milagro sala degradado

El operativo policial estuvo comandado por el ministro de Seguridad de Jujuy Ekel Meyer. El 16 de enero de 2016, a un mes de la asunción de Gerardo Morales como gobernador, la policía entró a la casa de Milagro Sala, en el barrio Cuyaya, en la capital provincial. La detuvieron por participar en un acampe frente a la sede de la gobernación. Cuando se vencía el plazo para mantenerla en prisión, apareció una nueva denuncia. En pocos meses la diputada del Parlasur, líder de una organización de más de 150 mil miembros y principal opositora de Morales, fue acusada en 17 causas. Hoy Milagro cumplió mil días presa sin condena.

“Son mil días en que el nivel de hostigamiento legó a alcanzar niveles inauditos”, dijo hoy la abogada Elizabeth Gómez Alcorta a El Destape Radio. “Milagro no está presa por nada que haya hecho. Está presa por razones políticas y para dar gobernabilidad”.

“Si hubiera sido servil al poder y a Gerardo Morales hoy estaría en libertad”, dijo esta mañana la dirigente social en El Destape Radio. ”Mi encarcelamiento es una vergüenza nacional”.

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Milagro no sabe dónde nació. Le contaron que alguien la llevó a un hospital y una de las enfermeras se hizo cargo de ella. A los 14 años se enteró de que era adoptada, se peleó con su madre y abandonó la casa familiar. Durante un tiempo vivió en la calle. Sobrevivió lustrando zapatos.

Años después conoció a su mentor, Fernando “Nando” Acosta, referente de ATE en Jujuy. Juntos, en pleno auge de las políticas neoliberales de la década del ’90, encabezaron marchas, organizaron escraches y se enfrentaron con la policía. A principios de 2000 acordaron que él seguiría al frente del sindicato de estatales y ella fundaría un movimiento social: la Túpac Amaru.

Sólo en Jujuy, la organización llegó a tener 70 mil afiliados, creó fuentes de trabajo para 4600 personas, construyó 8 mil viviendas, 23 polideportivos con piletas de natación, cuatro escuelas y centros de salud y recreación.

El día que su enemigo político ganó las elecciones en Jujuy, Milagro supo que iría contra ella: “Morales me va a meter presa”, le contó a una periodista en una habitación de hotel en su último viaje a Buenos Aires.

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Pocos días después de la asunción de Morales, la Legislatura provincial aprobó la ampliación del Superior Tribunal de Justicia de cinco a nueve integrantes. Una maniobra perfecta: dos diputados radicales que votaron el proyecto de ampliación se convirtieron automáticamente en ministros del Superior Tribunal. También fueron designados un ex diputado radical y una abogada cercana al gobernador.

Después de colonizar el Poder Judicial el gobernador avanzó contra su principal opositora. El 16 de enero de 2016 Milagro Sala se convirtió en la primera presa política del macrismo. La justicia jujeña ordenó su detención por participar de un acampe frente a la Gobernación. A los quince días, ordenó su libertad y también la prisión preventiva en otra causa. Actualmente tiene 17 expedientes abiertos en su contra que van desde asociación ilícita hasta amenazas. Otras dos denuncias se cayeron por falta de pruebas.

Naciones Unidas (ONU), la Organización de Estados Americanos (OEA), la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH), Amnesty International (AI) y otros organismos nacionales e internacionales sostuvieron que su detención es arbitraria y reclamaron su inmediata libertad.

Milagro cumplió mil días con prisión preventiva. Tiene una única condena en su contra que todavía no está firme: tres años de prisión en suspenso por un escrache en 2009 contra el entonces senador Morales como supuesta autora intelectual. A fines de 2017 fue absuelta en una causa por amenazas a policías y recibió una falta de mérito y dos sobreseimientos.