Hanrin Abadía es de Mansión de Nicoya, Guanacaste, Costa Rica. Una noche de viernes de 2013 encaró a su familia.

— Mami -dijo- tengo algo que contarte.

— ¿Qué te pasa Hanrin?

— No quiero decepcionarlos.

— Pero sos mi hijo y te amo. (Hizo una pausa y preguntó): ¿Sos gay?

El mundo interior de Hanrin logró por primera vez ponerse en sintonía con el exterior. Llevaba 19 años de sentirse inquieto, de fingir ser otra persona, de obligarse a ser heterosexual. Si tenía el apoyo de su madre, padre y hermano, el resto le importaba poco.

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Cotidiana como se lee, la escena entre Hanrin y su madre parece no ser la norma en Guanacaste. Llegar a encontrar una historia con “final feliz” en la provincia nos tomó tres días enteros de búsqueda, llamadas a seis fuentes distintas y el rechazo de al menos cinco protagonistas de las historias, entre lesbianas, transexuales y gays. Ellos y ellas quieren gritar al mundo su orientación sexual, pero la relación con sus familiares sigue siendo un impedimento.

Hanrin conoce de eso. Dice que tiene amistades que fueron alejadas de sus hogares cuando admitieron su sexualidad. No ser rechazado lo hace sentir en una posición de privilegio. Mientras nos describe ese sentimiento se le dibuja una sonrisa con camanances incluidos. Pero dura poco:

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— Hasta que la sociedad no reconozca a los diversamente sexuales -dice- como personas con el mismo derecho a ser felices, no habrá una sonrisa permanente.

A él su familia siempre lo abrazó sin importar su orientación sexual. Cuando le dijo a su padre, él decidió mirarlo fijamente y decirle:

— Felicidades, lo que estás haciendo a esta edad es tener huevos.

Y a las palabras les siguió un abrazo.

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Ser gay en Costa Rica está lejos de ser fácil. Y ser un homosexual guanacasteco en la provincia parece que todavía más.

Hanrin también entiende de eso. Estudiar comunicación en la capital le inyecta una dosis de libertad. Una que a veces debe dosificar en Guanacaste. En San José siente que su homosexualidad pasa de alguna forma “desapercibida”, pero al cruzar el puente del río Tempisque se pone alerta para no exponerse de más.

Victor Miranda, activista de la población LGBTI en Guanacaste, piensa que la provincia es tolerante, aunque no oculta la invisibilización que sufre la población.

“Lo que pasa es que el guanacasteco sabe que ahí estamos nosotros (la población LGBTI) pero no ha dado el paso de ser abiertamente inclusivo. Y eso es por una única cosa: la falta de información”, dice quien por primera vez reunió en la provincia a cinco chicas transformistas y una transgénero para competir por la corona del Miss Guanacaste Gay.

“La gente solo dice: ¡es un playo!, ¡un puto!, pero no se da cuenta que somos como cualquier otra persona, trabajadores, miembros de familia, estudiantes”, sigue. “El guanacasteco puede llegar a comprender todo eso siempre y cuando nosotros nos empoderemos y empecemos a abrir espacios de diálogo”.

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Enrique Sánchez Carballo, del partido oficialista Acción Ciudadana (PAC), es el primer diputado abiertamente gay de Costa Rica. El 28 de junio dio un discurso frente a la Asamblea Legislativa en Cuesta de Moras.

“Las personas LGBTI de este país siempre estuvimos y seguimos estando aquí. También forjamos la Costa Rica que tenemos”, dijo. “Estamos en las escuelas, en las oficinas públicas, en los bares, en las empresas privadas y en las calles y avenidas. Estamos aquí y este domingo marcharemos orgullosos. Vamos a tomar San José todo el día para celebrar que nosotros y nosotras somos imparables”.

El hermano de Hanrin, que no es político sino futbolista, también pide respeto para todos y para su hermano. “No vería justo que una persona viva contra la pared”, dice. “Que no puedan ser ellos y ellas mismos, que no puedan disfrutar la vida como quisieran”.

La última campaña electoral giró como nunca antes en torno a la diversidad y los derechos. Margarita Salas, líder al frente del partido Vamos, recordó cómo el periodo electoral generó una división social y cómo esa división prevalece.

“Estas elecciones trajeron a la luz mucho odio, mucha discriminación y hay algo que es muy importante no olvidar, que si bien es cierto se logra ganar la elección presidencial, se logra ganar en segunda ronda. Los sectores antiderechos ganan una cantidad importante de diputaciones. Junto con ello, una legitimidad que no necesariamente tenían antes”, dice Salas.

Margarita reconoce que hay avances, como el que la Corte Interamericana ordenara a Costa Rica implementar matrimonio igualitario y respetar derechos de personas trans. En su criterio, todavía quedan luchas sobre la mesa, como la tipificación de crímenes de odio y completar el avance en la ley de identidad de género

“Si bien es cierto el TSE permitió la corrección de nombre en el documento de identidad, no permitió la corrección de sexo y eso sigue dejando a los compañeros y compañeras trans en una situación de desprotección”.

Mientras tanto, Víctor Miranda ya planifica la primera marcha de la diversidad para el 2019 en Guanacaste y otra organización, la Cámara de Comercio Diversa, sueña con izar la bandera de la diversidad en Tamarindo. Dos actos que, aunque simples, marcarán un antes y un después para Hanrin y para toda la población LGBTI de Guanacaste. La Guanacaste de todos y todas.

En este texto colaboró la periodista Noelia Esquivel

*Este artículo se realizó en el marco de la Beca Cosecha Roja. También se publicó en La Voz de Guanacaste.