frente Tribunal Alika cartel“En una conversación decían entre risas que esas mujeres eran como el pescado, porque sirve todo menos la cabeza”, declaró el gendarme Matías Carmona ante los jueces del Tribunal Oral Federal de Tierra del Fuego, Ana María D`Allesio, Luis Giménez y Enrique Guanziroli.

Carmona, que participó en la investigación judicial de la causa en que Alika Kinan es querellante contra sus presuntos proxenetas y el Estado, dijo que por las intervenciones en los teléfonos se pudo saber que “los supuestos tratantes menoscababan a las víctimas por su escaso nivel intelectual o su falta de recursos económicos”. Contó también que de las observaciones a las habitaciones contiguas al prostíbulo, donde vivían las víctimas, se comprobó que “algunas comían arriba de la cama por falta de un lugar adecuado para hacerlo”.

Durante la audiencia de ayer declararon como testigos los gendarmes del operativo de rescate y los infiltrados durante la investigación previa que llevó adelante la justicia federal.

Los oficiales que se infiltraron en Sheik declararon que, desde allí, pudieron verificar que las mujeres “hacían varios pases”, es decir, mantenían varias relaciones sexuales por noche, afuera del local. A veces lo hacían en hoteles y otras adentro de los vehículos de los propios clientes.

“Empecé a trabajar ahí el primer día que llegué. Trabajé 90 noches seguidas. Me felicitaban”. Al amanecer, al terminar, me daban una bolsa de hielo para que me sentara un rato sobre el frío. Eso te va a hacer bien, me decían”, contó Alika a un medio local.

Varios de los oficiales que declararon en el juicio participaron del allanamiento que se realizó en 2012. Una de ellos fue la gendarme Leila Gutierréz quien contó ante el tribunal: “cuando se realizó, las mujeres tenían poca ropa, estaban desabrigadas y algunas tenían frío. En una pieza pequeña había cuatro camas, ropa por el suelo y casi no se podía caminar”.

La gendarme Andrea García dijo que cuando fue el operativo algunas de las víctimas estaban ebrias a las dos de la mañana y el cabo primero Marcelo Cipriati declaró que las mujeres llegaban a Ushuaia a través del aeropuerto local, donde la encargada del prostíbulo las esperaba y las trasladaba de inmediato al negocio.

Si bien Alika Kinan no estuvo presente en la tercera jornada del juicio oral, habló con varios medios. “Si bien es un daño irreparable, este juicio es una manera de empezar a reparar algo. No quiero que haya más trata. No quiero que haya más prostitución. No quiero que haya más hombres que crean que pueden ir y elegir consumir un cuerpo como si fuera un pedazo de carne. La libreta sanitaria que requería la municipalidad para ‘trabajar’ en los cabaret es igual al control del Senasa para la carne. Eso era yo y son muchas mujeres: carne humana apta para ser consumida”, dijo a Minuto fueguino.

 

Los magistrados ahora deberán fijarán la fecha para los alegatos de las partes. La mujer demanda a los imputados y a la Municipalidad y pide una reparación económica de 2.300.000 pesos. Fuentes allegadas al tribunal dijeron a Cosecha Roja que el veredicto podía conocerse antes del lunes 14.