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Unos dos mil efectivos de la Bonaerense habían llegado un poco antes de la medianoche. A la madrugada, unas horas antes de que saliera el sol, llegó Gendarmería. Por altavoz le dijeron a los trabajadores de Cresta Roja que iban a desalojar el acampe que desde hace tres semanas mantienen los empleados para evitar el despido de mil compañeros. “Sin muchas vueltas comenzó la represión”, contó a Cosecha Roja Leo Romero, uno de los 400 trabajadores que estaba en el lugar. La represión duró alrededor de 30 minutos: dispararon gases lacrimógenos, balas de goma y avanzaron con carros hidrantes.

“Nosotros venimos con un acampe pacífico hace tres semanas en los portones”, contó Romero. Los trabajadores reclaman que no se lleve adelante el plan de ajuste presentado por la empresa Wade S.A –vinculada a Tres Arroyos, que se hizo cargo de Cresta Roja tras la quiebra-, que pretende cesantear a los trabajadores sin pagarles indemnización.

Los trabajadores intentaron resistir el avance de Gendarmería frente a la planta de Ezeiza. “Estamos cansados de que nos corran en todos lados y nadie nos atiende”, explicó Romero. La infantería avanzó hasta la Ruta 205 y las vías del ferrocarril, donde los trabajadores intentaron reagruparse y volvió a reprimir.

 

“La jueza que decretó la quiebra, Valeria Pérez Casado, le había entregado la empresa a Santiago Perea, quien debía hacerse responsable de tomar a todos los trabajadores, cosa que no pasó”, contó Romero. Como no cumplió, se hizo cargo de la empresa otro de los oferentes: Wada S.A, una empresa vinculada a Tres Arroyos. “El plan de ellos es dejar a toda la gente afuera”, agregó.

“Hoy trabajan la mitad de los trabajadores que estaban en 2015”, explicó el trabajador José Luis Leiva a FM La Patriada. “Vidal nos dijo que nos iba a ayudar y nos mandan a reprimir. Es un símbolo de lo que pasa en el país”, agregó.

Según el acuerdo de reestructuración la empresa pretende poner en marcha la planta con 250 operarios. El plan tiene la aprobación del ministerio de Trabajo y el rechazo de los trabajadores, quienes anticipan que seguirán resistiendo en defensa de sus puestos de trabajo.