Espinosa Cuartoscuro

Cosecha Roja.-

Rubén Espinosa tenía miedo, se sentía perseguido, no sabía si quería regresar a Xalapa, Veracruz. Allí trabajaba como corresponsal fotográfico de Proceso y Cuartoscuro y cuidaba a su perro Cosmos. Vivió en la ciudad de México apenas dos meses: el viernes lo mataron en una colonia de la capital junto a otras cuatro mujeres. “Se rompió el cinturón de seguridad para los periodistas”, dijo a Cosecha Roja la periodista Daniela Pastrana.

“Para el gremio es un golpe muy fuerte. La ciudad de México era una burbuja de seguridad: había agresiones pero no desapariciones ni asesinatos relacionados con el trabajo. Se mantenía como un espacio de seguridad en el espectro del país”, explicó la integrante de la red Periodistas de a Pie. Durante el primer semestre de 2015 la organización Artículo 19 documentó 227 agresiones contra la prensa y seis asesinatos de reporteros. Con el crimen de Espinosa suman 13 los periodistas asesinados en la gestión del gobernador de Veracruz, Javier Duarte.

El caso de Espinosa es paradigmático. Por primera vez asesinan, fuera del lugar de origen, a un periodista desplazado. “Lo persiguieron fuera del ámbito local, eso no se había visto antes en México. Ahora muchos compañeros que dejaron su casa, que pasaron muchos meses reconstruyendo su vida afuera ahora están en pánico. Ya no hay garantías”, dijo Pastrana.

historieta ruben espinosa

El presidente Enrique Peña Nieto todavía no hizo declaraciones. El jefe de gobierno del DF tardó 40 horas. El gobernador de Veracruz, Javier Duarte de Ochoa, lanzó un comunicado: “Lamento los aberrantes hechos ocurridos la noche del pasado viernes en la colonia Narvarte de la Ciudad de México y tengo plena confianza en que las autoridades de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal habrán de esclarecer este caso lo más pronto posible”.

Espinosa había denunciado amenazas de parte del gobernador de Veracruz. Era un fotógrafo incómodo: había tomado una foto para la tapa de la revista Proceso en la que mostraba a Duarte con una gorra de policía. “Nosotros en Xalapa nos hemos manifestado siempre que asesinan a un compañero. Fui golpeado en el desalojo de maestros en 2013, en la plaza Lerdo. Hicimos que el Congreso hiciera la Comisión para la Atención y Protección de Periodistas, que no sirve de nada. Estuve en la colocación de la placa que le pusimos a Regina Martínez. He dado cursos de seguridad para los fotógrafos y me han hecho saber que soy un fotógrafo incómodo para el Gobierno del Estado”, había contado Espinosa en una entrevista con Sin Embargo.

Tapa Proceso Duarte

En octubre de 2013 el fotógrafo viajó a la capital mexicana. Iba decidido a pedir ayuda a las organizaciones de defensa de la libertad de expresión y del trabajo de los reporteros. Contó que el 14 de septiembre las fuerzas de seguridad habían desalojado una marcha de maestros en la plaza de Xalapa de manera muy violenta. Les quitaron toda comunicación posible y los golpearon. Estaba asustado.

Durante aquel viaje se reunió con Artículo 19, Periodistas de a Pie y con el grupo FotorreporterosMX que se formó para apoyar a otros fotógrafos en situaciones similares. Daniela Pastrana siguió su caso de cerca y revisaba cómo iba su situación cada dos o tres semanas. Dos meses atrás, después del ataque contra un grupo de estudiantes el 5 de junio, Espinosa dejó Xalapa porque lo vigilaban. Hizo lo mismo que otros tantos reporteros de las regiones y salió para la ciudad de México.

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Los periodistas de la capital están llevando su propia investigación de caso, juntando la relatos de los amigos de Espinosa. Aunque las autoridades todavía no dieron el nombres de las mujeres que estaban con el fotógrafo, ellos saben que una de las víctimas es Nadia Vera. “Es la pieza clave de la investigación: es antropóloga, activista, trabaja en artes escénicas en Xalapa y participó de la actividad del 5 de junio”, contó.

“Le dijimos el procurador que mientras no investiguen esos vínculos entre Espinosa, Vera y los que atacaron a los estudiantes en Xalapa, no aceptamos otra explicación”, dijo Pastrana. Anoche el Ángel de la Independencia se llenó de manifestantes con carteles y pancartas.

Multihomicidio Nadia Vera

Vera alquilaba un departamento con tres chicas. Simone era colombiana y no trabajaba, estudiaba cosmetología y tenía un Mustang Shelby 2006, color rojo con líneas blancas en el toldo y en el baúl. Yesenia tenía 18 años y era una maquilladora de Mexicali, Baja California. Esbeidy era una empleada de la Secretaría de Agricultura.

El jueves Esbeidy entró a su casa después de trabajar y vio a Simone, Yesenia, Nadia con cuatro hombres, entre ellos Espinosa. Estaban sentados en la mesa tomando unos tragos. La mañana siguiente Esbeidy se fue al trabajo. A las 10 llegó Alejandra, la señora que limpia el departamento.

La policía encontró en la escena del crimen a las cinco personas con manos y pies atados, signos de tortura y un disparo en la cabeza. Simone y Yesenia estaban en un cuarto, Nadia y Rubén en otro, a la empleada la encontraron muerta en el baño. En el departamento faltaban billeteras, joyería y el auto de Simone.

Los investigadores apuntan a un robo: tienen la sospecha de que los tres hombres que estuvieron en el lugar desde el jueves a la noche atacaron a las dos chicas, a Vera, a Espinosa y a la empleada doméstica entre el mediodía y las 15. Los vecinos de los otros nueve departamentos que hay en el edificio dijeron que no escucharon ningún balazo. Y en la casa los peritos encontraron una almohada con sangre que, supuestamente, usaron para minimizar el ruido del arma.

Uno de los vecinos del edificio dijo que vio salir a tres hombres entre las 15 y las 15.30. Contó que entraron en el Mustang de Simone, guardaron una valija y se escaparon en el auto. Esbeidy los encontró horas más tarde, cuando volvió de trabajar.

Foto de tapa: Cuartoscuro / Sin Embargo

[Nota publicada el 3/8/2015]