El juicio contra un productor rural por el homicidio de un niño y lesiones en una niña debía empezar ayer. Cuando todo estaba preparado, la defensa se adelantó y pidió al juez que declarase nula la prueba de la autopsia de Nicolás Arévalo, quien al momento de morir tenía cinco años. Pero aunque el presidente del Tribunal Oral y Penal de Goya, Julio Ángel Duarte, lo rechazó, los nervios y la ansiedad de la familia debieron prolongarse 24 horas. “Estaban muy caídos pero hoy están mejor. Ya declararon y eso le quita un peso de encima a cualquiera”, dijo a Cosecha Roja el abogado querellante y miembro de la Fundación Infancia Robada, Julián Segovia. “En la audiencia prestaron declaración ocho familiares, cuatro a la mañana y tres a la tarde. Ellos tuvieron participación directa en todo lo que ocurrió”, contó.

Santiago Nicolás Arévalo de cinco años y su prima Celeste Estévez de cuatro fueron afectados por los agrotóxicos que se usaban para fumigar un campo lindero a su casa. El dueño de la finca, Ricardo Nicolás Prieto, está imputado por “homicidio culposo y lesiones culposas en concurso ideal”. Santiago murió y Celeste resultó con heridas. Ocurrió el 20 de marzo de 2011, en la localidad correntina de Lavalle. Ambos chicos absorbieron el veneno que Prieto usaba para fumigar su plantación de tomates. La niña estuvo internada durante tres meses en Buenos Aires. Santiago no sobrevivió: pisó un charco con barro impregnado por el agrotóxico y fue demasiado veneno para su cuerpo.

Segovia explicó que la defensa “buscará demostrar sin éxito que la intoxicación fue por ingesta o por absorción cutánea. Cuando en realidad fue por inhalación. La autopsia y las muestras del suelo y de las plantas de tomate prueban el uso de alfaendosulfan, un producto que está prohibido a nivel mundial”.

En total, se presentarán 19 testigos y está previsto que el juicio finalice el próximo 25 de noviembre.

Un año después de la muerte de Santiago en Lavalle murió José Carlos Rivero, otro niño de 4 años. La situación fue similar: se intoxicó con los agrotóxicos que se usan en las plantas de tomate. Según la revista especializada El Federal y la Red de Médicos de Pueblos Fumigados, en Argentina 2 de cada 100 niños nacen con problemas neurológicos, cardíacos o síndrome de Down. En los pueblos fumigados la cifra asciende al 6 por ciento, tres veces más de lo habitual. Con respecto al cáncer, en Argentina 1 de cada 5 personas que mueren lo hacen por esa enfermedad, pero en los pueblos fumigados llegan a ser 1 de cada 3 personas.