Entre las 4:15 y las 4:30 de la mañana del 13 de febrero de 2013, el cuerpo de Ornella cayó desde 25 metros de altura. Martín Romañach, la única persona que estuvo con ella en el momento de su muerte, fue declarado culpable y el 10 de abril conocerá su condena.

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Por Dalia Cybel para El grito del sur
1.

Ornella Ragno conoció a Martín Romañach por Facebook. Podría haberlo conocido en la facultad, yendo al trabajo o en el gimnasio. También se lo podría haber cruzado en alguno de los boliches de Lanús a los que, tiempo después, Martín no pudo acercarse por mucho tiempo sin que le gritaran cosas. Podrían haber sucedido muchas otras cosas pero Ornella conoció a Martín por Facebook y se vieron dos veces, la última, minutos antes de morir.

Ornella Ragno vivió veinte años. Había decidido estudiar hotelería y turismo en la UNLa. Era morocha, nacida y criada en Lanús, hincha de River, fanática de Pink Floyd. Tenía una hermana menor, Anabella, y un padre, Daniel, quien tomó las riendas de la familia luego de que su esposa muriera de esclerosis múltiple. En el antebrazo, Ornella llevaba tatuada la frase insignia de su banda favorita: “Shine on you crazy diamond.

El 13 de febrero Ornella salió a la noche y prometió volver temprano. Le pidió plata a Daniel para volver en remis y fue a encontrarse con Martín en el edificio donde vivía su abuela, a ocho cuadras. Primero fueron a comprar un champagne y cuatro energizantes, luego subieron a la terraza del edificio, ubicada sobre un octavo piso. Las versiones acerca de lo que sucedió a partir de ese momento son difusas.

Entre las 4:15 y las 4:30 de la mañana el cuerpo de Ornella cayó desde 25 metros de altura. Martín dijo que trastabilló buscando un sweater. Pero los peritos dedujeron que a partir de la posición que fue encontrado el cuerpo, Ornella estaba inconsciente antes de caer. Romañach fue su último acompañante y el único testigo de su muerte.

2.

El día que vi a Daniel Ragno, Constitución bullía al calor de fines de febrero. Nos sentamos en  un café con aire acondicionado que hacía las veces de oasis artificial.

Aunque el cuerpo fue identificado de inmediato Daniel se enteró de lo sucedido nueve horas después de la muerte de Ornella, estando ya en el garaje donde trabajaba. A partir de ese día y durante un año y medio visitó diariamente la Unidad Fiscal de Investigación N°1 de Lomas de Zamora en búsqueda de novedades.

Días después del crimen Daniel llevó la computadora de su hija con las contraseñas para que los responsables investigarán las conversaciones que había mantenido Ornella con el acusado, pero en la fiscalía le dijeron que no contaban con la tecnología necesaria para realizarlo. Las manchas de sangre que se encontraron dispersas en la terraza donde estuvieron Martín y Ornella fueron analizadas en el área de investigación del Juzgado de La Plata. El primer resultado dictaminó que no se trataba de sangre humana. Sin embargo la querella puso un perito de parte que revisó el informe y comunicó a Daniel que las evidencias no habían sido analizadas con el procedimiento para encontrar sangre humana en asfalto sino para identificar sangre humana en heces.

Daniel repetirá varias veces en la entrevista que busca justicia, no un culpable, y si la justicia implica que haya un responsable, que se haga cargo. La última vez me pide si puedo ponerlo en negrita. Hay momentos en los cuales la vida es circular, los algoritmos se configuran, las casualidades funcionan, y toda imperfección se vuelve certera. Hay momentos donde la vida es circular como el perfil de la taza que queda estampado en el mantelito de papel de un café con aire acondicionado, cuando Daniel se la lleva a la boca y sorbe, a pesar de los cuarenta grados porteños.

3.

Según el informe forense realizado después del crimen, Martín  tenía rasguños en la espalda, brazos, labios y el material genético debajo de sus uñas coincidía con la sangre que estaba en la terraza. Sin embargo desde el comienzo Romañach afirmó que lo que sucedió esa noche se trataba de un accidente y no se mostró arrepentido de nada. Dijo haberse hecho los rasguños él mismo, luego se negó a declarar bajo el amparo del Artículo 60.

