miguel-bruCosecha Roja.-

El único detenido por el secuestro y tortura hasta la muerte de Miguel Bru, el excomisario Justo José López, está a un paso de obtener la libertad condicional: el tribunal de Casación Bonaerense revocó la resolución que le rechazaba el beneficio. “No es un detenido común. Es un ex policía que debía proteger a los ciudadanos, no matar”, dijo a Cosecha Roja Rosa Bru, la mamá del joven desaparecido hace 21 años.

Desde la Asociación Miguel Bru había pedido a la justicia que no le otorguen la libertad condicional. “No dio datos, no colaboró con la justicia ni con el esclarecimiento del paradero de Miguel”, dijo Rosa. En la carta que la mamá de Miguel envió al Papa en septiembre, le había pedido que rece “por el arrepentimiento del único preso que continúa con vida” para que diga dónde está. “Que cese la violencia policial que se lleva la vida de nuestros pibes, sobre todo, de los más pobres”, escribió.

Los jueces de la sala III de Casación dispusieron -por dos votos contra uno- que los magistrados de la Sala I vuelva a analizar el pedido que había hecho López de acceder la condicional. Consideraron que que no alcanza con el informe psicológico negativo del Servicio Penitenciario Bonaerense -en el que se basó en diciembre la camarista penal platense María Silvia Oyhamburu- para rechazarlo.

El informe decía que el detenido no mostraba “reflexión crítica” ni “efectos de la sanción penal”. Es más: sigue sosteniendo que es inocente.

“También que rece por el arrepentimiento del único preso que continúa con vida, Justo José López, para que nos diga dónde está y sobre todo, para que cese la violencia policial que se lleva la vida de nuestros pibes, sobre todo, de los más pobres.”

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Miguel desapareció en agosto de 1993 de la comisaría 9na de La Plata. Desde entonces buscan el cuerpo. En el juicio oral y público de 1999 condenaron a perpetua a los ex policías Walter Abrigo y Justo López, por su muerte y desaparición, y al ex comisario Domingo Ojeda y al ex oficial Ramón Ceressetto por encubrimiento. Abrigo murió en prisión y en 2012 López obtuvo salidas transitorias de 48 horas mensuales.

Bru había denunciado a efectivos de la comisaría por un allanamiento ilegal en su casa. Ahí empezaron las amenazas para que retirara la denuncia. El 17 de agosto lo secuestraron, entre las 19 y las 20 lo entraron en la comisaría, donde algunos testigos lo vieron por última vez, cuando lo torturaban.

La familia de Miguel, junto a la Asociación, siguen exigiendo que aparezca el cuerpo e investiguen al resto de los policías que estuvieron esa noche.