El País de Uruguay.-

El juez de crimen organizado Néstor Valetti Rodríguez aseguró que las organizaciones criminales uruguayas tienen puntos de contacto con el poderoso grupo brasileño Primer Comando, concretamente, por las conexiones en las penitenciarías.

Valetti Rodríguez recordó la relación transnacional del delito y aseguró que “los narcos uruguayos hacen sus reuniones de negocios en Buenos Aires”.

“El delincuente más peligroso tiene 29 años y fue de detenido en 2006. Está en una cárcel de máxima seguridad, exclusiva para capos narcos, e igual controla un ejército de personal de 50 sicarios. Disputa así el mandato territorial de algunas zonas. Manda desde la cárcel”, aseguró el letrado.

Valetti Rodríguez, informó hoy el diario argentino La Nación, expuso sus opiniones durante una coferencia en la Universidad de Palermo, en las jornadas sobre Narcotráfico y Sociedad, organizadas por Luis Losada, profesor de la Facultad de Derecho.

La preocupación central de Valetti Rodríguez es el uso de adolescentes como brazo armado del narcotráfico, un problema común en la región. “Reclutan menores, los hacen adictos y los transforman en sicarios a cambio de droga”, dijo.

Agregó un dato concreto de ese peligro: “Hasta noviembre pasado habían sido cometidos 85 homicidios relacionados con ajustes de cuentas protagonizados por sicarios. Las bandas empiezan a disputarse sus lugares de influencia”.

Según indicó el experto, tal como sucedió en otros países de la región, las drogas inocularon en Uruguay el germen de la violencia.

“El problema es que en la última década penetró el flagelo de la pasta base. Ha cambiado a la sociedad. Creció la violencia. Hoy vivimos entre rejas porque la calle es de la delincuencia. Los jueces y fiscales estamos con custodias, en autos blindados”, indicó el juez antimafia.

El juez de Crimen Organizado, Néstor Valetti, afirmó en Argentina que el recluso Luis Alberto Suárez Correa, alias el “Betito”, es el delincuente más peligroso del país y agregó que narcos tienen contactos con la banda brasileña Primer Comando.

En una conferencia realizada la semana pasada en la Universidad de Palermo (Buenos Aires) sobre Narcotráfico y Sociedad, Valetti hizo alusión a Suárez Correa, alias el “Betito”, aunque sin nombrarlo. “El delincuente más peligroso tiene 29 años y fue detenido en 2006. Está en una cárcel de máxima seguridad exclusiva para capos narcos e igual controla un ejército de 50 sicarios. Disputa así el mando territorial de algunas zonas. Manda desde la cárcel”, dijo el magistrado.

Valetti también señaló que los narcos uruguayos efectúan reuniones de negocios en Buenos Aires. “El problema es que en la última década penetró el flagelo de la pasta base en Uruguay. Ha cambiado la sociedad. Creció la violencia. Hoy vivimos entre rejas porque la calle es de la delincuencia. Los jueces y fiscales estamos con custodias, en autos blindados”, dijo Valetti, según consignó ayer el diario argentino La Nación.

El juez antimafia señaló que estas bandas de traficantes utilizan a adolescentes como brazo armado. Agregó que, tras reclutarlos, los narcos los hacen adictos y “los transforman en sicarios a cambio de droga”.

 

A juicio de Valetti, los traficantes uruguayos comenzaron a “disputarse sus lugares de influencia”, ya que entre enero y noviembre de este año se cometieron 85 homicidios relacionados con ajustes de cuentas ejecutados por sicarios.

Para la Policía, el surgimiento del “Betito” es producto de la mezcla en las cárceles -sobre todo en el Penal de Libertad- de delincuentes comunes uruguayos con miembros de carteles internacionales.

Medio centenar de narcos mexicanos, colombianos, brasileños, argentinos y europeos están hoy alojados en celdarios del Penal de Libertad.

Investigadores policiales indicaron a El País que esos delincuentes le pasaron información al “Betito” para armar su infraestructura delictiva que opera desde Cerro Norte y se extiende a otros barrios cercanos.

En mayo de este año, el ministro del Interior, Eduardo Bonomi afirmó que el 70% de los presos que son puestos en libertad vuelven a delinquir, y la mayoría comete delitos más violentos que aquellos por los que fueron encarcelados. “Estas personas hicieron en la cárcel un posgrado del delito, por lo cual se pretenden instrumentar políticas de rehabilitación mediante el trabajo, el estudio y deporte”, dijo.

Jerarcas policiales indicaron a El País que los traficantes mexicanos enseñan a los narcos uruguayos que la estrategia para trabajar tranquilos es diseminar el terror. En México reina la violencia y los carteles tienen bajo amenazas a policías y operadores judiciales.

