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Vagones repletos. Servicios interrumpidos y demoras. Pasajeros amontonados como ganado. Estaciones que se inundan los días de lluvia. Escaleras mecánicas que no funcionan. Día a día los 52 mil usuarios del subte porteño soportan viajar en esas condiciones para ir y volver al trabajo, la escuela, la facultad.

“Línea D demorada y 49 grados, ineficacia e inoperancia a la orden del día #subteD #subterror. Que el gobierno me llame ahora así le cuento lo que pienso”, escribió hace unos días Lucila en su cuenta de Twitter.

Cada día los usuarios del subte descargan en las redes sociales su bronca contra la empresa Metrovías

“Los pasajeros estuvieron 25 minutos encerrados en el túnel entre independencia y San José, hasta que le dieron la orden de evacuar #LineaE #subte #subterror

Además del pésimo servicio el transporte en la ciudad aumentó un 66 por ciento en 2018, muy por encima del incremento de los sueldos de los empleados del Subte. El Gobierno de la Ciudad y la Unión Tranviaria Automotor (UTA), el gremio minoritario, acordaron un incremento del 15 por ciento escalonado, muy por debajo de la proyección de la inflación anual.

Los Metrodelegados, el gremio que contiene a la mayoría de los trabajadores del subte, exige desde hace semanas que se revea el acuerdo firmado por la UTA a espaldas de los trabajadores. Entre otras medidas el plan de lucha de incluyó la apertura de molinetes para que los pasajeros viajen gratis. La respuesta de Metrovías fue la suspensión de 114 trabajadores por considerar que se trató de acciones ilegales.

Ayer, en reclamo por la suspensión de sus compañeros, los Metrodelegados decidieron un paro de dos horas en las líneas H y G. Cuando faltaban 40 minutos para que terminara la medida de fuerza la infantería de la Policía de la Ciudad avanzó con palos y disparos con escopetas antitumultos en la estación Las Heras. Hubo varios heridos.

Los policías actuaron sin orden judicial y detuvieron a 16 metrodelegados, entre ellos al delegado adjunto del sindicato, Néstor Segovia. Los trabajadores fueron liberados a la noche. El conflicto laboral sigue y viajar en Subte sigue siendo una odisea.