La Policía Federal llegó a Avellaneda y Nazca, en el barrio porteño de Flores, con la misión encargada por el ministro de Seguridad porteño para reprimir a los manteros. En medio de la avanzada con gases lacrimógenos, corrieron a los trabajadores callejeros tres cuadras, empujaron a una embarazada y tiraron al piso a una mujer en silla de ruedas. Mientras se dispersaban, el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, justificó la medida policial: “lo que nosotros hicimos fue perseguir a las mafias, ni siquiera dejan que la gente entre a los comercios”, dijo en Radio 10. En las redes sociales y en los foros de los portales los usuarios festejaron.
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Como todas los días, los vendedores callejeros cargaron los bolsones hasta la avenida Avellaneda al 3300 a primera hora de la mañana. Cuando comenzaban a armar los puestos en la vereda llegaron treinta agentes de la Policía Federal: levantaron las mantas, incautaron la mercadería y cerraron el paso. Uno de los agentes les dijo que no podrían armar los puestos “desde hoy y para siempre”.
Los manteros se reunieron y decidieron cortar la avenida Avellaneda en señal de protesta. Pedían mantener su trabajo, que para muchos es el único sustento familiar. Los policías eran más de trescientos. Vinieron con tres camiones hidrantes y seis patrullas motorizados. Armaron un cordón alrededor de los manifestantes: la represión empezó en Nazca y Avellaneda y terminó casi 300 metros después, en Avellaneda y Concordia.
A los empujones los obligaron a abrir el paso. Lanzaron gases lacrimógenos mientras los negocios cerraban a tres cuadras a la redonda. “Fue una manifestación pacífica, reprimida violentamente por la policía”, dijo a Cosecha Roja Gabriela Olguin, referente de la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP).
La policía no tenía un pedido de desalojo, ni respondía a una disposición judicial ni estaba por escrito. Era una orden directa del Ministerio de Seguridad porteño. Cuando los manteros intentaron negociar para evitar el desalojo, el comisario les dijo que era una “orden de palabra”.
Fuentes judiciales confirmaron a Cosecha Roja que se presentará una denuncia por la represión policial ante la Procuraduría de Violencia Institucional (PROCUVIN). Entre los afectados por los golpes y los gases lacrimógenos hay una chica embarazada y dos mujeres en sillas de ruedas, una de ellas con problemas hepáticos, que cayó al piso durante el operativo.
El avance policial contra quienes hacen un uso “no debido” del espacio público tiene el aval de las autoridades desde la presentación del Protocolo de Actuación de las Fuerzas de Seguridad en manifestaciones que hizo la ministra Patricia Bullrich. Según el doctor en Antropología Alejandro Grimson, este tipo de medidas cuenta con apoyo de amplios sectores de la sociedad. “Es el silencio militante a favor de la represión que ha sido muy relevante en Argentina y que ha legitimado las dictaduras”, dijo a Cosecha Roja.
Después del desalojo en Caballito el 21 de enero y en Liniers el 25 de febrero -cuando reprimieron con balas de goma-, el gobierno porteño prometió entregar un galpón para que se instalen los puestos de ventas callejeras. Desde un primer momento, la propuesta generó críticas de las organizaciones que nuclean a los manteros y, más aún, el gobierno de la ciudad nunca la llevó a cabo. “Desde la CTEP buscamos lograr una instancia de diálogo entre el gobierno de la ciudad y los trabajadores callejeros. Ellos no se oponen a regularizar su situación”, dijo Olguín.
Mientras la policía reprimía a los manteros, Rodríguez Larreta dijo al aire en Radio 10: “Habían lugares en la avenida Avellaneda donde no se podía caminar, los negocios no abrían sus puertas y la gente no podía entrar a sus casas”. Entrevistado por Oscar González Oro, el jefe de Gobierno porteño vinculó a los trabajadores callejeros con “mafias” y ventas ilícitas de “cds y ropa trucha”.
Al comenzar la entrevista, el periodista de Radio 10 justificó el accionar de la policía: “Empezó el operativo para sacar a los manteros en Flores. Habrá algún que otro problema, pero se está haciendo lo que se tiene que hacer”. Las felicitaciones por el operativo se extendieron a las redes sociales. Las noticias del comentario de Rodríguez Larreta en los portales online fueron republicadas y festejadas por miles.
Un usuario de Facebook escribió “me reconforta, que logre cumplir el proyecto, será en beneficio de las gentes honestas y de trabajo”. Otro exigió: “Deportación para todos aquellos extranjeros que pisan nuestro suelo y no respetan las leyes. Y para los compatriotas que se allanen a lo que establecen las normas, sino cárcel. Basta de manteros que destrozan el comercio legal”. Un tercero sugirió que la represión se aplique en otros barrios: “Ahora tienen todo a su favor: las dos policías a su mando. ¿Qué esperamos? El ciudadano común se lo agradecerá, Sr. jefe de Gobierno”.
Un grupo de Facebook llamado No más manteros – no más venta ilegal lanzó una solicitada en Change.org (una plataforma digital dedicada a juntar firmas para peticiones a las autoridades) para “sacar a los manteros de las calles”. Según ellos, los trabajadores callejeros “perjudican la vida diaria, la economía, la ecología, la salud, el tránsito, entre otras más. Ya no es solo venta ilegal, también son amenazantes con sus agresiones”. Apenas juntaron 2.062 firmas.
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