Revista Proceso.-
MÉXICO, D.F., (apro).- Luego de la tregua decretada por la visita del Papa, Los Caballeros Templarios reaparecieron hoy en el estado de Michoacán, con mantas y volantes en los que se atribuyen el crédito de haber conseguido la reducción en los precios de la carne y la tortilla en la entidad sin coacción de por medio.

Además, reiteran que no son un grupo dedicado al narcotráfico ni, mucho menos, un cártel de delincuentes. “Somos una hermandad integrada por gente civil que respetamos la Constitución, pero como se nos niegan nuestros derechos nos hacemos respetar”, argumentan.

Las mantas y los volantes aparecieron en al menos cinco ciudades de Michoacán, donde dicho grupo tiene su asiento: Morelia, Lázaro Cárdenas, Apatzingán, Uruapan y Pátzcuaro.

Los Templarios, organización que surgió en marzo de 2011 tras una división en el Cártel de La Familia, informan que convencieron a expendedores de carne y tortilla de reducir el costo de sus productos.

“En días pasados nuestra hermandad, a través de una invitación, logró que los expendedores de la carne y la tortilla llevaran a efecto la baja en el precio de sus productos”, se lee en los mensajes.

“Para dicha acción no existe ni la presión ni el chantaje, mucho menos el cobro de cuotas”.

La aparición de dichos mensajes fue corroborada por la Secretaría de Seguridad Pública del Estado (SSP) y la Procuraduría General de Justicia del estado, cuyo titular, Plácido Torres, se enteród e las mismas durante un desayuno de trabajo con reporteros de los diferentes medios de comunicación del estado,

En otra parte de las mantas, consignan que “Los Caballeros Templarios no somos narcos, mucho menos un cártel de delincuentes. Somos una hermandad integrada por gente civil que respetamos la Constitución, pero como se nos niegan nuestros derechos nos hacemos respetar”.

En junio del año pasado, se presentaron públicamente matando en una noche a 21 hombres y abandonando sus cadáveres en los principales accesos de Morelia, acompañados de mensajes contra grupos rivales.

Las mantas fueron retiradas de inmediato por las agrupaciones policiales, y en lo que se refiere a los volantes, estos según se supo fueron distribuidos por debajo de las puertas de algunos comercios y viviendas, durante la madrugada de este lunes.

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Los ‘narcos’ medievales


Santiago Torrado / Ciudad de México | Elespectador.com.-

La calma con que se vivió la visita del papa Benedicto XVI a territorio mexicano la semana pasada podría deberse, al menos en parte, a la tregua que prometió un cartel que se inspira en una antigua orden religiosa, utiliza símbolos medievales, tiene un código de conducta y usa cascos en sus misteriosos ritos de iniciación: los Caballeros Templarios. Este grupo criminal de reciente creación fue el primero en responder a la tregua del crimen organizado que, durante la visita del Sumo Pontífice al estado de Guanajuato, pidió el arzobispo de León, José Guadalupe Martín Rábago.
En los días previos a la llegada del Papa aparecieron en lugares públicos de varios municipios de Guanajuato al menos 16 ‘narcomantas’, como se conocen los mensajes que los carteles cuelgan de puentes peatonales al despuntar el alba. En ellas, los Caballeros Templarios prometían un “cese de actividades” para “sumarnos a la celebración de Benedicto XVI”, aunque al mismo tiempo amenazaban a grupos rivales y les advertían que se mantuvieran alejados de su territorio. En algunos se referían concretamente a Jalisco Nueva Generación, un aliado del cartel de Sinaloa de Joaquín El Chapo Guzmán.
En realidad, los Caballeros Templarios, un grupo de carácter pseudorreligioso especializado en el tráfico de metanfetaminas, no es originario de Guanajuato, sino del vecino Michoacán, el estado donde nació el presidente Felipe Calderón y desde el que lanzó en 2006 su ofensiva contra el narcotráfico que ya ha provocado cerca de 50.000 muertos. Nacieron hacia marzo de 2011, poco después de que las autoridades dieran por desmantelado al cartel de La Familia, tras abatir a finales de 2010 a su líder, Nazario Moreno González, también conocido El Chayo o El más loco.
“A partir de hoy se seguirá brindando el servicio de protección para evitar que otros grupos penetren al territorio michoacano”, decía una de las pancartas que publicaron los para entonces desconocidos Caballeros Templarios. Hablaban de “salvaguardar el orden, evitar robos, secuestros, extorsiones”. Por supuesto, no son las ‘narcomantas’ lo único que exhiben. También violencia, al esparcir cadáveres por Michoacán. O base social, al organizar manifestaciones contra la presencia de la policía federal.
En un primer momento se creyó que eran simplemente los herederos de La Familia, grupo que ya manejaba cierto misticismo religioso, pero uno de los más diezmados por la ofensiva de Calderón. Pero después quedó claro que se trata en realidad de una escisión, “porque La Familia no desaparece”, le dijo a El Espectador René Jiménez Ornelas, coordinador de análisis sobre violencia de la Universidad Nacional Autónoma de México, UNAM. Ambos grupos incluso se han enfrentado.
“Los dos controlan Michoacán y se han diversificado a otros estados”, agrega Jiménez. “Los Templarios quieren aparecer como más sanguinarios, pero ambos ejercen la violencia, no sólo para asegurar las rutas, sino para extorsionar y secuestrar”.
En cualquier caso, los Templarios son hoy el cartel dominante en Michoacán y prácticamente han reemplazado a La Familia. Aseguran luchar contra la pobreza y la tiranía, además de ser profundamente religiosos. Y aunque su líder es un excabecilla de La Familia, el antiguo maestro de escuela Servando Gómez Martínez, alias La Tuta, han demostrado que están dispuestos a llevar el delirio un paso más allá.
En febrero el ejército mexicano decomisó en un campamento de los Caballeros Templarios, en Apatzingán, 120 yelmos de estilo medieval pero de plástico, cuyo propósito aparentemente era ser usados en ritos de iniciación. También hallaron copias de un código de conducta, un librito de 22 páginas con ilustraciones de caballeros medievales. Y en otras ocasiones han confiscado afiches, camionetas con escudos e incluso túnicas con cruces rojas, como las que usaban los templarios en época de las Cruzadas.
La orden que inspira al cartel mexicano fue fundada en el siglo XII para proteger a los peregrinos cristianos en Jerusalén. “La Orden de los Templarios, históricamente, es religiosa y caballeresca. Eran monjes. Poco más se puede decir porque la narrativa y la mitología en torno a ellos ha sido enriquecida desde el momento de su fundación por San Bernardo. Nada es fiable”, explica el reconocido escritor Ignacio Padilla, profesor de la Universidad Iberoamericana.
La violencia podría recrudecerse en los estados centrales de México. El lunes, en lo que ya parece una batalla de relaciones públicas del crimen organizado, se conoció un video en Youtube en el que Jalisco Nueva Generación, una ramificación del cartel de Sinaloa también conocida como los ‘Mata Zetas’, asegura que ya está en los estados de Guerrero y Michoacán para lanzar una ofensiva contra los Caballeros Templarios, pues afirma que son una “bola de bandidos” que abusa de la población. Y tras la partida de Benedicto XVI, ya no hay tregua que valga.