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La fiscal que investiga el secuestro y tortura del adolescente en Miramar contó a Cosecha Roja que siete policías fueron procesados.

Lautaro tiene 17 años, es presidente del centro de estudiantes de su escuela y militante por la diversidad sexual. El sábado salía de bailar en Miramar con los amigos cuando siete policías los pararon y los requisaron. Uno de los agentes lo amenazó con tirarlo en el Vivero Florentino Ameghino y el lunes, junto con otro oficial, cumplió: lo secuestraron a las 8 de la mañana y lo torturaron en el vivero. “El adolescente identificó a los agentes de policía que lo incautaron”, contó a Cosecha Roja la fiscal Ana María Caro, mientras la causa por secuestro y torturas sigue siendo investigada. La Comisión Provincial por la Memoria de La Plata brindará asistencia legal a la familia.

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“Tu violencia correctiva no me saca lo puto”. Así dice un cartel que sostiene Lautaro en una foto de su perfil de Facebook. Es militante por la diversidad sexual y presidente del Centro de Estudiantes de la Escuela Media N°1 Rodolfo Walsh de Miramar. El sábado 12 de marzo salió a bailar con sus compañeros. A la madrugada del domingo, cuando volvían a sus casas fueron interceptados por dos agentes de la policía local. Les pidieron documento y por radio solicitaron a la central que revisen sus antecedentes. Minutos después, tres patrulleros se sumaron y cortaron la calle. En total eran siete agentes de policía.
Según la denuncia presentada en la fiscalía de General Alvarado, los agente no se identificaron, los requisaron y no encontraron nada. Lautaro les dijo que conocía sus derechos y que no podían tratar así a un grupo de menores de edad. Uno de los policías lo agarró del cuello y lo tiró contra el capot de la patrulla.
– Pendejo, te voy a desfigurar la cara a piñas y te voy a tirar en el vivero – le dijo.
“Esta serie de amenazas se realizaron a la primeras horas de la madrugada del domingo. Al otro día hubo un segundo episodio con el mismo agente”, contó la fiscal. Fue el lunes, cuando los alumnos salieron temprano del colegio Rodolfo Walsh. A las ocho de la mañana Lautaro caminaba hacia su casa cuando reconoció al policía: venía a cumplir su amenaza. El agente bajó de un auto civil vestido con borceguíes, pantalón de combate y una remera blanca. Lo obligó al adolescente a subirse al auto a punta de pistola y lo llevó a las afueras de la ciudad. Junto a él había otro policía de civil.
Llegaron al Vivero Dunícola Florentino Ameghino, un parque de 5 hectáreas en un punto estratégico con salida a la playa y a la avenida 26, una arteria importante de la ciudad. Lautaro estaba encapuchado, lo hicieron bajar del auto a golpes y cortes de navaja. “Una vez en el parque lo siguieron golpeando, lo quemaron con cigarrillos y lo amenazaron de muerte, con frases como ‘ahí te voy a fusilar’ (señalando un cruz realizada con tajos en el pecho del menor)”, contaron en un comunicado difundido por Amadi.
Esa tarde Lautaro se presentó a la fiscalía de Miramar y realizó la denuncia por privación ilegítima de la libertad y apremios ilegales. La pericia del Hospital regional corroboró las marcas en las manos y en el brazo: algunas de ellas corresponden con quemaduras de cigarrillo. La fiscal pidió una nueva pericia para comprobar las heridas en tórax.
“Se abrió un proceso judicial contra los siete policías que intervinieron en la requisa pero todavía estamos en plena investigación por los apremios ilegales” dijo la fiscal. Eso quiere decir que fueron procesados según el Código de Procedimientos Penales de la Provincia de Buenos Aires, pero todavía no se elevó la causa a juicio. Además la fiscal ordenó una custodio de Prefectura Naval para Lautaro y su familia.
Según el comunicado de Amadi, la familia habían presentado dos Hábeas Corpus porque desde el verano pasado el joven era perseguido por la policía. Ambas presentaciones fueron rechazadas por “inconsistentes”.
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La policía de Miramar tiene historial. El 8 de febrero el 2001, en el Vivero Dunícola, apareció muerta Natalia Mellman, una adolescente de 15 años. La habían violado y estrangulado con los cordones de su propia zapatilla. Al año siguiente, cuatro policías de la bonaerense fueron condenados por el femicidio: Ricardo Suárez, Ricardo Anselmini, Oscar Echenique y Gustavo “El Gallo” Fernández. El 29 de mayo de 2013, el cuerpo de la asistente social Laura Iglesias apareció en la entrada de la ciudad. El Tribunal Oral Criminal de Mar del Plata determinó que el único responsable de su violación y muerte era Esteban Cuello, un hombre de 22 años que tenía antecedentes penales por abuso sexual. Su familia y las compañeras del Patronato de Liberados denunciaron que había policías implicados pero la hipótesis nunca fue investigada.