Incomunicados, sin comida ni abrigo: así están los mapuche que resisten en Río Negro

Desde el viernes integrantes de la Lof Quemquemtrew buscan recuperar un territorio ancestral en Cuesta del Ternero. La Policía entró de manera abrupta, cortó la ruta provincial 6 y ocupó Escuela Pública. También les cortó la comunicación y no pueden recibir alimentos y abrigo. Denuncian la violación de todo tipo de derechos y responsabilizan al Gobierno de Río Negro y al Poder Judicial.

Incomunicados, sin comida ni abrigo: así están los mapuche que resisten en Río Negro

29/09/2021

Por Mariel Bleger* y Luciana Avilés**

Fotos: Mariel Bleger

Desde el viernes pasado integrantes de la Lof Quemquemtrew que iniciaron un proceso de recuperación territorial en la zona de Cuesta del Ternero, están incomunicados y sin la posibilidad de recibir alimentos y abrigo. La Policía de Rio Negro entró de manera abrupta al lugar, cortó la ruta provincial 6 y ocupó la Escuela Pública como base de operaciones. Integrantes de pueblos originarios y organizaciones sociales montaron un acampe desde el lunes y denuncian la violación de todo tipo de derechos. Responsabilizan al Gobierno de Rio Negro y al poder Judicial por la violencia vivida estos días.

¿Cómo elegir qué registrar? ¿Cómo capturar en una imagen la organización, la templanza y la determinación de un pueblo que determina sus temporalidades para tomar decisiones? Si elegimos las fotos de las balas que siempre vienen del mismo lado uniformado, ¿no corremos el riesgo de que los medios poderosos armen encabezados con “los mismos violentos de siempre”? Si en las imágenes mostramos las rondas que se arman en cada trawn que se improvisa para tomar decisiones colectivas y horizontales, ¿no estaríamos desdramatizando la mentira de acuerdos previos con funcionarios y responsables de turno cuando una comunidad mapuche pidió diálogo y le respondieron con golpes y amenazas? Tantas veces queremos mostrar las caras, miradas y gestos de las mujeres, niñes, ancianes y hombres que esperan por decisiones que se discuten puertas adentro de vaya saber una donde. Pero, ¿fotografiarles no sería condenarles al escrutiño de una ciudad que aún no reconoce el derecho ancestral de la tierra hacia los pueblos que están acá desde antes de que existan las fronteras y el Estado Nación? La capucha, la gorra, el paliacate o la excusa que elija el poder va a servir para identificar a “esos otros” como peligrosos.

Las imágenes indudablemente son selectivas, son subjetivas y, por lo tanto, son políticas. Cuando esto se explicita, es más sencillo dar cuenta de una narrativa construida desde las entrañas. Desde el haber estado allí. Nada de lo que se registra o se relata fue escuchado de oído. Fue cuidadosamente seleccionado para intentar llegar con una información lo más completa posible.

El lunes a las 14 se llamó a un trawn (reunión, parlamento) en el ingreso al paraje Cuesta del Ternero. Fue en la intersección de ruta nacional 40 y ruta provincial 6, a unos 110 kilómetros de Bariloche y camino a El Bolsón. La idea fue hacer un corredor humanitario para que las familias y organismos de derechos humanos y agrupaciones pasaran comida y abrigo a los integrantes de la Lof Quemquemtrew que están en el territorio en recuperación.

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La situación es crítica desde el viernes pasado, cuando las fuerzas policiales rionegrinas ingresaron violentamente al lugar, se llevaron detenidxs a algunxs e imputaron en causas a otrxs. Quienes resisten en el territorio se encuentran incomunicados, “sitiados”, “hostigados”, en un estado de abandono y desidia por parte los responsables de resolver el conflicto de manera urgente: el Gobierno de Rio Negro, Poder Judicial o autoridades y organismos que trabajan la temática.

