Un varón de 23 años tacleó a una mujer y la violó en un cuarto de hotel. El viernes relató su “infidelidad” ante conductores de radio que no reaccionaron y luego se disculparon. Esa misma noche, otro muchacho agarró de la cintura a una periodista contra su voluntad en una cervecería porteña. Ella lo contó en las redes y tuvo que volver a aclarar que no es no. Agarrar y taclear circularon este fin de semana en las redes para hablar sobre violencia machista. Para combatir esos verbos que intentan disciplinar a las mujeres hay que salir a las calles y copar los medios de comunicadores preparados para afrontar situaciones de naturalización de la violencia machista. No podemos perder más tiempo: a nosotras nos siguen violando y matando.

Desde los 18 años llevo una relación feliz con mi pareja. Tengo 23. Me fui de vacaciones con amigos a Cancún. Todas las noches me porté bárbaro, la última noche me alcoholicé de más, se me apagó la tele. Veo de lejos una rubia canadiense tremenda: fui derecho, me tiré de cabeza, la taclié. Me encerré en una habitación de limpieza del hotel y le di duro duro.

Juan Agustín llamó el viernes al programa Metro y Medio para consultar si su “aventura” de vacaciones era infidelidad en la sección “Taller de engaño”. Los conductores no registraron que lo que contaba el oyente era una violación:

– ¿Fue todo consentido no? jaja
– ¿Pero ella quería que la taclees?
– ¿La chica está viva?
– A mí ya me cansó. Entre varios delitos, el menor sería adulterio.

Entre risas y nervios, ninguno de los que estaba al aire logró interpelarlo ni hacerle ver que lo que contaba era una violación. El fin de semana el audio circuló por las redes sociales: los acusaron de no haber notado la violencia y de no cortarle el teléfono. Algunos los defendieron porque pidieron disculpas.

Desde la radio también publicaron un comunicado: “Pedimos disculpas. Tomamos lo que pasó con gran seriedad, nos sirve de enseñanza para poder hacer frente con decisión firme ante a una nueva situación de esta naturaleza; y asegurar que esto no volverá a ocurrir. No seremos cómplices de esta situación, ni lo seremos nunca”. Lo que no hace el comunicado es nombrar: el relato fue una violación.  

En el programa de hoy volvieron a disculparse. Sebastián Wainraich, que no estuvo el viernes al aire, dijo: “No tuve una hermana a la que apoyaran en un medio de transporte. Y antes no se hablaba de estos temas. Fue mi mujer me enseñó cómo el machismo impacta en cada rincón de la sociedad. El feminismo es algo que se aprende y lo estamos aprendiendo. Sabemos que corremos riesgos, que son secciones que están al límite pero nos gustan. Cada vez que sentimos que se corría un límite frenamos, esta vez no pudimos”.

Este es el audio completo:

En su perfil de Facebook, la periodista Mariana Carbajal escribió: “Me indigna que no haya profesionales preparados para abordar estos temas a cargo de programas. La violencia machista hay que desarmarla entre todxs. Los medios juegan un papel esencial en esa tarea. Lo vengo diciendo hace tiempo en notas, charlas, talleres, posteos, clases; las coberturas de femicidios suelen centrarse en el morbo, y convertirse en un show; no hay consulta a especialistas para contextualizar el problema de la violencia machista, para desnaturalizarla; no hay enfoque de derechos ni perspectiva de género o escasea. En tiempos en que la sociedad expresa su reclamo al sumarse masivamente a las concentraciones convocadas bajo la consigna Ni Una Menos, todavía los medios de comunicación masiva, los que tienen más audiencia, no están a la altura de esa toma de conciencia. Lamentable”.

Mientras el audio seguía circulando, el sábado una periodista contó en Twitter cómo un varón la había agarrado de la cintura en una cervecería porteña sin su consentimiento. Hubo que salir a explicar (otra vez) que no quiere decir no.

Muchas respuestas se solidarizaron y algunos usuarios se burlaron: “Te tocooooo????? Un ser humanooo??? Te tocoooo???? Tuviste que defenderte sooollllaaaaaa!!!!! Pooobreee!!! Un adulto que debe cuidarse solo!”, “Uy que frágil que sos, todo para llamar la atención”.

Finalmente la cervecería se comprometió a aplicar un protocolo de actuación para estos casos:

Una vez más comienza la rueda: las mujeres denunciamos públicamente, los medios, las cervecerías o los tipos piden disculpas. Mientras ustedes aprenden, a nosotras nos siguen matando.