quicullen5300Cosecha Roja.-

– ¡Alan pará, Alan no me mates!

Un vecino de Cullen al 5300, en Villa Urquiza, escuchó los gritos y llamó al 911. Hacía un rato que oía discusiones en el 1º C. La policía llegó cerca de las 23:30 y un médico legisla certificó que Carla, la hermana de Alan, estaba muerta. Él quedó detenido, le hicieron pericias psiquiátricas en el Hospital Pirovano y lo trasladaron al Centro de Admisión y Derivación de la Secretaría de la Niñez, la Adolescencia y Familia.

Cuando los policías de la Comisaría 39 llegaron a la entrada del edificio de Cullen y Andonaegui tocaron el timbre. Bajó a recibirlos Alan, un adolescente de 16. Según la versión oficial, estaba nervioso y tenía lágrimas en los ojos. Le preguntaron con quién estaba y respondió “solo”. Pero los oficiales le pidieron entrar y dijo: “esperen, tengo que avisar”. Ante las contradicciones, decidieron ingresar, contaron a Cosecha Roja fuentes judiciales.

Carla, de 24, estaba en la habitación, tirada en el piso y boca arriba. Tenía un pantalón negro, un pullover lila, las manos atadas detrás de la espalda y una soga de cable alrededor del cuello. No tenía signos vitales. Los oficiales llamaron al SAME, un médico constató la muerte y trasladaron el cuerpo a la morgue judicial. A Alan lo llevaron con consigna policial al Hospital Pirovano. El médico legista con orientación psiquiátrica lo atendió durante la madrugada y luego pidió más exámenes. Como resultado, dijeron que “está ubicado en tiempo y espacio” y que no había indicadores de “inimputabilidad”. Esta mañana llevaron a Alan al ex instituto de menores Inchauti.

Los hermanos vivían solos en un departamento alquilado porque la mamá había muerto. De la casa, la policía se llevó trozos de soga y cable y ropa de Alan, el único sospechoso. La causa quedó en el juzgado de menores 6. La jueza Adriana Leiras pidió a los peritos de la Unidad Criminalística Móvil de la Policía Federal que busquen rastros para esclarecer cómo fue el asesinato.

Foto: Google Maps