La convocatoria fue pacífica en todo momento. Niñes y ancianes de distintas comunidades como Nahuelpan, Winkul, Lago Rosario, Pillan Mahuiza, Lepa, Newen tu Aiñ Inchin, Las Huaytekas, entre otras, se acercaron al lugar. Este de por sí es un proceso histórico para un pueblo que ha sido despojado de sus territorios, llevados a campos de concentración y silenciados durante años por una historia oficial que aún se empeña en negarlos o criminalizarlos por sus trayectorias o historias de vida.

El contexto de este evento es importante. Habla de un pueblo que se vuelve a levantar y para eso es importante contar con territorios. Pecan de ignorantes los argumentos que desconocen cómo las campañas militares de 1880 siguen operando con mecanismos de despojos, haciendo que las familias aún arrastren estas tristezas, y hoy estén desparramadas en los barrios más vulnerables de las ciudades, alejadxs del campo y las tierras. Todo en complicidad con los grandes medios de comunicación, encargados de propagar discursos de odio, que responden a pautas publicitarias oficiales como pasa en Rio Negro. Desconocen (no por ingenuidad) los compromisos aprobados por Argentina desde la aprobación de la Constitución de 1994, en particular, a través del art. 75, inc. 17. O incluso los tratados internacionales que el país ha suscripto (i.e., el Convenio 169 de la OIT, art. 14 inc.2)

Para las 14 del lunes en la ruta ya había más de 50 personas. Se hicieron purrun (bailes que den fuerza al momento) con un corte de ruta que duró apenas 20 minutos para organizar el mejor modo de subir hasta el territorio, a unos 16 kilómetros de la ruta. Organizaron los autos e hicieron una caravana de más de treinta vehículos. Otras personas que habían intentado pasar nos habían advertido que no nos dejarían transitar por el lugar. Pero al pasar el primer cordón policial nos dejaron pasar. Lo que no sabíamos es que al hacerlo nos sacaban del campo visual público y nos encerraban entre dos cordones policiales: el que se había armado a pasos de la Comisaría de Cuesta del Ternero y el que nos separaba de la ruta provincial 6.

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Los autos seguían en fila ordenada y tranquila cuando los dos primeros que encabezaban la fila (con ancianas y niñes en su interior) siguiendo el permiso dado por el primero de los retenes policiales, se dispuso a entrar. A partir de ahí, la Policía tuvo por diez minutos carta blanca. Oficiales la Policía de Rio Negro y del COER se subieron a esos dos autos gritando y sacudiéndolos, mientras que disparaban tiros al aire y desde los laterales tiraban piedras a quienes estábamos esperando el paso que nos habían asegurado. Fueron 10 minutos en donde ninguna bala se perdió en un cuerpo mapuche, ninguna piedra le partió el cráneo a un nene o ningún uniformado logró abalanzarse con todo su peso sobre la ñaña de 70 años que caminaba con su Kultrun para llevar newen a los autos. Nada de eso pasó porque la gente salió de los autos a pedir que parasen, a cubrir a los nenes y nenas que lloraban.

Era una convocatoria pacífica y humanitaria. Pero desde esos 10 minutos la estrategia del poder se hizo visible: provocar, hartar, hostigar, amendrentar, postergar. Mientras el frío seguía aumentando y los fueguitos iban apareciendo para reunirse alrededor, la guardia no bajaba. Pero no porque son violentos quienes recuperan territorios. Sino porque el poder de nuevo no cumplió con su palabra, y la Policía tuvo su carta blanca. El personal policial fue creciendo cada vez más.

“¿Quién es el responsable de ustedes?”, preguntaba uno de los oficiales. Le explicaron que al hablar con parte de un pueblo no hay un responsable y las decisiones se toman en parlamento. “Se dio la necesidad de armar un corredor humanitario para llevar alimentos. No pretendemos discutir el conflicto madre. No nos queremos meter en el territorio. Pero hace cuatro días que la gente no se alimenta y no sabemos en qué situación está”, señaló uno de los lonkos. Hecho de total ilegalidad, cargado de inhumanidad, que aún sigue sin ser entendido por el sistema judicial opresor.

