Todavía faltaban unos minutos para que los alumnos de la primaria Nº49 Nicolás Avellaneda de Moreno entraran a la escuela. La vicedirectora Sandra Calamaro, de 48 años, y el auxiliar Rubén Rodríguez, de 45, preparaban el desayuno. La explosión se escuchó en todo el barrio: las paredes y el techo de la sala de profesores se desmoronaron y los cuerpos de Sandra y Rubén volaron por el aire. “No fue un accidente: dos trabajadores murieron por una pérdida de gas que había sido denunciada hace mucho tiempo”, dijo a Cosecha Roja Marcela Escobar, secretaria general del Sindicato de Educación de Buenos Aires (Suteba) Merlo.
Los bomberos encontraron el cuerpo de Rubén en el patio del colegio. El de Sandra quedó tendido en el patio delantero de la casa de enfrente. “El ambiente está bastante deteriorado. Era una estufa de tiro balanceado”, explicó el jefe de Bomberos de Moreno Ariel Barcala. Según el parte policial “habría existido una explosión de gas en sector de un salón y pasillo del establecimiento”.
“No había alumnos porque todavía no había abierto las puertas. Si pasaba media hora más tarde hubiera sido mucho más grave”, dijo Escobar.
Los directivos del colegio y los representantes del Suteba habían presentado al menos ocho denuncias por la fuga de gas en el colegio. “Se avisó a la Unidad de Gestión Educativa, que es donde se discuten todos los temas, al Consejo Escolar y le entregamos carpetas con todas las denuncias por problemas de infraestructura en las escuelas de Moreno a Gabriel Sánchez Zinny, director general de Cultura y Educación de la Provincia de Buenos Aires, y a su segundo”, dijo a Cosecha Roja Patricia Lescano, secretaria de Cultura y Educación de SUTEBA Moreno y Secretaria de formación política de la CTA Regional.
Ayer, maestros y directivos sintieron olor y avisaron a la empresa de gas y a la Dirección de Cultura y Educación de la Provincia. Por la tarde Sandra, que tenía cargo de vicedirectora pero cumplía tareas de directora, recibió a los representantes del Consejo Escolar, responsables del mantenimiento de la infraestructura de los colegios. “No sabemos de qué hablaron, pero no hicieron nada”, dijo Lescano.
El Consejo Escolar de Moreno está intervenido desde octubre del año pasado porque se detectaron irregularidades en el sistema de contratación de comida para los comedores escolares. “Esto no es un accidente, es producto de la desidia y de la falta de inversión”, agregó Lescano.
La investigación quedó a cargo de la fiscal María Gabriela Urrutia, a cargo de la Unidad Fiscal de Instrucción 8 del departamento judicial Moreno/General Rodríguez.