Esta semana los derechos humanos en Argentina están bajo la lupa del mundo. En Ginebra, donde se levanta la sede mundial de la Organización de las Naciones Unidas, se hizo el Examen Periódico Universal (EPU), un análisis comparado en el que los países hacen observaciones a partir de un informe presentado por el país. La mayoría de las recomendaciones para el estado argentino tuvieron que ver con temas relacionados con la paridad de género, violencia contra las mujeres y pueblos originarios.

arg-onu

Es la tercera vez que Argentina pasa por el EPU – las anteriores fueron en 2008 y 2012-. En esta ocasión, se analiza el periodo 2015 – 2017. La delegación argentina, encabezada por el secretario de Derechos Humanos  Claudio Avruj, no pronunció en ningún momento los nombres de Santiago Maldonado y Milagro Sala.  

El sistema que se usa en estas cumbres es el siguiente: primero se presenta un informe oficial por parte del Estado en foco, al que todos los Estados tienen acceso, y luego se repasa punto por punto recibiendo recomendaciones de los demás países. Ayer, por ejemplo, la mayoría de los participantes pidió por una política activa en materia de aborto en Argentina.

“El tema fue especialmente abordado. Los países solicitaron que se garantice el acceso al aborto legal en condiciones igualitarias en todas las regiones del país. Y a la vez tomar medidas para que ninguna mujer se vea sujeta a sanciones penales por aborto, así como promover la educación sexual integral y que se abra el debate público para la despenalización”, dijo a Cosecha Roja Lucila Galkin, Coordinadora de Educación en Derechos Humanos de Amnistía Argentina, que viajó a Ginebra junto a las comitivas de las sociedad civil. En conjunto presentaron un informe con recomendaciones.

Ante esto, la respuesta del Estado fue que en determinados casos se garantiza el acceso a la ILE (Interrupción Legal del Embarazo). “Nosotros venimos justamente denunciando que no se garantiza el acceso a la interrupción legal del embarazo. Sólo nueve provincias cuentan con protocolo para atención integral de las personas con derecho a la ILE y siete tienen protocolos que dificultan el acceso. Las demás nada: en la práctica las mujeres y niñas son hostigadas y perseguidas cuando deciden acceder al aborto, como lo refleja el caso de Belén, entre otros”, dijo Galkin y planteó que hay mecanismos para evitar la realización de abortos, tales como la objeción de conciencia: “Se calcula que en Argentina se practican entre 460.000 y 600.000 abortos clandestinos al año y la Educación Sexual Integral tiene ya diez años y solo ocho provincias aprobaron leyes para garantizar la ESI y aún en esas hay resistencia a integrar la ESI en las escuelas”.

Otro de los puntos fue la relación entre políticas públicas y respeto por las tierras ancestrales pertenecientes a pueblos originarios. “Muchos países manifestaron su preocupación por la discriminación hacia los pueblos indígenas, por ejemplo Brasil pidió que se tomen medidas legislativas para garantizar la demarcación de las tierras indígenas”, dijo Galkin.

Con una lectura paralela a la percepción de los organismos de derechos humanos, la comitiva oficial difundió un comunicado en el anuncian un “Plan Nacional de Derechos Humanos”. Según lo anunciaron, el plan es el producto de la voluntad política del Poder Ejecutivo Nacional basado y consensuado con los 20 ministerios que conforman el Gabinete Nacional.

 

[thb_border style=”style2″]

Un pibe salteño en la ONU

José Solá tiene 20 años, es salteño y por estos días está movilizado:  viajó a Ginebra junto a la delegación argentina de Amnistía Internacional para participar del Examen Periódico Universal. Desde allá relató a Cosecha Roja su experiencia y la opinión que tiene sobre el rol de los jóvenes en el diseño de políticas públicas.

jose-ginebraConocí a Amnistía cuando vivía en Salta. Por entonces militaba en una organización política y una ONG que trabajan derechos sexuales y reproductivos. Un día mi referente me comenta que había un encuentro nacional donde se reunían jóvenes de todos lados del país, donde el objetivo de era el empoderamiento y formación en los derechos sexuales y reproductivos.  Dije bueno, es genial, me encantaría participar. Estaba acostumbrado a ir en colectivos de larga distancia de muchas horas y esa vez, esa primera vez, conocí un avión. Creo que nunca en mi vida me dio tanto pánico, pero la idea de conocer a otros jóvenes era más fuerte.

En Salta los derechos sexuales y reproductivos son una necesidad de urgencia. Me tocó presenciar cómo en el hospital público no le quisieron dar a mi amiga una pastilla del día después porque no había una persona mayor. Fue algo muy fuerte: eso hizo que me metiera con más profundidad y buscara empaparme de estos derechos.

Con respecto a cómo se abordó el tema en el Examen Periódico Universal (EPU). Bueno,  al principio tenía ganas de levantarme y sacudirlos a todos por la falta de preguntas con respecto a la salud sexual de la población, el aborto legal, violencia de género, femicidios, travesticidios, la Educación Sexual Integral. En ese momento quería remarcar que no escuché nunca al Estado argentino hablar sobre ampliar la participación juvenil o promover espacios de diálogo. Con el transcurso de la sesión muchos Estados mostraron preocupación por estos temas. Fueron claros. La verdad algunos nos sorprendimos de que hicieran ciertas preguntas.

Noté que el EPU tiene una magia, algo distinto de todos los otros mecanismos: algo más participativo, algo que los jóvenes pueden entender y acercarse más.

Si tuviera que hacer una propuesta sobre la participación de los jóvenes en las políticas públicas argentinas, primero sería: generar foros donde se consulte a los jóvenes sobre las políticas públicas que nos afectan. Nunca nos preguntan, suponen.

Por otro lado, es importante pensar planes de educación que promuevan el liderazgo y la participación, como así también abrir espacios de incidencia donde funcionarios dialoguen directamente con jóvenes.

Por último, me encantaría un plan de acción a largo y corto plazo que generé conciencia de la importancia de participar en espacios políticos de jóvenes.

Hay tanto que me gustaría proponer y tan lejano a veces. Pero no pierdo la esperanza y voy a seguir trabajando para que se vuelva realidad.

[/thb_border]