A las 0.53 de la madrugada los familiares de los 44 tripulantes del ARA San Juan recibieron un mensaje de whatsapp. La mayoría dormía en el hotel Tierra del Fuego, en Punta Iglesia, Mar del Plata. Yolanda Mendiola se había quedado en un salón, mirando un video de los 44 tripulantes. Leyó el mensaje y salió corriendo a los gritos por el pasillo. “Los desperté a todos”, contó. Once horas después, el ministro de Defensa Oscar Aguad dio la confirmación oficial en conferencia de prensa: el submarino desaparecido hace 366 días fue encontrado a 500 kilómetros del golfo San Jorge, a la altura de Comodoro Rivadavia, a unos 907 metros de profundidad.
Mapa del lugar donde encontraron el submarino
Los familiares siguieron de cerca la búsqueda desde el día que desapareció el ARA San Juan, un año atrás. En la primera etapa participaron 28 unidades de superficie, 9 aeronaves y tecnología de visualización subacuática de 19 países: en diciembre de 2017 se retiraron sin tener resultados. El gobierno intentó abandonar la búsqueda y los familiares presionaron: durante más de dos meses acamparon en Plaza de Mayo para exigir que contraten una empresa especializada.
Ocean Infinity ganó la licitación. En el acuerdo se estableció que la empresa sólo cobraría -7,5 millones de dólares- en caso de encontrar el submarino. Establecieron un plazo de búsqueda mínimo de 60 días y máximo de 120.
El convoy de Ocean Infinity, encabezado por el buque Seabed Constructor, partió el 7 de septiembre desde Comodoro Rivadavia. A los 40 días anunció que suspendería la búsqueda hasta febrero. Los familiares insistieron y el gobierno presionó. La empresa dio marcha atrás y retomó la exploración.
Por estos días, el Ocean Infinity estaba por regresar a Sudáfrica. Los familiares presionaron para que buscara en algunos de los puntos de interés detectados. El viernes a las 22.30 llegó al Sitio 1, área 15A-4, donde estaba el punto de interés 24, un objeto de 60 metros de longitud similar al del ARA San Juan. Sumergió los ocho ROV (vehículo de observación remota). Dos horas después, uno de los minisubmarinos detectó el Ara San Juan.
A partir del análisis de las imágenes que tomó el ROV se confirmó que el casco apenas se deformó un poco y que no tiene perforaciones. Ese dato permite confirmar que las fallas que provocaron el hundimiento no tienen relación con el proceso de reparación de media vida finalizado en 2014.
“Ahora se abre un nuevo capítulo”, dijo el vocero de la Armada Rodolfo Ramallo. El ministro Aguad explicó que el Estado argentino no tiene los medios para recuperar el submarino. Los familiares no creen en esa versión. En la última reunión, representantes de la empresa Ocean Infinity, que encontró el submarino, les explicaron que tenían el equipamiento tecnológico para alzar más de 1500 toneladas hasta una profundidad de 1500 metros. “Desde el gobierno se fijan más en la plata que van a gastar que en sus soldados y en que puedan volver con sus familias”, dijo Luis Niz, padre de uno de los 44 tripulantes, a FM La Patriada.
“Tenemos nuestras dudas. Si no vemos que estén los chicos adentro, le vamos a insistir al presidente que encuentre la forma de sacarlo, porque la empresa puede hacerlo”, dijo Yolanda Mendiola. Otros familiares, como el capitán de corbeta Jorge Ignacio Bergallo, padre de otro de los tripulantes, prefiere que el cuerpo de su hijo no sea rescatado: “Ese es su lugar”, dijo.
La decisión está ahora en manos de la jueza federal de Caleta Olivia Marta Yáñez.