Cosecha Roja.-
El 27 de enero de 2004, la representante de las trabajadoras sexuales de Rosario, Sandra Cabrera, apareció muerta con un disparo en la nuca. Había denunciado en varias oportunidades a la policía por perseguir a las prostitutas y proteger al narcotráfico. Después del asesinato, el entonces subjefe de Moralidad Pública y hoy a cargo de la policía rosarina, Walter Miranda, fue desplazado de su cargo. Ayer, a nueve años de la muerte de Cabrera, sus compañeras de Ammar renovaron su pedido de justicia.
Las denuncias de Sandra Cabrera -secretaria general de la delegación local de Ammar (Asociación de Mujeres Meretrices de la República Argentina)-, iniciadas alrededor del 2000, tuvieron amplia repercusión en los medios. Muchas de ellas llegaron a los Tribunales provinciales. Todas apuntaban al mismo blanco: los policías de Moralidad Pública. Walter Miranda, como subjefe de la división, era el encargado de los operativos denunciados por Cabrera, que incluían la persecución y el cobro de coimas a la trabajadoras sexuales, prostitución de menores y protección de prostíbulos.
Tres días antes de su asesinato, Sandra Cabrera acompañó a una trabajadora sexual a los Tribunales. La mujer denunció que, pese a haber pagado la cuota de 50 pesos que le exigía la policía, había sido detenida por agentes de Moralidad Pública. Los operativos de esta división contra la prostitución callejera tenían un único objetivo: eliminar la competencia de los prostíbulos que aportaban a la caja negra policial.
Después del asesinato de Cabrera la división Moralidad Pública fue disuelta y fueron pasados a disponibilidad el jefe Javier Pinati y el subjefe Walter Miranda.
En diciembre de 2011, el gobernador Antonio Bonfatti hizo algunos cambios en la cúpula de la policía santafesina y en las departamentales. Como jefe de la policía provincial designó a Hugo Tognolli, que estaba denunciado por brindar protección a narcos y fue detenido en octubre del año siguente. A cargo de la Unidad Regional II, del departamento Rosario, fue designado Walter Miranda.
“Hace nueve años denunciamos a Walter Miranda, quien era subjefe de Moralidad Pública cuando asesinaron a Sandra. Lo pasaron a disponibilidad y resulta que ahora es jefe de la policía de Rosario. La realidad es que nadie nos quiere escuchar”, dijo Claudia Carranza, dirigente de Ammar Entre Ríos en el acto realizado ayer frente a los Tribunales Provinciales de Rosario, a nueve años del asesinato de Cabrera.
El asesinato de Sandra Cabrera quedó impune. El único imputado, un policía de la Federal que era pareja de la víctima, fue sobreseído y la causa quedó definitivamente cerrada.
“Sabemos que no vamos a poder revertir la decisión de la Justicia, que dejó impune el asesinato de Sandra, pero insistiremos para que nuestra lucha se haga visible, condenar la actuación policial que denunciamos hace muchos años, y para que se promulgue una ley que proteja nuestros derechos como trabajadoras sexuales autónomas”, dijeron desde Ammar.
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