Las fuentes agregaron que los colombianos, por su parte, instruyen a los delincuentes uruguayos sobre cuáles son las mejores rutas para traer drogas desde Colombia, Bolivia y Paraguay.

En tanto, los narcos brasileños enseñan en las cárceles uruguayas cómo perfeccionar el sistema de distribución de drogas en barrios.

Para la Policía, es una obviedad que los narcos uruguayos tienen contactos con organizaciones brasileñas de traficantes como Primer Comando o Comando Vermelho, ya que son proveedores de marihuana y cocaína.

En Buenos Aires, los traficantes foráneos concretan negocios para comprar pasta base, según afirmaron policías de la Brigada Antidrogas. Las cabezas de las organizaciones no llevan dinero ni traen la droga. Ese trabajo lo realizan los “perros” (subordinados). En mayo de 2010, efectivos de Orden Público del desaparecido Departamento de Investigaciones de Montevideo detectaron que una mujer de 23 años, que pertenecía a la banda del “Betito”, viajó a Buenos Aires con US$ 100.000 a comprar pasta base y pagar deudas antiguas, informó la Policía.

Los policías detuvieron a la joven cuando descendió de un ómnibus en la terminal de Tres Cruces. En su equipaje encontraron 399 tizas de pasta base que equivaldrían a 41.200 dosis.

CARRERA. El inspector retirado Eduardo Bica Font conoce al “Betito” desde sus comienzos delictivos a fines de la década de los noventa. Bica Font, quien se retiró en el 2010, fue jefe del Departamento de Hurtos y Rapiñas y entre 1990 y 1993 fue comisario de la Seccional 24ª del Cerro, entre otros cargos.

“En esa época, Suárez Correa era un `gatito` como dicen ellos. Era uno más que iniciaba su carrera delictiva. El capo del Cerro en aquel entonces era Gustavo de Armas (asesinado por otros delincuentes) y `Betito` le hacía algunos mandados”, dijo el expolicía.

Señaló que De Armas poseía un organización de delincuentes y asaltantes y, en forma simultánea, daba los primeros pasos en la venta de drogas en la zona del Cerro.

Bica Font recordó que el primer asalto de relevancia que se le conoce a Suárez Correa es el realizado a una exfábrica de neumáticos ubicada en la zona de Paso de la Arena.

La banda estaba constituida por jóvenes del Cerro que rápidamente fueron atrapados.

Otras fuentes policiales indicaron a El País que Suárez Correa posteriormente incursionó en “las salideras bancarias”. Así se denomina en la jerga carcelaria a los robos con motos a las personas que retiran sumas de dinero en los bancos.

Según la Policía, entre 2004 y 2005, “Betito” organizó la “Superbanda” que cometió copamientos y atracos a restaurantes, agencias de pagos, distribuidoras y supermercados.

“Es obvio que la cárcel es una escuela”, dijo Bica Font.

El 22 de enero de 2006, el “Betito” fue capturado por la Policía tras protagonizar un accidente de tránsito en la ruta 48, a poca distancia de la ruta 5.

Las fuentes relataron que, antes de la colisión con una camioneta de un granjero, el “Betito” y los hermanos Buriani, Alejandro y Marcelo, habían salido de la whisquería Tutankamon. En el choque solo sobrevivió Suárez Correa.

Dentro de su “currículum” también se encuentra una fuga de la cárcel de Paso de los Toros. También fue quien entregó una pistola 9 milímetros al exsenador del MPP, Víctor Vaillant, y al comisionado parlamentario, Álvaro Garcé.

Policías carcelarios indicaron que, en los últimos cinco años, se intensificó la relación del “Betito” con narcos extranjeros recluidos en Libertad.

A un integrante de la oficina del comisionado parlamentario, Suárez Correa dijo: “no voy a rapiñar más. Ahora voy a hacer plata en serio”.

Poco después, desde la cárcel armaba su organización en Cerro Norte con una base “familiar”. Fuentes policiales indicaron que familiares directos del “Betito”, que forman parte de su círculo de confianza, lo ayudaron a formar la estructura y mantenerla.

Según las fuentes carcelarias, Suárez Correa es un preso tranquilo que generalmente aparece como mediador cuando la situación se pone tensa en el Penal de Libertad.

La banda cuenta con una extendida estructura que ha captado a peligrosos delincuentes, hoy reconvertidos en traficantes tras su paso por la cárcel.

Las fuentes estimaron que Suárez Correa saldrá de la cárcel en el 2025. Tenía prevista la libertad el 8 de julio de 2017 pero se le sumarán causas pendientes por copamiento y por dirigir una organización de venta de drogas desde el establecimiento.