monte terrabusiCosecha Roja.-

Dos jóvenes empujaron la puerta a patadas y entraron a los gritos. “Buscamos al Rengo”, dijeron. Tenían dos pistolas y una misión: matar a tres integrantes de la familia Corbalán. Dispararon y escaparon antes de que llegara la policía. La justicia aún no pudo determinar quiénes eran y hacia dónde huyeron porque entre la avenida Antártida Argentina y la casa del barrio Monte Terrabusi hay un camino de tierra, pastizales crecidos, autos abandonados y al menos 12 cuadras hasta la zona urbana de Mar del Plata.

Una semana antes a Pedro Corbalán le empezaron a decir Rengo. Se había peleado y discutido con vecinos del barrio SOIP y le habían disparado en una pierna. Por eso andaba con muletas. La justicia sospecha que los que balearon la casa de Monte Terrabusi son miembros de una familia con la que Pedro estaba enemistado. En la madrugada del lunes, cuando entraron a su casa y lo balearon,murió en el acto igual que Guillermo y Juan Carlos Giles, su hijo y su sobrino.

Adelante de la casa de los Corbalán había un galpón con un pequeño taller mecánico y en la entrada, autos viejos abandonados como en el resto de las calles del barrio. Los investigadores sospechan que el crimen tiene que ver con una pelea por el control territorial de la droga de la zona. Y aunque Guillermo y Juan Carlos tenían antecedentes por robo calificado y venta de estupefacientes, no hay indicios de que ese sea el móvil. Para la policía es “una interna familiar”.

Los asesinos de los Corbalán usaron dos armas, una 9 milímetros y una de calibre 11,25 que corresponden a los casquillos de bala que encontró la policía en la casa. Todavía no hay un informe preliminar de las autopsias: en la morgue de Mar del Plata no hay personal suficiente y los cuatro cadáveres esperan su turno para ser analizados.

Fuentes judiciales confirmaron a Cosecha Roja que este mediodía la fiscal Andrea Gómez tomaba indagatoria a testigos y allegados a la familia. La causa está caratulada como “triple homicidio calificado agravado por el uso de arma de fuego”.

Tres horas antes del triple crimen apuñalaron a Claudio Granadino, sobrino de la ex mujer de Corbalán. Todavía estaba vivo cuando llegó al hospital, donde murió desangrado. Al principio se decía que lo mataron en las calles del barrio El Martillo durante los festejos por el ascenso del club de fútbol Aldosivi a la primera división. Pero después se confirmó que quisieron robarle su Honda Bizz, la moto en la que viajaba, y lo atacaron con un cuchillo que le atravesó la arteria femoral en la pierna. La fiscal no descarta que lo cuatro crímenes estén relacionados.

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Monte Terrabusi se cae del mapa: es una fracción del barrio Santa Rosa del Mar, al sur de Mar del Plata, entre el cementerio y el basural de la ciudad. Para llegar hay que tomar el camino viejo a Miramar hasta la zona rural que rodea la avenida Antártida Argentina.

Un estudio de la Universidad de Mar del Plata muestra que la mayoría de los que viven en “el monte” trabajan en el cementerio o son cartoneros y viven de la quema. Por eso la mayoría de los empleos son informales y precarios. Según el informe, un vecino del monte llega a ganar 90 pesos por día de trabajo en invierno y hasta 200 en verano, cuando la ciudad se llena de turistas.

Para la municipalidad Monte Terrabusi no existe, no tiene calles trazadas ni asfalto. Cuando los vecinos deciden abrir una vía nueva, ellos mismos le ponen nombre. Tampoco pasa el colectivo y las escuelas quedan lejos. Para algunos marplatenses, Monte Terrabusi es un “basurero gigante” donde hay desarmaderos, esqueletos de autos quemados y casas precarias.