Comisión Provincial de Prevención de la Tortura, durante 2014 y 2015, recibió 309.

El estudio explica que las requisas reúnen un conjunto de prácticas abusivas: las y los detenidos son expuestos a temperaturas extremas durante el tiempo prolongado en que se revisan sus celdas y padecen inspecciones corporales invasivas que implican posturas degradantes. También les retiran elementos personales aunque estén permitidos. Durante las visitas a las unidades los familiares padecen abusos similares. Las mujeres son sometidas a requisas vejatorias con desnudos parciales o totales. En ocasiones, son obligadas a hacer flexiones para realizar una revisión vaginal.

 

Fotos: Pablo Toranzo

Acá podés leer el informe completo www.cels.org.ar/common/TorturaEnLasCarceles.pdf