Nadia Lizet Rojas tiene 14 años. El viernes 9 de junio su mamá Elena la acompañó unas cuadras de camino a la escuela N° 1 “René Favaloro”, en Lugano, y nunca volvió. Apareció poco más de un mes después, el 12 de julio, cuando la rescataron en Parque Patricios, con una bolsa de residuos en la mano. Desde entonces un equipo de Minoridad se hizo cargo de la adolescente. Hoy tenía que declarar en cámara Gesell y volvió a desaparecer. Mañana a las 9 de la mañana la familia y la red de docentes se concentran en Comodoro Py para reclamar por la aparición.

El lunes 12 de junio, los compañeros de segundo 2da la esperaban para ensayar una obra de teatro para el acto del 9 de Julio. Nadia tiene el papel principal: Juana Azurduy. Pero nunca llegó. Los compañeros preocupados llamaron a la casa y así se enteraron que Elena, la mamá, no sabía nada de su hija desde el viernes 9. Algunas compañeras del colegio dicen que la vieron el fin de semana por Liniers pero no ninguna pudo precisar ningún dato.

El caso lo movilizaron docentes, familiares y amigos de la familia. Hicieron numerosas marchas para pedir por la aparición de Nadia: siempre denunciaron inacción policial y judicial ante la posibilidad de que la adolescente hubiera sido captada por una red de trata.

Durante la búsqueda, una de sus profesoras de la escuela René Favaloro había contado a Cosecha Roja que Nadia es una chica muy despierta y muy vital. “Es muy buena estudiante. En las clases leía un montón y era re tranqui”, dijo.

El fin de semana la mamá hizo la denuncia en la Comisaría 52. Después fue a la Procuraduría de Trata y Explotación de Personas para ampliar su relato anterior. Entonces la causa pasó a la justicia federal, que siguió la pista de una red de trata. La encontraron el 12 de julio.

Ese día la Red de docentes, familias y organizaciones de Lugano posteó en su cuenta de Facebook: “Con mucha alegría informamos que Nadia está sana, recibiendo acompañamiento protocolar. Por estos motivos la movilización de hoy a Comodoro Py queda suspendida. Comprendemos una vez más la importancia de seguir estando presentes en los barrios y en el acompañamiento a las adolescencias. Agradecemos a todas/os las/os que difundieron y ayudaron a visibilizar. Entendemos que es saliendo a las calles, visibilizando y diciendo juntes ni una menos, que las pibas aparecen. La investigación sigue y seguimos denunciando: el Estado y la justicia son responsables. Aún hoy Erika Estrada del Bajo Flores sigue desaparecida, sigamos difundiendo y acompañando hasta que aparezca”.