El cuerpo de una adolescente apareció el 2 de abril en una calle de Puerto Iguazú. Los medios contaron “el hallazgo” con el foco en la víctima: una chica muerta por sobredosis en una parada de taxis en un barrio de la ciudad misionera. Pero la muchacha tiene un nombre, María Belén Rivas, 16 años y un embarazo de casi siete meses. Hoy la autopsia confirmó que en su cuerpo no había rastros de alcohol ni de drogas y sí evidencias de que fue violada salvajemente y luego estrangulada.

María Belen

El relato de los medios sobre el femicidio de María Belén convocó a las mujeres de la ciudad. El Colectivo de Mujeres Autoconvocadas de Puerto Iguazú envió un comunicado a los medios locales, provinciales y nacionales, a todos los que dijeron que la adolescente había muerto de sobredosis: “Los varones y mujeres que informaron mal sobre la crónica de los hechos, lejos de basarse en datos reales y constatados, buscaron las causas de la muerte en la misma víctima, a través de la descripción de una supuesta personalidad y conductas”, escribieron.

“Durante el 3 de abril pudieron leerse noticias sobre la supuesta “muerte por sobredosis” de María Belén, a quien, como si no fuese suficiente aún, estigmatizaron por encontrarse embarazada sin pareja y deambulando por las calles durante la noche. Apelaron a la espectacularización del caso, haciendo hincapié en detalles morbosos”.

El jueves se conocieron los resultados definitivos de la autopsia. A María Belén Rivas la encontraron muerta el domingo a las siete y media de la mañana debajo de una casilla de mototaxis en la plaza del barrio Belén, en Puerto Iguazú. Para los forenses, a la adolescente la violaron y luego la estrangularon.

El juez Martín Brites llamó a indagatoria al único sospechoso que tiene el caso, Carlos Daniel B. de 23 años. Está imputado por el delito de “homicidio calificado criminis causa”: fue acusado de matarla para ocultar el abuso sexual. También lo imputaron por el “aborto” del bebé que gestaba la chica.

“Debemos llamar a las cosas por su nombre y decir fuerte y claro que la muerte de María Belén fue un femicidio”, explicaron en el comunicado las Mujeres Autoconvocadas. “La palabra femicidio faltó en todos relatos de la muerte de María Belén, quizás porque les importa más re-victimizar y estigmatizar a una joven adolescente con un embarazo de siete meses que saber quién es el femicida. Los periodistas argumentaron que “las sospechas apuntan a que la chica se encontraba embarazada”. La mujer queda así una vez más como culpable de su propio crimen”.

Hoy Carlos Daniel B. escuchó los indicios en su contra pero se abstuvo de declarar. La policía allanó la casilla en la que vive y encontró los auriculares de María Belén pero no la tablet con la que ella se contactaba con sus amigos. Bajo las órdenes del juez, los efectivos de la división Investigaciones de la Unidad Regional V, la Dirección Investigaciones y la Secretaría de Apoyo para las Investigaciones Complejas del Poder Judicial investigan el caso.

El colectivo de Mujeres rescató en su comunicado la figura de María Belén: “Frente a esta arremetida patriarcal, le contraponemos la mirada amorosa que ella merece, hayan sido cuales hayan sido las conductas previas a su femicidio y que nada tuvieron que ver con la decisión del femicida de quitarle la vida. Pudimos estar junto a sus seres queridos que organizaron un encuentro en la plaza que la vio morir, frente a la ceguera de las autoridades, caminamos junto a ellos y los escuchamos hablar de María Belén amorosamente, de su embarazo y del nombre que ya había elegido para su hijo”.

El juez ya ordenó la entrega del cuerpo a los familiares. Todos exigen justicia por la chica y por su su bebé: “que se aclaren los hechos y los culpables respondan por lo que hicieron. Exigimos una disculpa pública a María Belén, su familia y todas las mujeres por parte de los medios de comunicación, y que se tomen las medidas necesarias para que estos hechos no se repitan nunca más”, dijeron desde el colectivo.