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Cosecha Roja.-

Los investigadores del asesinato de Carlos Alberto Gutiérrez Camacho estudian la hipótesis de que el ciudadano colombiano era un ex jefe de seguridad del cártel del Norte del Valle en Colombia. Los datos para mantener esta sospecha fueron aportados por la justicia colombiana. De ser comprobada, se trataría de uno de los cárteles de droga más poderosos desde la muerte de Pablo Escobar.

El cártel del Norte del Valle es la continuación del antiguo cártel de Cali, un grupo criminal que le disputaba el poder al temible Pablo Escobar a comienzos de la década del noventa. Después de la muerte de Escobar en un tejado de la ciudad de Medellín en 1993, Gilberto y Miguel Rodríguez Orejuela dominaron el 80% del tráfico de cocaína mundial. Llamado así por la ciudad de Cali, capital de la provincia de Valle del Cauca al suroeste de Colombia, el cártel llegó a transportar hasta 14 toneladas en un solo vuelo.

En 1995 los hermanos Rodríguez Orejuela fueron capturados por el gobierno del presidente Ernesto Samper Pizano, quien estaba acusado por recibir dinero del narcotráfico durante su campaña electoral. Fueron recluidos en las cárceles de Palmira, Cómbita y La Modelo donde pagaron penas de siete años. Los Rodríguez Orejuela habían negociado su entrega con el gobierno de Samper y se habían garantizado una rebaja de pena por confesión. Ese acuerdo no fue bien recibido por sus lugartenientes, los hermanos Henao, quienes decidieron continuar con el negocio por su cuenta y crear el cártel del Norte del Valle.

Orlando, Fernando y Arcángel de Jesús Henao Montoya fueron los primeros líderes del Cartel del Norte del Valle. El más visible era Orlando, alias el hombre del overol, quien le declaró la guerra a los Rodríguez Orejuela. Uno de los atentados ordenado por Henao contra sus nuevos enemigos fue en el restaurante Rodizzio de Cali. Henao envió a Wilber Alirio Varela, alias Jabón, para que dirigiera el operativo contra los Rodríguez en el que murieron dos escoltas.

Años más tarde en la cárcel Modelo de Bogotá, Henao fue asesinado por su compañero de celda y el dominio de su organización fue disputado por Jabón (jefe militar de los Henao) y Diego León Montoya, conocido como Don Diego.

Jabón dispuso un pequeño ejército de criminales llamado Los rastrojos pero fue asesinado en Venezuela en 2008. Don Diego fue capturado en 2007 y extraditado a Estados Unidos en 2008 junto con los once cabecillas más importantes del grupo paramilitar Autodefensas Unidas de Colombia (AUC).

La relación entre el cártel del Norte del Valle y Argentina era a través de otra organización localizada en Pereira, una ciudad del eje cafetero de Colombia. Allí habían llegado algunos de los cabecillas del Norte del Valle tras la confrontación entre Don Diego y Jabón. Héctor Duque Ceballos (alias Moteto), uno de los colombianos asesinados en 2008 en el shopping Unicenter, habría sido el primer enlace narco en Buenos Aires de la organización fundada por los Henao.

Después de la muerte de los más sanguinarios capos de los carteles de cocaína en Colombia como Pablo Escobar, Gilberto y Miguel Rodríguez Orejuela, Los hermanos Henao, Wilber Alirio Varela (Jabón) y Diego León Montoya (Don Diego), muchos mandos medios y sicarios han decidido colaborar con las autoridades colombianas y con la DEA sólo para “salvar el pellejo”. Entre ellos está Andrés López López, alias Florecita, quien colaboró con la justicia norteamericana delatando a todos sus jefes y señalando todas las redes de tráfico.

Florecita escribió el libro El cartel de los sapos donde cuenta cómo delató a todos los capos que conocía del Norte del Valle. A partir de ese libro se realizó la serie de televisión El cartel, producida por el Canal Caracol y tan exitosa en Colombia como la serie Escobar, el patrón del mal. Florecita colaboró en el guión de la serie dirigida por el cineasta colombiano Luis Alberto Restrepo. Del libro también se produjo la película El cartel, representante de Colombia a los Premios Oscar de 2013.

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