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Un bloqueo pacífico en la vía Tibú-Cúcuta hace dos semanas derivó esta última semana en múltiples asonadas, que se han extendido al municipio de Ocaña (Norte de Santander) y que este fin de semana dejaron dos personas muertas y más de 30 heridas, ocho de ellas por arma de fuego, según reportes de la Policía.

En la zona del Catatumbo, donde se realiza un intenso programa de erradicación de cultivos ilícitos, los campesinos protestan argumentando que no tienen otros productos con qué reemplazar la hoja de coca y porque el transporte por las precarias vías de la región, que limita con Venezuela, encarece la producción agrícola.

Los campesinos, unos 7.000, buscan, al mismo tiempo, la constitución de la Zona de Reserva Campesina del Catatumbo y el acompañamiento del Gobierno en proyectos productivos para la región.

“Hemos aguantado 70 años de abandono, soportamos la represión paramilitar, pero seguimos en nuestra resistencia campesina”, aseguró José del Carmen Abril, presidente de Ascamcat (Asociación Campesina del Catatumbo).

Ese colectivo fue uno de los que se negaron a entablar diálogos con el Gobierno para solucionar la crisis, luego de que una comisión –encabezada por el ministro de Agricultura, Francisco Estupiñán– buscara entablar una mesa de trabajo.

Los campesinos aseguraron que no se sentaban a la mesa si allí estaban representantes de la Fuerza Pública. La respuesta del Gobierno fue negativa y generó un punto de alta tensión, que ayer llegó a ser aún más álgido por la muerte de dos campesinos, que, según las organizaciones, perdieron la vida por disparos, al parecer, del Ejército.

Los muertos residían en las veredas El Caracol y Banderas, ambas del municipio de San Calixto, y habrían sido heridos en uno de los enfrentamiento cerca del aeropuerto de Ocaña.

“No sabemos bien lo que pasó. Una de esas personas que murieron fue remitida desde Convención, un municipio donde no ha habido disturbios”, aseguró el general Rodolfo Palomino, director de Seguridad Ciudadana de la Policía.

Fuentes militares le dijeron a EL TIEMPO que no es posible que el Ejército haya disparado “porque no está participando directamente para controlar las manifestaciones”.

Sin embargo, el general Palomino sí reconoció que hay tropas. “Están en las partes altas de las laderas y en las vías donde hay bloqueos, no en las ciudades”, dijo el general, quien afirmó que se ha visto a campesinos heridos por la manipulación de explosivos y que a escuadrones del Esmad les han disparado encapuchados.

El Catatumbo es una región con alta presencia guerrillera, y por el uso de explosivos tipo ‘tatuco’, la Policía ha asegurado que hay infiltración de las Farc y el Eln en las manifestaciones.

El presidente Juan Manuel Santos calificó de “torpeza” un mensaje enviado desde La Habana (Cuba), en el que se le pide que la Fuerza Pública no “oprimiera” a la población. “Lo que hacen es comprobar que esas manifestaciones estaban infiltradas por la guerrilla”, dijo Santos.

La compleja situación de orden público y las peticiones de los manifestantes serán debatidas en una reunión del alto gobierno en la Presidencia. Allí estarán el gobernador de Norte de Santander, Édgar Díaz Contreras; los alcaldes de la región del Catatumbo y representantes de varios ministerios, incluidos los de Defensa, Agricultura y del Interior.

La reunión se hará mientras en la región, que completa doce días de protestas, se evidencian problemas de abastecimiento en varios municipios.

Ecopetrol ha tenido que suspender el suministro de gas natural por dificultades de acceso a Tibú.

Heridos, sin atención

El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) aseguró que ha tenido “limitaciones” para atender a enfermos y heridos en el Catatumbo. “Limitar el trabajo del personal de salud supone poner en riesgo la vida de muchas personas”, afirmó en un comunicado Jordi Raich, jefe de la delegación del CICR en Colombia. La denuncia no hace explícitos los sectores de donde provendrían los obstáculos a las misiones médicas. Por su parte, la Defensoría del Pueblo advirtió que la situación se puede salir de control y ocasionar una tragedia, ya que ninguna autoridad local está en capacidad de hacer frente a esta contingencia.