Juan Carlos Díaz M. El Tiempo. 

En Cartagena le darán el último adiós a uno de los intérpretes de champeta más reconocidos.

John Jairo Sayas, el joven de 14 años que el productor José Quessep llevó al mercado de Bazurto, entonces reino de la música africana, era tan flaco que, sin haberlo escuchado cantar, ya los ‘cazatalentos’ de la champeta lo rechazaban.

“Mi hermano, hablamos mañana, ese pelao no puede tener el swing que necesitamos”, le dijeron a Quessep.

Fue un domingo de marzo de 1996 y José Quessep, como habitualmente lo hacía, fue a visitar a su mamá, en el barrio Olaya Herrera. Hasta esta casa de la progenitora del productor musical llegó el joven, que caminaba como si estuviera bailando, con la primera canción que había compuesto, El escándalo.

“Al principio estaba nervioso, pero le di confianza. Me la cantó a capela y aunque no tenía la voz potente que después cultivó, noté algo en él que no había visto en ningún otro cantante de champeta: la manera de terminar los versos con una frase o un dicho y ese sabor en la voz”, recuerda.

Quessep, haciendo caso omiso a los productores de Bazurto, se le midió al nuevo producto y a los pocos días, ya en el barrio Olaya, la gente cantaba El escándalo y el joven cantante cobró cierta notoriedad.

Pero faltaba algo: un nombre pegajoso. Para esa época, la serie infantil Dragon Ball Z y su Sayayín estaban de moda. “Tú eres Sayas; solo hay que ponerte el ‘Yin’ “, sugirió Quessep. Y así se quedó.

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Luego vinieron éxitos como El extracto de mango, La suegra voladora y La píldora. Y fue por esta última canción que le llegaron las propuestas: “Los mismos que lo habían despreciado por flaco en Bazurto me llamaban para ofrecerle contrato. Por supuesto que los aceptábamos, ya la espinita estaba sacada”, recuerda el productor musical.

Hoy será sepultado

John Jairo Sayas Díaz nació un 4 de junio de 1982, en el populoso barrio Canapote, en el norte de Cartagena. Se crió junto a su mamá y a sus tres hermanos, luego de que su padre los abandonara.

Fue en el barrio Olaya Herrera en donde al ‘Sayayín’ -que deja tres niños- la champeta le entró por las venas.

Al igual que su ídolo cartagenero Joe Arroyo, el ‘Sayayín’ tuvo sus primeras prácticas vocales con los galones de agua vacíos. Se los metía hasta el cuello y así cantaba por varias horas.

Juró que lo primero que haría cuando ganara plata era arreglarle la vivienda a su mamá (hacerla de cemento), y lo cumplió.

El ‘Sayayín’, quien falleció el pasado fin de semana luego de recibir cuatro disparos, será sepultado hoy en Cartagena.