La Justicia decide si condena a una mujer por besar a otra

A Mariana Gómez le armaron una causa: la acusaron de pegarle a una mujer policía y le imputaron resistencia a la autoridad y lesiones graves, un delito que prevé una pena de hasta seis años de prisión. Este viernes se conoce la sentencia.

La Justicia decide si condena a una mujer por besar a otra

Por Cosecha Roja
25/06/2019

Foto: Gala Abramovich

A Mariana la llevaron presa por besarse con su esposa. Le armaron una causa: la acusaron de pegarle a una mujer policía y le imputaron resistencia a la autoridad y lesiones graves, un delito que prevé una pena de hasta seis años de prisión. En los alegatos, la fiscalía pidió dos años de prisión. Este viernes se conocerá la sentencia.

“Jurídicamente es inocente de lo que se la acusa”, dijo a Cosecha Roja el abogado Lisandro Teszkiewicz, defensor de Mariana, cuando comenzó el juicio. A lo largo de las tres audiencias que duró el jucio declararon la acusada y los seis testigos: su esposa, dos policías, un empleado de Metrovías y dos personas que pasaban por el lugar.

El eje del debate estuvo puesto en lo que pasó durante algunos minutos del 2 de octubre de 2017. Ese mediodía Mariana y su esposa Rocío se despidieron en la estación del tren Roca, en Constitución. Intercambiaron palabras, besos y abrazos. Un empleado de Metrovías y un policía las miraban. Ellas no le prestaron atención.

El empleado se acercó y le pidió que apagara el cigarrillo. Ella le dijo que no había ningún cartel y señaló a otras personas alrededor que también fumaban. El hombre llamó al policía.

—Pibe, apagá el cigarrillo —le dijo el oficial Jonatan Maximiliano Rojo.

Mariana le advirtió que era mujer. A él no le importó. Siguió diciéndole “pibe”. Ella apagó el cigarrillo y se fue. Rojo la cruzó con el brazo a la altura del pecho y le avisó:

—Pibe, vas a ser detenido, quedate acá.

El policía pidió refuerzos por handy. Unos segundos después llegó la agente Karen Villarreal. La agarró a Mariana del cuello y forcejearon. Con Rojo la tiraron al piso. La arrastraron y la llevaron hasta la oficina de la Policía de la Ciudad de la estación Boedo de la línea E.

Mientras la detenían, el policía le pidió los datos a Rocío. Ella le dijo que era la esposa de Mariana. El agente anotó: “Soltera”. Rocío insistió. Le explicó que estaban legalmente casadas. El policía no le creyó. Si quería que la anotara como casada -le dijo- debía mostrarle un documento que lo confirmara. Obviamente, Rocío no llevaba consigo la libreta de casamiento.

“La emisión de una orden, en principio legítima, de apagar un cigarrillo dispuesta por el oficial Rojo culmina en la detención de la Sra. Gómez en forma ilegítima”, explicó el defensor adjunto de la Ciudad, Luis Duacastella, quien fue aceptado durante la etapa de instrucción como amicus curiae en la causa.

Mariana estuvo presa siete horas. La acusaron de “resistencia a la autoridad” y lesiones graves. “Para que existan lesiones graves tiene que haber una afectación permanente de un órgano, una deformación del rostro, que haya puesto en peligro la vida de la persona o que le genere una incapacidad para trabajar durante más de un mes”, explicó Teszkiewicz.

La jueza de instrucción María Fontbona de Pombo no la escuchó a Mariana ni aceptó que la defensa aportara los videos donde se ve cómo los policías la manosean. En cambio, le creyó al policía Rojo que declaró que ella lo agredió “con sus pechos”. La procesó y envió a juicio a Mariana por lesiones graves -porque supuestamente le habría arrancado un mechón de pelo a la mujer policía- sin siquiera una pericia que confirmara los daños.

Antes del comienzo del debate oral, la jueza Yungano pidió que se hiciera una pericia médica, que confirmó que no existieron lesiones. Pero no aceptó que declaren en el juicio los y las representantes de las cuatro organizaciones y organismos que se habían presentado como amicus curiae: la Defensoría General de la Ciudad, el colectivo 100 % Diversidad y Derechos, la Asociación Pensamiento Penal y la Red de Abogadas Feministas, que podían aportar información de contexto sobre la persecución y criminalización del colectivo LGTB+.

Hoy, un año y medio después de aquel mediodía en la estación de trenes de Constitución, se conocerá la sentencia. La justicia decidirá si condena a una mujer por besar a otra.