Obviando los abucheos populares en las calles de Lanús, Martín no recibió mayor reprimenda por lo sucedido. Acusado de homicidio agravado por violencia de género, tuvo la posibilidad de elegir el tipo de juicio que prefería. No estuvo preso ni detenido (hasta ahora) porque se consideró que no había peligro de fuga. Lo que sí se fugó de la causa fueron algunas de las pruebas fundamentales. Las fotos de la escena del crimen estuvieron extraviadas durante 3 años al igual que las uñas de la víctima. En septiembre del 2017 Romañach subió a sus redes sociales fotografías donde se mostraba el festejo de sus veinticinco años con su familia y su nueva pareja.  Antes de esto una imagen de fondo rosa liso y letras verdes: Para mí no hay mejor papel higiénico que tu opinión dice el posteo que realizó Martín el primero de agosto.

4.

El día que tenía que rendir su examen de ingreso a la UNLa hubo una tormenta terrible -cuenta Daniel- Yo la llevé en coche y quería esperarla afuera. Me dijo que me fuera, que iba a tardar. Cuando salió me llamó por teléfono y me dijo “Rendimos papá, rendimos” en plural, como que habíamos formado un equipo, entendés. Eso lo tengo muy acá. Es muy chiquito, pero es muy grande”.

Yo mantengo una calma muy grande porque sé que va a prevalecer la verdad. No me la van a devolver, pero yo voy a poder cerrar un capítulo en el cual, si hay un culpable, esté preso, esté incomunicado, y así y todo va a tener un derecho que Ornella ya no tiene: la vida. Él va a tener a sus padres que lo van a poder ir a visitar, va a tener un montón de derechos que Ornella no. Yo el único derecho que tengo ¿sabes cuál es? Nicho 47 del Cementerio de Lanús. Llevar flores. Nada más”.

5.

Hay momentos en la vida que son circulares, momentos donde nuestros actos coinciden en una sintonía perfecta con los de los demás.

Tiempo después del femicidio de Ornella aparecieron nuevas denuncias por violencia de género hacia Romañach. Fue ahí cuando la causa dio un vuelco. Aumentó la difusión mediática y se avanzó en la investigación gracias a las nuevas pruebas. Se cambió la carátula del caso. El nuevo testimonio permitió volcarse hacia la hipótesis de un comportamiento violento repetitivo que al de un accidente fortuito. El cambio de fiscal y el incansable trabajo de la querella reactivó la esperanza. El fiscal Pablo Rossi se hizo responsable y como un acto de persistencia se estableció una fecha para el comienzo del juicio, más de cinco años después del crimen de Ornella.

6.

La gente dice que uno siempre llora por sí mismo, por lo que perdió, por lo que le falta, por lo que quiere alcanzar. Yo no lloro por mí, yo lloro por ella. Ella debería estar hoy acá“, cuenta Daniel.

Hay momentos de la vida que son circulares, exactos. El 12 de marzo de 2018 a las diez de la mañana comenzó en los tribunales de Lomas de Zamora la primera instancia del juicio por el caso de Ornella Ragno. Durante el juicio el fiscal Pablo Rossi imputó a Romañach como culpable de homicidio doloso agravado por una relación de pareja pre existente entre ambos. Según Diario Conurbano, el fiscal declaró que “el acusado no dice la verdad de lo que pasó, da diferentes versiones, no llama a una ambulancia, hay sangre del imputado en la terraza”  y agregó que “la versión de Romañach no tiene nada que ver con las evidencias. Ornella Ragno se negó a hacer algo y Romañach la lanzó en un momento de bronca”

En una cuarta instancia del juicio oral y público presidido por el abogado Alberto Pérez Conti, el Tribunal Oral en lo Criminal 7 de Lomas de Zamora dictaminó “culpable” por unanimidad a Romañach bajo la carátula de “homicidio doloso agravado por el vínculo”. El imputado fue detenido en el acto. El 10 de abril conocerá su condena.

7.

El ocho de marzo, cuatro días antes de comenzar el juicio, las mujeres nos juntamos en las calles para parar. Entre el ruido de bombos y trompetas y el maremagnum de pañuelos verdes hubo varios un carteles con una frase que ya es conocida dentro del feminismo: “Si un día no vuelvo rompe todo por mi”. Como si en ese momento exacto, desde algún lado Ornella la hubiera pronunciado.