Bomba_Medellin_1-660x330Cosecha Roja.-

El sábado a las 8:45 pm una granada de dotación militar aturdió a los clientes y transeúntes de una de las zonas más concurridas y señaladas como peligrosas del centro de Medellín: el cruce de la Avenida De Greiff y la carrera Cundinamarca, a una cuadra del Museo de Antioquia y la Plazoleta Botero. Una mujer de 23 años murió y más de 30 personas quedaron heridas. Las autoridades de la ciudad descartaron que se tratara de un acto terrorista.

Dos versiones del hecho rondan las investigaciones de la Policía Metropolitana y la Alcaldía de Medellín. El general José Ángel Mendoza dijo a los medios locales que en la calle, frente a una panadería, hubo una riña entre dos hombres, y que uno de ellos sacó una granada, la dejó caer y luego explotó. Otro testigo contó que dos mujeres bajaron de un taxi y dejaron abandonada en la vereda una bolsa negra que fue la que detonó.

A pocos metros de la pelea o la bolsa negra estaba Rocío del Carmen Arrieta Arenas, empleada de oficios varios, quien recibió el impacto y murió al instante. Otros clientes de los comercios e incluso pasajeros de los colectivos que recorren la Avenida De Greiff fueron afectados por las esquirlas, los vidrios rotos y el aturdimiento que provocó la explosión.

Tras las indagaciones iniciales, un hombre de 39 años, con heridas menores, fue detenido como presunto responsable de llevar consigo la granada IM-26 de dotación militar. La persona con quien peleaba, de acuerdo con la versión de la Policía, no ha sido identificada.

Los analistas del crimen en Medellín y la Policía se preguntan qué hacía un arma militar en manos de civiles, y vincularon el hecho con una pugna por el control territorial del centro de la ciudad, donde este año, según Medicina Legal, se han cometido 72 asesinatos, lo que convierte a esta zona, la Comuna 10, en la más peligrosa de Medellín. Según el Centro Consultoría de Conflicto Urbano (C3), allí no hay Estado, sino que las bandas Los Urabeños y La Oficina se disputan el poder por el microtráfico de drogas y por el control de corredores para la circulación de armas.

La mayoría de comerciantes de la zona, donde funcionan prostíbulos, bares y hoteles, entre otros comercios, prefirieron abstenerse de dar versiones de la explosión, pero manifestaron que allí ocurren todo tipo de delitos y confluyen todo tipo de personas.

Foto: Alcaldía de Medellín