Me proclamo disca, me corono renga

En 2016 Daiana Travesani charlaba en la puerta de un bar cuando desde un edificio le tiraron una botella de vino que le pegó en la cabeza. Casi se muere, quedó con secuelas en las piernas y tuvo que aprender a hacer todo de nuevo. Se convirtió en activista disca y en 2021 publicó el libro “Me proclamo disca, me corono renga”. Compartimos un adelanto en Cosecha Roja.

Me proclamo disca, me corono renga

21/04/2021

Daiana Travesani es conocida como la chica del botellazo. La madrugada del 27 de octubre de 2016 fumaba un cigarrillo en la puerta del bar La Chamuyera, en Rosario, cuando desde un balcón alguien tiró una botella de vino hacia el grupo de amigxs con el cual charlaba. El envase estaba por la mitad con el corcho puesto y le pegó en la parte de atrás de la cabeza, dejando a Daiana inconsciente al borde de la muerte.

La operaron, estuvo en terapia intensiva y cuando se despertó estaba cuadripléjica. La volvieron a operar y le pusieron una prótesis de plástico en el hueco que dejó el botellazo en su cabeza. Vivió ocho meses internada en un centro de rehabilitación hasta que pudo volver a caminar y aprendió a hacer todo de nuevo. El golpe le dejó secuelas. Quedó renga y se empezó a dar cuenta que el mundo era otro. No sólo había obstáculos por todos lados. La mirada de lxs demás sobre su cuerpo también había cambiado.

Hoy Daiana tiene 28 años y el responsable del botellazo nunca fue identificado por la Justicia. Eso no la frenó. Se metió de lleno en el activismo disca. Estudió la diplomatura de la UBA y hoy trabaja en la Universidad Nacional de Rosario en el Área de Derechos Humanos. De todas las experiencias vividas en los últimos cinco años escribió un libro. “Me proclamo disca, me corono renga”, disponible en www.daianatravesani.com, reúne textos en los cuáles explora desde vivencias personales (el día del botellazo, las operaciones, las secuelas, los cambios en su cuerpo, la sexualidad disca) hasta los debates sobre la discapacidad, la diversidad funcional, el capacitismo y el lugar de los feminismos en este colectivo. También recoge poesías e ilustraciones de distintxs artistas. 

Desde Cosecha Roja compartimos el “Manifiesto disca” que forma parte de la publicación. 

Manifiesto disca

Manifiesto disca, manifiesto rengo, manifiesto antiromantizador de nuestros cuerpos, de nuestras mentes y de nuestros comportamientos.

Quiero que quede bien claro que no soy un ángel. Que no debo sonreír y agradarle a todo el mundo por ser disca.

Que no debo ser inocente y dulce eternamente, no me romantices. Que no soy una bendición, ni una maldición, simplemente soy yo, una persona más. Que no estoy para dar lecciones de vida, estoy para vivir la mía.

Yo también bardeo, me enojo, cago, río, lloro, amo, quiero, detesto, siento y no siento, deseo, me dejo desear, seducir y seduzco. También soy de carne y huesos, quizás un poco de plástico, metal, tuercas y algo más, pero eso no me hace especial, porque para ser especial debería tener tetas biónicas, visión de láser, superfuerza o doble de queso, algo de rúcula o palmitos. Tampoco soy un envase, una botella o un taper para tener capacidades diferentes. Así que no, no soy especial ni tengo capacidades diferentes.

No soy una inspiración que debe hacer que te valores más, a tu cuerpo y a tu vida, porque lo que vos consideras como ejemplo de superación de obstáculos o barreras yo lo llamo falta de accesibilidad que me impone una meritocracia corporal, y eso no debería ser así.

Que no debo esforzarme el triple para demostrar que puedo, porque no tengo que probarle nada a nadie, ni demostrar si tengo capacidad para hacer algo, porque si consideras que no puedo o que soy un potus es tu problema, es tu prejuicio. Que los ajustes razonables o la accesibilidad universal deben cumplirse sí o sí para que la sociedad no genere barreras que conviertan mi diversidad corporal en un problema. Si esto se cumpliría lo disca solo sería un rasgo más de mi identidad y a nadie le resultaría algo extraño.

Que no necesito que me cuide eternamente mi familia, que yo también puedo cuidarme y cuidar, y como cualquier otra persona sin discapacidad, puedo contar con un sistema de apoyos, para las actividades que quiera hacer, los quehaceres de la casa o en caso que decidiera maternar. Que esos apoyos pueden ser mis amistades, gente que contrate, gente que se dedique a ser asistente o acompañante personal, o también una persona con la cual tenga un vínculo sexo afectivo. Y no obligatoriamente la familia.

Que no vivo una infancia eternamente, que también crezco, que también salgo a divertirme o lo quiero hacer, que también la educación sexual integral me incumbe y no desde una mirada médica. También experimento durante mi vida, pruebo cosas o deseo hacerlo, que también tengo identidad de género y no necesariamente binaria, que también tengo orientación sexual y no necesariamente heterosexual. Y por favor que se deje de pensar que soy asexual por ser disca. Que se deje de creer que funcionalidad corporal es sinónimo de movimiento, puede que mi cuerpo no se mueva pero sigo siendo una persona inquieta que puede y quiere hacer muchas cosas.

Que el paradigma normativista violenta y no debería existir más. Que mi identidad disca no es un insulto. Que si lo deseo puedo maternar, que no me debes violentar y esterilizar forzosamente por miedo a que me pueda reproducir. Que también puedo querer abortar pero no me obligues a hacerlo por creer que no voy a poder criar. Que nuestra identidad no debe ser un justificativo o causal para el aborto, porque eso es señal de que si no existimos sería ideal para esta sociedad.

Que no soy pobrecita, no sientas lástima por mí, no me hagas parte de tu bebedero motivacional, no me disciplines a tu criterio, mejor preguntame antes porque el capacitismo es violencia.

Que también puedo ser víctima de violencia de género, que las identidades discas debemos estar contempladas en los protocolos de denuncia o en los protocolos contra la violencia de género. Que las identidades discas también pueden tener accionar agresivo, sea violencia de género o de otro tipo, ser disca no te hace excepcional ni angelical.

El foco está puesto en que la discapacidad se trata de algo individual, en vez de prestar atención a las barreras del entorno y al incumplimiento de los derechos que esboza nuestra convención internacional: vida digna, vida independiente, acceso a la educación en equidad con las demás personas, derecho a un trabajo, a la no discriminación, a la capacidad jurídica, a la salud, a la accesibilidad universal o ajustes razonables, entre otros.

No me disciplines, no anules mi decisión, no me mates civilmente porque crees que no puedo ser capaz, sin siquiera considerar que puedo contar con apoyos para tener independencia y autonomía. Que también puedo ser profesional, que puedo trabajar.

Que lo disca es parte de la diversidad humana.

No me dejes a un costado, no inventes instituciones y actividades específicas sólo para personas discas porque eso es segregación. No me invisibilices o busques excluirme de la sociedad, de los espacios culturales, sociales, políticos y demás. Que la accesibilidad es sobre todo actitudinal.

Que soy renga aunque te pese y a mucho orgullo me proclamo disca arrimando mecha y fuego a tu capacitismo, a tu normativismo.