Las horas pasaban. Después de un trawn decidieron entrar en la comisaría a tener una reunión con el oficial a cargo. En un primer momento acordaron que pasen cinco personas al territorio. Hubo un respiro, lo importante era acercar las donaciones que se habían llevado. Hicieron un cordón y cargaron una camioneta con las cosas. Eligieron las personas que pasarían, pese al imaginario y construcción de la prensa, fueron dos ancianas porque iban a “poder llevarles fuerza y newen”, una mujer y dos hombres más que eran quienes habían entrado  a la comisaría. Al rato, avisaron no iban a pasar hasta que se autorizase de más arriba. “¿Arriba de dónde?”, se escuchó preguntar a alguien como ya sabiendo en su cuerpo que ese arriba nunca baja a tiempo. Los tiempos judiciales no se condicen con las realidades.

A las seis de la tarde, el clima frío y la falta de escucha calaron en lugares donde la memoria habita. “Entremos igual”, “se nos van a morir de frío mientras esperamos vaya saber a quién”, “hay que estar tranquilos nos quieren cansar”, “solo es pasarles abrigo y comida…nada más”. Armaron un fuego más alejado del cordón policial. y volvieron a hacer trawn. Una delegada de UNTER contó la situación en la escuela de Cuesta del Ternero, sitiada y ocupada por fuerzas policiales para usarla como “centro de operaciones”. Pasando en limpio: la Policía rionegrina tomó la escuela, suspendió las clases y opera desde allí adentro. A veces la información debe ser clara y concisa para que no se tergiverse.

A esta preocupación se sumó la noche que seguía cayendo. La gente decidió quedarse a dormir para resguardar la vida de quienes estaban del otro lado del cordón policial incomunicados hace tres días. De pronto, con ayuda del viento desde la montaña más cercana se escuchó un afafan, una señal de vida, de que estaban ahí (con frío, sitiados, sin alimentos y a la intemperie) pero estaban. Las mujeres y niñes gritaron de felicidad y emoción al escucharles a través de los km que los separaban, el kurruf (viento) estaba a su favor y la voz había llegado a tiempo.

Para el martes al mediodía aún había una respuesta favorable. No se podía pasar los alimentos y comidas. Seguían las provocaciones y los momentos de tensión. Al pedido concreto del CODECI de ingreso de alimentos y mesas de diálogo, el Juez Calgcagno respondió que deberán esperar hasta una nueva audiencia este miércoles. El pedido humanitario quedó postergado, mientras piden al juez que acelere los tiempos. Son muchos días ya.

Es una situación de tortura, dicen desde las comunidades y aseguran que se quedarán en el acampe hasta ser escuchadxs. Pero los conflictos se aceleran con el correr de las horas. Mientras algunxs se quedaron en el acampe, hubo otros que con afán de conseguir señal y enterarse de las novedades tuvieron que salir del lugar. El único punto con internet en la zona es la Escuela ocupada por las fuerzas de seguridad. ¿Más casualidades?

La Policía sigue sin dejar entrar a la comitiva que había salido del acampe. La orden fue de la fiscal Betiana Cendon. Temen por la seguridad y la integridad de las personas que “han quedado sitiadas” y responsabilizan al gobierno provincial y al Poder Judicial por lo que pueda pasar. Convocaron a que se acerquen al mismo lugar que el lunes.

También denuncian que se han desatado otros focos de hostigamientos de las fuerzas policiales en comunidades cercanas, como en la Lof Catriman. Dicen que la estrategia es dispersarlxs para restarles fuerza. Por lo vivido el lunes y el acompañamiento en los procesos de recuperación territorial de la zona, es difícil que eso suceda.

*Mariel Bleger es becaria de CONICET, integrante de GRUPO GEMAS y Colectivo Al Margen.

**Luciana Avilés es periodista de Radio Nacional Bariloche y Colectivo Al Margen.